ANDALUCÍA

Aparecen castores en el Guadalquivir: ¿consecuencia de una práctica ilegal?

Estos mamíferos roedores se extinguieron en la Península Ibérica hace centurias, pero han emergido en varias zonas de España en las últimas décadas

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Una imagen de archivo de un castor

Una imagen de archivo de un castor / Pexels

Desde el verano pasado se han observado rastros de castores en las orillas del Guadalquivir, a la altura de la provincia de Jaén, un lugar donde anteriormente no habitaban estos roedores. Agentes forestales alertaron de los indicios y, posteriormente, varios investigadores han llevado a cabo un estudio respaldado por la Sociedad Española para la Conservación y el Estudio de los Mamíferos (Secem).

Los expertos Daniel Burón, Jacinto Román y Javier Calzada, responsables de dicho estudio, señalan que la especie se extinguió hace siglos en España, pero que fue reintroducida sin permiso por unos activistas hace un par de décadas en la cuenca del Ebro y en la del Tormes. Este método ilegal es llevado a cabo frecuentemente por activistas medioambientales en el norte de Europa. Si en esta ocasión esta aparición repentina de castores también se debiera a este motivo, sería la tercera vez que sucede en España.

Sin haberse encontrado pruebas de presencia de castores -siendo animales "poco discretos", como manifiestan estos científicos- en áreas intermedias entre esas zonas y los alrededores de las localidades jienenses de Villatorres y Torreblascopedro, resulta extraño que hayan surgido de repente en esta zona de Jaén como ha confirmado la Estación Biológica de Doñana, órgano vinculado al CSIC.

Los biólogos mantienen la sospecha de que se ha producido otro episodio del llamado "beaver bombing". "La gran distancia que separa esta zona del área de distribución conocida en la Península (365 km) sugiere que su llegada al Guadalquivir es consecuencia de otra introducción irregular", apuntan en el estudio Burón, Román y Calzada.

Huellas de castor en la cuenca de Guadalquivir, compartidas por la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos

Huellas de castor en la cuenca de Guadalquivir, compartidas por la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos / SECEM

Entre los miembros de la comunidad científica hay opiniones de todo tipo. Algunos sugieren que los efectos podrían ser nefastos para otras especies animales y para los cultivos de los agricultores por las modificaciones en el paisaje que ocasionan los castores. Otros, señalan que estos episodios no han dejado grandes secuelas en ocasiones anteriores, por lo que a partir de ahora solo se trata de desplegar un protocolo de conservación. Y otros, mantienen la cautela y apuntan que no se pueden saber por el momento cuáles serán las consecuencias de este "bombardeo de castores" en este hábitat en específico hasta que transcurra un tiempo.

Los especialistas están intentando descubrir la cantidad de ejemplares que habrían llegado hasta la ribera del Guadalquivir en esta oleada. Además, tampoco se sabe con seguridad de qué tipo de variedad se trata. Se cree que es la europea, aunque no hay certeza de ello.

Esta especie fue capturada masivamente para consumir su carne, su piel e incluso derivados de sus glándulas hasta acabar al borde de la extinción, una posible razón de que determinadas personas pretendan aumentar la población de castores. Sin embargo, para este tipo de programas son necesarias una planificación previa y un seguimiento, además de la autorización de los especialistas competentes en esta área. En la actualidad, están protegidos en España desde 2020 y, además, se incluyen en el índice de especies amenazadas.

Los castores no son peligrosos para los humanos, ya que son animales pacíficos y que, como mucho, pisotean un terreno o hacen caer árboles de tronco fino al roerlos para alcanzar las ramas superiores, más apetitosas para ellos, que se alimentan de madera.

Por ello, se han encontrado troncos roídos, huellas en el barro y evidencias entre la hojarasca del paso de estos mamíferos, que han evidenciado las imágenes de algunos reporteros que se han desplazado hasta el lugar, como el reportero Juan Armenteros, de Canal Sur, que ha compartido la siguiente imagen en la red social X, antes Twitter.