INFORME

La mitad de los jóvenes en España consideran que no tienen capacidad de ahorro a largo plazo

El estudio 'La juventud mediterránea frente a los desafíos de la crisis permanente', realizado por EsadeEcPol y Friedrich Naumann Foundation, pone de relieve la emancipación tardía y el pesimismo juvenil

Menos de la mitad de los jóvenes considera que puede cubrir bien sus gastos básicos.

Menos de la mitad de los jóvenes considera que puede cubrir bien sus gastos básicos. / FERRAN NADEU

María G. San Narciso

María G. San Narciso

Casi la de la mitad de los jóvenes en España (el 48%) considera que no tiene capacidad de ahorro a largo plazo y cuatro de cada 10 se enfrentan dificultades para hacerlo a corto plazo. Además, en el país, solo el 30% de las personas entre 18 y 34 años se considera capaz de afrontar emergencias económicas, mientras que el 40% enfrenta dificultades para ahorrar a corto plazo.

El último estudio realizado por EsadeEcPol y la Friedrich Naumann Foundation (FNF), La juventud mediterránea frente a los desafíos de la crisis permanente, muestra que, en todos los países analizados, menos de la mitad de los jóvenes considera que pueden cubrir bien sus gastos básicos. Un 42% en el caso de España. "La percepción media es que los jóvenes están en una situación ajustada, lo que se refleja en esta capacidad", ha afirmado Ignacio Jurado, profesor de la Universidad Carlos III, durante la presentación del mismo

"En España, la percepción es muy ajustada a la realidad. El 28% de las personas jóvenes creen que su condición económica es mala o muy mala, cuando los datos del Eurostat y del INE indican que el 26% de los jóvenes está en riesgo de pobreza, o en una situación de carencia material severa, o no trabaja todas las horas que le gustaría", ha añadido Ariana Aumaitre, del Instituto Universitario Europeo.

Desigualdades sociales

Esta realidad económica hace que hasta uno de cada cuatro jóvenes entre 30 y 34 años en España (26,5%) aún vivan con sus padres. La emancipación se produce, de media, a los 28 años. El motivo por el que no lo hacen antes es, para el 66% de los casos, la falta de ingresos, aunque, según la encuesta, la inestabilidad laboral también pesa.

El informe señala que, mientras que a los 18 años un 20% de los jóvenes viven ya de modo independiente, el porcentaje de emancipados no alcanza la mitad hasta los 25 años. Solo por encima de los 27 años hay más jóvenes que dicen vivir fuera del seno familiar que dentro del mismo. "Quizás más preocupante es que el progreso en la emancipación es lento para las edades más mayores. A los 30 años, más de un 30% aún no se ha independizado y a los 35 años, todavía el 20% de los jóvenes vive con sus padres", señalan los autores.

Por lo general, el alquiler es la forma más frecuente de vivienda en la mayoría de los países. Para la minoría que sí tiene vivienda en propiedad, casi todos la han conseguido con ayuda de algún familiar (un 65%). De media, tienen algo más de 25 años.

"Las brechas de la desigualdad empiezan a mostrarse en este hito, uno de los grandes de la vida adulta. Esta situación de precariedad se refleja en el desigual acceso de la vivienda y en la posibilidad de salir de aquella que comparten con el núcleo familiar. Es muy relevante que solo los que tienen una familia que les puede apoyar y ayudar tengan ese acceso", ha añadido Jurado.

Optimismo a futuro

El optimismo cambia totalmente cuando se imaginan su mundo a medio y largo plazo. Por ejemplo, como ha señalado Jorge Galindo, co-director de EsadeEcPol, la mayoría creen que estarán emancipados de cara a 10 años. Pero, al hacerles la misma pregunta al año y a las dos años, "hay una brecha considerable en función de los estudios".

Pero este optimismo a futuro e individual no siempre es positivo. Ignacio Jurado ha señalado que, si los jóvenes cuentan con expectativas de que van a estar mucho mejor, basarán sus demandas políticas en su situación futura y no solo en la presente. "Esto -ha indicado- puede reducir su capacidad de hacer visibles sus demandas y de poder hacer políticas que hagan más sesgadas y favorables hacia la juventud".

"Resolver este desacople entre pesimismo a corto plazo y optimismo a largo sugiere la necesidad de ayudar a superar las barreras significativas inmediatas que muchos jóvenes pueden tener ante sí para lograr independizarse del seno familiar. Por tanto, parece esencial que estas expectativas se tengan en cuenta en el diseño de políticas públicas, pues evidencian la necesidad de apoyo en las etapas iniciales de la vida adulta de estos jóvenes y de crear condiciones que favorezcan su emancipación en el futuro. Y, especialmente, justifica poner atención al acceso a la vivienda, que constituye a la vez la principal barrera y umbral necesario para consolidar la emancipación", apuntan en el informe.