MEMORIA HISTÓRICA

La Biblioteca Nacional rinde homenaje al movimiento obrero con una exposición sobre el Proceso 1001

La muestra recuerda el proceso contra los diez dirigentes sindicales encarcelados por el franquismo en 1972

Los sindicalistas Luis Fernández Costilla, Fernando Soto, Eduardo Saborido y Francisco Acosta, cuatro de los 'Diez de Carabanchel' en una celda de esa prisión. La foto forma parte de la exposición ‘Para la libertad. El proceso 1001 contra la clase trabajadora’.

Los sindicalistas Luis Fernández Costilla, Fernando Soto, Eduardo Saborido y Francisco Acosta, cuatro de los 'Diez de Carabanchel' en una celda de esa prisión. La foto forma parte de la exposición ‘Para la libertad. El proceso 1001 contra la clase trabajadora’. / Cedida

“El periodo histórico por el que atraviesa nuestro país se caracteriza por ser el de la liquidación de un régimen político -la dictadura franquista, instalada en el poder como consecuencia de la guerra civil- y el de los crecientes esfuerzos por conquistar la libertad y la democracia”. Así comenzaba Sobre la unidad del movimiento obrero de masas, un documento que se iba a discutir en la reunión de la Coordinadora General de Comisiones Obreras el 24 de junio de 1972 en el convento de los frailes Oblatos de Pozuelo de Alarcón, en Madrid.

En el orden del día figuraba también la discusión acerca de la distribución de los fondos procedentes de la solidaridad. Franco tenía entonces 80 años, mala salud y su maquinaria de represión funcionaba a pleno rendimiento: se multiplicaban las huelgas y las protestas laborales, a las que se habían sumado los estudiantes y las asociaciones de vecinos, al mismo tiempo que aumentaba el número de procesados por el Tribunal de Orden Público (TOP) -9.000 entre los años 1964 y 1976- y el régimen declaraba el estado de excepción en varias ocasiones.

El convento de los frailes Oblatos de Pozuelo de Alarcón, donde fueron detenidos los 'Diez de Carabanchel'.

El convento de los frailes Oblatos de Pozuelo de Alarcón, donde fueron detenidos los 'Diez de Carabanchel'. / Cedida

En ese contexto, el movimiento obrero se planteaba ya qué estrategia seguir tras la muerte del dictador, pero aquella reunión apenas pudo celebrarse porque un amplio dispositivo policial entró en el convento y los detuvo a todos. Todos eran Marcelino Camacho, Eduardo Saborido, Nicolás Sartorius, Francisco García Salve, Juan Muñiz Zapico, Juanín, Fernando Soto, Francisco Acosta, Miguel Ángel Zamora, Pedro Santisteban y Luis Fernández Costilla. Los diez sindicalistas fueron trasladados a la Dirección General de Seguridad de la Puerta del Sol y, tras ser interrogados, al Juzgado de Orden Público. Desde allí les enviaron a la cárcel de Carabanchel, símbolo de la prisión política como lo había sido antes la de Burgos.

Comenzaba así el Proceso 1001 contra los 'Diez de Carabanchel', a cuyos miembros, cincuenta años después de su detención, juicio y condena, rinde homenaje la Biblioteca Nacional de España con una exposición titulada Para la libertad. El proceso 1001 contra la clase trabajadora, organizada junto a la Secretaría de Estado de Memoria Democrática y la Fundación 1º de Mayo. Comisariada por la catedrática de Historia Contemporánea en la Universidad Autónoma de Barcelona Carme Molinero, la muestra aborda el contexto político y social en el que se produjeron esas detenciones, pero también la importante movilización social y solidaria que desencadenó el proceso, dentro y fuera de España, y el papel fundamental de un movimiento obrero que, según su comisaria, “ayudó a abrir caminos porque ese proceso ilustra la dinámica de los años 70 en un régimen a la defensiva, y su gran efecto fue el de reforzar el papel del movimiento antifranquista y la representatividad de Comisiones Obreras en un momento de rearticulación de la sociedad civil”.

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Un cartel del Comité de Lucha 1001. / Cedida


Juicio político contra la clase trabajadora


Junto a carteles que informan de jornadas contra la represión franquista, una de ellas en Ámsterdam con la participación del poeta Marcos Ana, fotografías de movilizaciones de solidaridad con los encausados en el proceso de Burgos (1970) o peticiones de amnistía para los presos y exiliados, la exposición se abre con una impresionante instalación de diez banderolas con los retratos de cada uno de los diez procesados y, junto a sus nombres, los años de prisión a los que fueron condenados: Marcelino Camacho y Eduardo Saborido a la cabeza, con condenas de 20 años de prisión cada uno. Los 'Diez de Carabanchel', explica el catálogo de esta muestra, "fueron acusados de ser dirigentes de Comisiones Obreras, un movimiento sociopolítico creado para defender derechos colectivos del trabajo, y la calificación fiscal y la sentencia reprodujeron los argumentos del atestado policial, convirtiéndose el Proceso 1001 en un juicio político”.

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Los sindicatos italianos también apoyaron a los compañeros españoles detenidos. / Cedida


La vista oral comenzó el 20 de diciembre de 1973, con el juez José Francisco Mateu Cánoves presidiendo el tribunal, pero el juicio se suspendió con la noticia del asesinato de Carrero Blanco a manos de ETA. Tra varios días, se dictó una sentencia que sumaba 162 años de condena para los diez encausados, cuya defensa fue coordinada por el abogado Jaime Sartorius y en la que participaron abogados de todo el arco ideológico de la oposición al franquismo, desde Cristina Almeida y José María Gil Robles a Enrique Barón o Joaquín Ruiz Giménez.

Las mujeres del Proceso 1001


En las paredes de la Sala de Guillotinas (guillotinas de prensa, no las otras) de la Biblioteca cuelgan fotografías de algunos de los 'Diez de Carabanchel' en la cárcel, jugando al ajedrez o posando de pie, con las manos en los bolsillos, en una celda con catre, lavabo y escritorio, y las paredes llenas de fotografías de estrellas de la época, todas mujeres. Junto a ellas, vitrinas en las que se muestran cartas o una tarjeta navideña en la que Marcelino Camacho le desea una feliz Navidad del 73 a Jaime Sartorius -fallecido hace solo unas semanas-, y dice estar “con el ánimo de siempre, con la confianza de siempre”.

Junto a ese espacio de vida cotidiana en prisión, la muestra dedica también un capítulo importante a las mujeres del Proceso 1001, a las esposas, madres y hermanas de los presos que reclamaron su libertad en todo tipo de escritos a las autoridades civiles, eclesiásticas y militares, así como una amnistía general para los presos políticos. Mujeres que también salieron de España para participar en mítines y en campañas de solidaridad: “Las mujeres, relegadas por el régimen franquista al entorno del hogar, salen al espacio público con un discurso político”, señala la comisaria.

Josefina Samper, mujer de Marcelino Camacho, en uno de los actos para reivindicar la libertad de los detenidos.

Josefina Samper, mujer de Marcelino Camacho, en uno de los actos para reivindicar la libertad de los detenidos. / Cedida

Una solidaridad que encontró apoyo en países como Estados Unidos, Francia, Canadá o Australia por parte de sindicatos, partidos políticos y organizaciones de derechos humanos, pero también de personalidades como Angela Davis, Juliette Greco, Jean Paul Sartre, Arthur Miller o el exfiscal estadounidense Ramsey Clark. En febrero de 1975, el Tribunal Supremo rebajó las condenas y quedaron en libertad Acosta, Zamora Antón o Santesteban. El resto tuvo que esperar al indulto de noviembre de ese mismo año, tras la muerte de Franco y, cuando salieron, se encontraron en las calles con “la mayor movilización social que se había producido nunca en España”, explica Carme Molinero. En el patio de butacas, durante la presentación de la exposición el pasado jueves, estaban algunos de esos 'Diez de Carabanchel', aquellos que todavía viven -Eduardo Saborido, Paco Acosta, Miguel Ángel Zamora y Pedro Santisteban- junto a Nicolás Sartorius quien, en nombre de todos, recordó esas calles: “La dictadura no murió en la cama, murió en los centros de trabajo, en las universidades, en los barrios y en algunas iglesias, y por eso es falso que llegara la democracia al morir el dictador; no fue así, hubo que pelear, y mucho”.