ELECCIONES EN CATALUÑA

El "mitinódromo" de Puigdemont en el sur de Francia: autocar, fránkfurt y cola para el 'selfie'

Tras algunas campañas poco llamativas por la frialdad de las pantallas, Junts quiso que esta vez fuera diferente

Asistentes al mitin de Puigdemont en Argelers.

Asistentes al mitin de Puigdemont en Argelers. / EP

Jordi Isaac no pudieron votar en el referéndum 1 de octubre. Aún no tenían la edad reglamentaría para hacerlo, pero acompañaron a algunos de sus familiares a los puntos de votación. Este 12 de mayo sí podrán votar en un colegio electoral. Y Jordi, que acaba de cumplir los 18 años, lo hará por primera vez.

El joven ha recorrido más de 220 quilómetros en autocar -sin contar los que le quedan de vuelta- para llegar hasta Argelers y escuchar el mitin del expresident y candidato de Junts, Carles Puigdemont. Asegura que todavía no tiene claro su voto, y cree que antes de elegir su papeleta "hay que escuchar a todos" los postulantes a la Generalitat, así que ve como una "oportunidad" el hecho de poder desplazarse hasta el sur de Francia para conocer el proyecto del expresident de primera mano. Isaac, en cambio, lo tiene mucho más claro, a pesar de que cuando Puigdemont se fue a Bélgica tras el convulso otoño de 2017 tenía solo 13 años. Los dos han salido con un autocar organizado por Junts desde Santa Maria dels Monjos, cerca de Vilafranca del Penedès. Jordi estudia para ser piloto de avión; Isaac, telecomunicaciones.

En otro de los autobuses que salió el viernes de Vilafranca iban Xavier Eulàlia, un matrimonio de mediana edad. Pero no viven allí, sino en Vilassar de Mar. El lunes, día previsto para la territorial del Maresme, no podían desplazarse, y decidieron apuntarse a la jornada de otras comarcas. Por este motivo su viaje fue un poco más largo. Están animados y bailan con fervor la canción de 'Coti x coti' de The Tyets que suena por los altavoces del pabellón antes de empezar el acto. Este es su primer mitin, aunque explican que en los últimos años no se han perdido prácticamente ninguna manifestación independentista o en favor de la excarcelación de los dirigentes independentistas que estuvieron presos. Tampoco Elisabeth, una mujer jubilada de Vilanova i la Geltrú, que explica que ha estado en todos los saraos, desde Estrasburgo hasta Perpinyà.

Acto de Carles Puigdemont en Argelers.

Acto de Carles Puigdemont en Argelers. / EP

El camino de Maria Teresa Jaume, en cambio, fue más corto. Llegaron en coche desde Figueres "para escuchar a Puigdemont". Aseguran que les "gusta mucho", aunque no quieren declararse "fans" como tal. Quieren escucharlo y, si pueden, hacerse una fotografía con él. "Si no hay mucha cola", avisa Maria Teresa, que asegura haber oído que son muy largas. Orgullosa, explica que tiene fotos con varios líderes políticos y de partidos diferentes, desde el expresident Quim Torra hasta el actual president, Pere Aragonès.

Seis futbolines y tres dianas

Ellos son solo un ejemplo de los centenares de personas que cada día se desplazan hasta Argelers. Algunos lo hacen en autobuses del partido, otros en coches particulares y hasta hay algún grupo que ha alquilado un apartamento para pasar unos días en la región. Por la mañana, visitas turísticas y culturales. Por la tarde, mitin.

Tras algunas campañas poco llamativas por la frialdad de las pantallas, Junts quiso que esta vez fuera diferente. Y, ante el 'handicap' de tener un candidato que no puede cruzar la frontera sin arriesgarse a ser detenido, plantearon que fueran sus votantes quienes recorrieran la AP-7 para verle.

El candidato está siempre en un mismo espacio, el pabellón Jean Carriere de Argelers, donde Junts ha organizado una especie de "mitinódromo", en palabras del mismo Puigdemont. Y, en él, no solo se ofrecen discursos políticos. En el exterior del recinto hay seis futbolines, tres dianas para jugar a los dardos y dos 'foodtracks' que hacen el agosto después de los mítines. Explican que, cada una, factura entre 500 y 700 euros en la hora y media que pasa desde que se termina el mitin hasta que los autobuses vuelven a arrancar dirección La Jonquera.

Según reconocen desde estas caravanas acostumbradas a festivales y conciertos, el producto estrella es, sin duda, el fránkfurt; aunque también manifiestan que tienen salida los bocadillos de pollo. Las cervezas -así como los cafés- son otro de los grandes reclamos que llenan las mesas de esta especie de Oktoberfest, con la gran diferencia de que aquí la euforia es moderada a la espera de los resultados del día 12 de mayo. Y que la cerveza es de lata.

Un espacio que se llena cada noche mientras dentro del pabellón, Puigdemont se hace 'selfies' con los asistentes, que también le piden autógrafos y le hacen regalos. Este viernes se llevó unas catanias, típicas de Vilafranca. Y Maria Teresa y Jaume, el matrimonio que se había desplazado desde Figueras, consiguió hacerse la foto con él después de una hora de cola. Ahora Maria Teresa ya tiene completa su colección de fotografías con los tres últimos presidentes de la Generalitat y la podrá enviar a sus contactos y grupos de WhatsApp. "Es la encartelada del siglo XXI", explica una de las personas que está dentro de la cocina de la campaña electoral.