FAMILIAS

¿Es la copaternidad un modelo de familia aceptable para la bioética?: "No debemos demonizarlo"

"Hay dos pilares que hay que respetar siempre", advierte el Comité de Bioética de España (CBE)

Nace en Barcelona el primer bebé en régimen de copaternidad de España: "Es una niña"

Copaternidad.

Copaternidad. / Archivo

David López Frías

David López Frías

El pasado 29 de octubre nació en Barcelona el primer bebé de España nacido en régimen de copaternidad. Esto es, dos personas que se conocen y deciden tener un hijo en común sin ser matrimonio, pareja de hecho o similar. Sin tener más vínculos sentimentales que el de compartir el nacimiento y la crianza de un bebé.

Una idea que partió de la antropóloga catalana Carmen Balaguer, que fundó con este fin una empresa que pone en contacto a personas que quieren ser padres y, por motivos muy diversos, no lo consiguen. En este proyecto, reúne a personas con este anhelo y son ellos los que deciden quién es el candidato o candidata perfectos para tener un hijo en común.

Carmen Balaguer, responsable de la empresa de Barcelona de coopaternidad.

Carmen Balaguer, responsable de la empresa de Barcelona de coopaternidad. / CEDIDA

Fue EL PERIÓDICO DE ESPAÑA el primer medio en hacerse eco de esta iniciativa, que cada vez tiene más repercusión en nuestro país. Tanto seguidores como detractores. Y en este escenario, se publicó el informe anual del Comité de Bioética de España (CBE), que es un órgano colegiado e independiente que aborda las materias relacionadas con las implicaciones éticas y sociales de la Biomedicina y las Ciencias de la Salud. Cada año, su informe tiene un elemento central. Y en esta ocasión ha sido dedicado a la 'Coparentalidad CPC'.

Reacciones

Copaternidad, coparentalidad o CPC (Contractual Previa a la Concepción). Son todos términos que se refieren al mismo concepto. De hecho, el último ha sido acuñado precisamente desde el Comité de Bioética de España. Su informe suscitó numerosas reacciones, algunas en forma de titulares sesgados que hablaban de riesgos y peligros, y daban a entender que el Comité podría estar en contra.

"Nada más lejos de nuestra intención. Nosotros no estamos ni a favor ni en contra. No decimos que sea positivo ni negativo. Nosotros, desde el Comité de Bioética de España, redactamos un informe con un análisis ético y jurídico de las cuestiones fundamentales, con la idea de ofrecer una reflexión prudente sobre este nuevo escenario familiar"; le cuenta a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA la psiquiatra Leonor Ruiz Sicilia, presidenta del CBE.

"No hay que demonizar las nuevas formas de familia, porque es algo que está en continua evolución. La sociedad no se ha anclado en los modelos del pasado", aclara Ruiz Sicilia, señalando que "es un modelo que puede funcionar si se basa en el respeto y el amor". Y, sobre todo, en una serie de pilares fundamentales.

Los pilares

"La responsabilidad y el mayor bien del menor", enumera la psiquiatra como las dos grandes prioridades a tener en cuenta por los progenitores que se vinculan mediante un hijo y no mediante un matrimonio o una relación sentimental al uso. Además, indica que "la falta de convivencia [entre los padres] no debería ser un problema a priori. A veces, esa 'no convivencia' viene a solucionar algunos problemas más graves".

Se refiere la doctora a "escenarios familiares en los que la convivencia conlleva riesgos para los niños. Consideramos que es más importante la calidad de las relaciones que la estructura", asevera, refiriéndose a supuestos en los que existen núcleos familiares, pero no "buena calidad en las relaciones entre los miembros".

"La falta de convivencia [entre los padres] no debería ser un problema a priori. A veces, esa 'no convivencia' viene a solucionar algunos problemas más graves".

Leonor Ruiz Sicilia

— Presidenta del Comité de Bioética de España

"La pregunta inicial acerca de la coparentalidad es si estamos ante una familia. A nuestro juicio, la respuesta debe ser afirmativa, en la medida en que la estructura familiar no debería ser el factor determinante para decidir si una familia es funcional o no, siendo más importante que exista una buena relación, comunicación, confianza, afecto, respeto, cuidados y responsabilidades entre sus miembros. En suma, debe ponerse el énfasis en la calidad de las relaciones familiares, y no tanto en la estructura familiar per se".

Para el equipo redactor, hay una prioridad por encima de las demás, que es "el interés o beneficio superior de la niña y del niño". El CBE recuerda que "es el criterio axiológico principal y exige una protección legal y social adecuada. La Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, declara que todo menor tiene derecho a que su interés sea considerado primordial en todas las acciones y decisiones que le conciernan, y prevalente sobre cualquier otro interés legítimo que pudiera concurrir".

Los riesgos

Es aquí donde el informe hace referencia a los riesgos de este nuevo modelo, que es en lo que hicieron más hincapié los medios que se hicieron eco del informe. Pero el texto en realidad refiere a premisas de sentido común: "La lógica de mercado puede convertir al hijo o a la hija en un bien de consumo", advierte el CBE en el redactado. Y es que este modelo de familia arranca en la firma de un contrato. De ahí la advertencia de no convertir a un niño en un bien de mercado.

La pregunta inicial acerca de la coparentalidad es si estamos ante una familia. A nuestro juicio, la respuesta debe ser afirmativa

Leonor Ruiz Sicilia

— Presidenta del Comité de Bioética de España

En ese punto hace hincapié Ruiz Sicilia, que recuerda que "la lógica mercantil no excluye la presencia de rasgos y valores positivos de las relaciones parentales, como el amor, respeto, afecto o cuidado, siempre que la causa del contrato promueva la responsabilidad parental sin que su contenido, que sería el nacimiento del bebé, se conciba como producto o mercancía".

También advierte el informe del riesgo de cosificación del menor: "Hablamos de cosificación en la medida en que se impida el desarrollo de los atributos propios de su condición de persona. Los acuerdos tienen por objeto la gestión de los aspectos relacionados con la vida de la criatura, desde la organización de sus primeros días y meses hasta el orden de los apellidos, lugar del domicilio, bajas por maternidad o paternidad, gastos que genera atender a su cuidado (...) vacaciones, turnos de visitas de quien no tenga consigo al menor, los gastos que genere su salud o educación, etc.".

"Esta previsión anticipada de la vida de la persona menor puede llevar a una excesiva predeterminación de su personalidad, dada la necesidad de consenso para cualquier aspecto que no haya sido previsto en el acuerdo", alerta el informe, que prosigue diciendo que "es necesaria la flexibilidad en la redacción de estos acuerdos y no tanto la exhaustividad, sin pretender abarcar todos y cada uno de los aspectos propios de la persona menor de edad, lo que indicaría más bien un diseño de su personalidad adaptado a los deseos de sus progenitores".

Por lo demás, desde el CBE insisten en que "no demonizamos los nuevos modelos de familia", pero creen que, al tratarse de escenarios novedosos, "queda mucho por legislar. Sería necesario regular todos estos aspectos. Pero no sólo aquí, sino en otros como la maternidad subrogada". La bioética española no se opone a la copaternidad. Solamente advierte de que "la responsabilidad de los padres y el mayor interés del menor debe primar por encima de todo".