CICLISMO

El futuro del Movistar sin Valverde: más jóvenes, esprínters y un cambio de rumbo

La retirada del corredor murciano deja al equipo español sin su principal certeza y le obliga a adaptarse, en materia de fichajes y de calendario, a las nuevas dinámicas de la máxima categoría, a las que hasta ahora se había resistido

El escalador Ruben Guerreiro y el velocista Fernando Gaviria se sumarán a la escuadra telefónica la próxima temporada, a la espera de que el prometedor Carlos Rodríguez desembarque con galones de cara a 2024

Presentación del equipo Movistar de ciclismo en el Giro d'Italia en 2022

Presentación del equipo Movistar de ciclismo en el Giro d'Italia en 2022 / EFE

Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

En el deporte de alto nivel se abusa demasiado de la expresión "se ha terminado una era". O similares. Cada vez que un entrenador que ha estado algo de tiempo se marcha de un equipo de fútbol o cuando un jugador-franquicia cambia de camiseta en la NBA se recurre a ella, como si cada década pudiera tener varias eras, como si las leyendas se produjesen en serie.

Y así, con esa dialéctica, corren el riesgo de quedar difuminados grandes hitos que lo son de verdad, eras reales que finalizan. Este sábado, sin necesidad ni ánimo de acudir a la grandilocuencia, una de ellas terminó: Alejandro Valverde se subió por última vez a una bicicleta para competir en una carrera profesional.

Su sexto puesto en Il Lombardía 2022, ganado por Pogacar por delante de Mas y Landa, queda como la última línea de un currículum deportivo inmenso, que abarca 21 temporadas (una y media inédita por su sanción vinculada al dopaje) y un palmarés descomunal: un campeonato del mundo, una Vuelta, nueve podios en grandes vueltas, cuatro Liejas, cinco Flechas Valonas, tres Vueltas a Cataluña...

Se cierra una era, sí, para el ciclismo español y de manera particular para el Movistar Team, el equipo para el que ha corrido el murciano de manera ininterrumpida desde 2004, tras pasar sus dos primeros años como profesional en la estructura del desaparecido Kelme. A falta de que se disputen aún algunas carreras menores del calendario, Valverde va a acabar su último curso como profesional como uno de los 10-12 corredores del pelotón con más puntos UCI, los que premian el desempeño en la carretera, y por supuesto como el mejor español de la lista.

De la élite al sufrimiento

Esta circunstancias se ha ido repitiendo con mucha frecuencia durante gran parte de la carrera del 'Bala', llegando a ser el número uno del ranking al final de cinco temporadas diferentes: 2006, 2008, 2014, 2015 y 2018. Dicho de otra manera, durante muchos años, Movistar ha vivido en parte del rendimiento del mejor corredor que ha tenido en los últimos 25 años, llegando a ganar la clasificación mundial por equipos cuatro veces consecutivas entre 2013 y 2016.

Pero, valga la insistencia, ahora se ha acabado una era. Valverde ya no podrá ser nunca más el asidero del único equipo español en la élite del ciclismo mundial. Y llega su retirada llega en un momento difícil (hay quien diría de transición) para la escuadra telefónica. En julio, la amenaza del descenso, determinado en función del rendimiento de las últimas temporadas, se vivió como algo muy real. Y lo era.

El final de temporada, con el podio de Enric Mas en la Vuelta y un puñado de triunfos del propio balear, García Cortina, Aranburu, Serrano, Lazkano y Pedrero, amén de buenos puestos de Valverde y otros ciclistas como Kanter, erradicaron el miedo a la pérdida de categoría. De hecho, según una estimación realizada esta semana por el periodista Raúl Banqueri, el Movistar ha sido uno de los seis mejores equipos del pelotón desde agosto, pasando de la posición 18ª del ranking a la 12ª.

Esta buena racha de final de temporada, no obstante, no debe disimular la realidad de que al Movistar le faltan actualmente referentes de peso para competir durante un curso entero. Mas es el único corredor en nómina con músculo competitivo para carreras por etapas y la nómina de rematadores, de corredores con capacidad para ganar en grupos reducidos, se limita a Aranburu, con Kanter, Serrano y Cortina como nombres para pruebas menores.

Quintana, Landa, Carapaz...

Movistar acumula 17 triunfos este año, mejor que en las dos temporadas precedentes (15 y dos), pero muy lejos de las 25 de 2018 o de las 36 de 2016. Unos años en los que, además de Valverde, portaban el maillot telefónico corredores (no todos a la vez) como Quintana, Landa, Carapaz, Soler, Ion Izagirre.

La pérdida paulatina de grandes ciclistas ha ido en paralelo a una estrategia de calendario a todas luces errónea. En los últimos años, Movistar ha apostado con demasiado frecuencia por poner todos los huevos en la misma cesta, concentrando en los equipos de Tour, Vuelta y carreras españolas aa sus mejores corredores, algunos de ellos en funciones de gregarios, y dejando buena parte del calendario a ciclistas menos competitivos.

A la fuerza ahorcan y dada la amenaza de descenso, el Movistar decidió alterar su estrategia a partir del Tour, preparando un calendario alternativo con rol de líderes para corredores como Aranburu, Cortina o Pedrero, que en otras circunstancias habrían ejercido de meros gregarios. Las victorias obtenidas confirman el éxito de este cambio de rumbo.

Más jóvenes

Es una de las tendencias del ciclismo moderno a las que, muy a su pesar, se ha visto obligado a dejarse arrastrar Eusebio Unzué, el mandamás del equipo. La otra, en la que terminará por caer, es la apuesta por talentos cada vez más jóvenes. La estructura navarra siempre ha sido partidaria de la maduración a fuego lento de los corredores y no precipitarse en apuestas por ellos: que se fogueen en otros equipos.

Sin embargo, el mercado ciclista ha ido cambiando y ahora los equipos fichan a talentos extraordinariamente jóvenes y les atan con contratos a muy largo plazo. El mejor ejemplo es Juan Ayuso, renovado hasta 2028 por el UAE. El campeón del mundo y ganador de La Vuelta, Remco Evenepoel, también tiene un contrato larguísimo con Quick Step, hasta 2026.

A corto plazo, eso ya tiene difícil solución, pero el cambio de política está en marcha. Los mentideros del ciclismo (que, a diferencia de los del fútbol, rara vez se equivocan) ya hablan de un acuerdo con Carlos Rodríguez, quinto en la última Vuelta con 21 años, de cara a 2024, cuando termina su vinculación contractual con Ineos. Una estrategia a año y medio vista que el Movistar ya utilizó hace unos años para incorporar a Enric Mas.

Guerreiro y Gaviria

De cara a la próxima temporada, la apuesta por reforzar el equipo tendrá a priori dos nombres propios. Uno, a falta de confirmación, es el de Ruben Guerreiro, escalador portugués de 28 años, hasta ahora en Education First. Un ciclista solvente que puede apoyar a Mas en la montaña y que tiene capacidad para conseguir victorias por su cuenta y realizar buenas generales en carreras de una semana.

El segundo fichaje de importancia será Fernando Gaviria. Por primera vez en muchísimos años, el Movistar apuesta por sumar un esprínter que puede pelear por victorias de mucho prestigio. El colombiano, de 28 años y hasta ahora en el UAE, quizá ya no sea el top mundial que fue entre 2017 y 2019, pero sigue siendo un hombre que garantiza puntos y alguna victoria a lo largo de la temporada.

Esta apuesta por un velocista, ya explorada el pasado año con el fichaje de Max Kanter, confirma un cambio de rumbo, al menos parcial. Las viejas costumbres de centrarlo todo en Tour y Vuelta ya no valen y ahora el Movistar ampliará miras para abarcar más calendario. El cambio de dinámicas del ciclismo y la retirada de Valverde, obligan a ello. Sería exagerado decir que nace un nuevo Movistar, pero, desde luego, se ha terminado una era.