ELECCIONES GENERALES 23J

El PSOE insistirá en Andalucía en azuzar el miedo a Vox para frenar la fuga de votos al PP

Los socialistas repetirán la estrategia fallida de las andaluzas alertando contra la ultraderecha para captar voto moderado de Cs, de socialistas desencantados con Sánchez que se fueron al PP y abstencionistas

Montero campaña 23J

Montero campaña 23J / Europa Press

Isabel Morillo

Isabel Morillo

Días después de las elecciones andaluzas de hace un año, junio de 2022, el PSOE andaluz llegó al convencimiento de que la estrategia de la campaña de miedo a Vox había sido fallida. Los resultados demostraron que cada vez que alertaban del peligro de que Vox entrara en la Junta de Andalucía estaban metiendo votos en el bolsillo de Juan Manuel Moreno. Muchos indecisos pensaron que lo mejor para evitar que la extrema derecha se sentara en el Consejo de Gobierno era votar al que todas las encuestas daban por ganador.

Pese a esta conclusión firme, doce meses después desplegarán en la comunidad andaluza la misma estrategia convencidos de que ahora la coyuntura es diferente, de que hay otra conciencia individual sobre los efectos reales de que Vox entre en los gobiernos y de que será el revulsivo idóneo para captar “voto moderado” en tres frentes. Voto que en su día fue a Cs, votantes socialistas desencantados que en su día eligieron la papeleta del PP de Moreno en Andalucía y abstencionistas de izquierda que han faltado a las últimas citas con las urnas cojan la papeleta del PSOE el 23J.

El PSOE cree que las andaluzas no fueron unas elecciones competitivas porque estaba claro, según todos los sondeos, que el PSOE no tenía ninguna posibilidad de formar gobierno. Por eso consideran que la llamada al voto útil que hizo Moreno le funcionó pero no le servirá ahora a Alberto Núñez Feijóo. En estas generales, el análisis que usan como punto de partida es diferente. Creen que los bloques están tan igualados que los votantes moderados van a entender que solo escogiendo la papeleta socialista de Pedro Sánchez van a frenar a Vox.

"Padres de gays y lesbianas"

“Llegan personas que, de forma espontánea, se acercan a nosotros y nos dicen que van a votar al PSOE. Madres y padres, que aunque hayan votado clásicamente al PP, tienen hijas que son lesbianas o hijos que son gays y que les transmiten el temor, el miedo a que lo que es una vida de felicidad en este momento se pueda convertir en un elemento de persecución y odio, y que le piden que voten a la izquierda", puso como ejemplo la número uno por Sevilla al Congreso y vicesecretaria del PSOE, María Jesús Montero. En ese mismo mensaje, la líder socialista confió en que un votante de centro derecha moderado dé su apoyo a Pedro Sánchez tras comprobar cómo perfiles antivacunas, negacionistas del cambio climático o de la violencia de género son los que gobiernan en los pactos cerrados por PP y Vox en 140 ayuntamientos y comunidades como Baleares, la Comunidad Valenciana o Extremadura.

En las autonómicas andaluzas, el estudio postelectoral del CIS certificó que la fuga de votantes socialistas al PP estuvo en el 15,6%, que el PSOE solo se quedó un 2,2% de votos de Cs (el 65% se fue al PP) y que un 31,5% de votos de Vox volvieron a las filas populares. El escenario de unas autonómicas y unas generales, dicen en el cuartel general de los socialistas, no es comparable.

Mucha más participación

Los socialistas están convencidos de que van a ser primera fuerza en Andalucía, pese a las severas derrotas en autonómicas y municipales, y que sus resultados van a mejorar de forma importante respecto a las anteriores citas electorales. De momento, la participación calculan que es una media de diez puntos superior en generales que en otras elecciones. Son las tres armas que manejan para frenar la hemorragia electoral en la comunidad andaluza. Frenar el trasvase de votos del PSOE al PP. Evitar que muchos votantes socialistas que dieron su apoyo a Juan Manuel Moreno se lo den ahora a Alberto Núñez Feijóo. Conseguir que muchos abstencionistas vayan a votar el 23 de julio.

Para propiciar una mayor movilización el PSOE reunió este jueves en Sevilla a alcaldes, portavoces municipales en la oposición y secretarios generales del partido en la provincia sevillana junto a Montero, el líder de los socialistas sevillanos, Javier Fernández, y el secretario general en Andalucía, Juan Espadas. Los dirigentes le pidieron un esfuerzo tras el agotamiento de las municipales, en muchos casos convertido en desazón por la derrota y el desalojo del poder el pasado 28 de mayo.

Las mayores bolsas de abstención de voto socialista en Andalucía está en los barrios obreros de las grandes ciudades andaluzas. En municipios pequeños o ciudades medios están convencidos de que el mensaje del PSOE llega de forma directa y activa a sus votantes. En grandes urbes, admiten, tiene más complicado mitigar el ruido sobre la gestión socialista en una campaña que denuncian que el PP está haciendo de forma “trumpista” intencionadamente para provocar desafección del electorado de izquierdas. La idea es que un pensionista o alguien que se haya beneficiado de la subida del Salario Mínimo Interprofesional salga a coger la papeleta del PSOE “más allá de que Pedro Sánchez le caiga mejor o peor que Juan Manuel Moreno”, dicen con claridad dirigentes socialistas. “Es un momento en el que hay que ir a votar con la cabeza y no con el corazón”, repite Javier Fernández, flamante presidente de la Diputación de Sevilla.

En las últimas generales, en 2019, los resultados del PP fueron muy malos, en plena fragmentación del voto de derechas, con la eclosión de Vox y Cs. En Andalucía en esa cita electoral el partido de Santiago Abascal dio el ‘sorpasso’ al PP en cuatro de las ocho provincias (Almería, Cádiz, Huelva y Sevilla). Ahora mismo eso es impensable. En el PSOE dan por hecho que el PP mejorará de forma muy importante un resultado especialmente malo en Andalucía en 2019 (obtuvieron 15 diputados de 61, ahora en Génova esperan 30) pero creen que los socialistas serán "la fuerza más votada" y esperan conservar sus 25 diputados al Congreso, “no valoramos caer más de uno o dos, como mucho”.