CARDIOLOGÍA

Cada año mueren 7.500 mujeres más que hombres en España por enfermedades cardiovasculares

Una de cada tres muertes en nuestro país es por estas dolencias y los expertos llaman la atención sobre el peso del género o el estatus socioeconómico: las personas con menos recursos se exponen más a factores de riesgo

¿Por qué es cada vez más frecuente el infarto en personas jóvenes?

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Nieves Salinas

Nieves Salinas

Una de cada tres muertes en España puede atribuirse a las enfermedades cardiovasculares, principal causa de fallecimiento y hospitalización. El estatus socioeconómico juega un papel clave: las personas con menos recursos tienen una mayor exposición a factores de riesgo como el colesterol alto, la hipertensión, la diabetes y la obesidad. También el género: cada año mueren casi 7.500 mujeres más que hombres en España a causa de estas dolencias. Son algunas de las conclusiones destacadas del informe 'Hacia una mejor salud cardiovascular en España', que la patronal Farmaindustria ha presentado este miércoles.

Un extenso documento en el que se hace una completa radiografía de la salud cardiovascular de los españoles. Se evidencia también que la carga económica de estas enfermedades va en aumento: se estima que el coste total aumentó un 20 %, desde 6.400 millones de euros en 2014 hasta 7.700 millones en 2020. España ha puesto en marcha una Estrategia en Salud Cardiovascular en el Sistema Nacional de Salud, pero su abordaje, dicen los expertos, sigue siendo un gran desafío.

El informe -que la patronal ha encargado a la consultora PwC y en cuya elaboración han participado un amplio número de expertos de distintos ámbitos: administración sanitaria, sociedades científicas, clínicos de reconocido prestigio internacional, organizaciones de pacientes...- se ha dado a conocer en una jornada organizada por Farmaindustria y la patronal europea de la industria farmacéutica innovadora, Efpia, en la Real Academia Nacional de Medicina de España. Lo ha clausurado el ministro de Sanidad, José Manuel Miñones.

Fase de 'meseta'

El primer apunte, a cargo del doctor Juan Tamargo, catedrático de Farmacología en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, es que, si se habla de datos, España está mejor que otros países europeos, pero ha entrado en una fase de "meseta". Según el Instituto Nacional de Estadística de España, 119.196 personas fallecieron en 2021 a consecuencia de enfermedades cardiovasculares, siendo las mujeres las más afectadas: cada año mueren casi 7.500 mujeres más que hombres en España por este tipo de patologías.

Entre los años 1990 y 2019, nuestro país tenía la segunda tasa más baja de mortalidad por enfermedades cardiovasculares por edad entre los 27 países de la Unión Europea. Además, nuestra esperanza de vida en el momento del nacimiento está entre las más altas del mundo. Sin embargo, siguen siendo un problema clave de salud pública, advirtió el catedrático. Son la principal causa de muerte (26,4 % de todas las defunciones en 2021) y, a pesar de haber disminuido significativamente durante los últimos 20 años, su prevalencia ha empezado a estancarse recientemente.

Desigualdades territoriales


Porque, otro aspecto que resalta el informe, existen grandes desigualdades por comunidades "a lo largo de varias dimensiones interconectadas". Primero por la ubicación geográfica: la mortalidad, la prevalencia de los factores de riesgo y la mortalidad intrahospitalaria varían notablemente entre regiones. Sugiere, según los expertos, que existen "diferencias importantes en la exposición a los factores de riesgo, la sensibilización y el acceso a una prevención de calidad, a opciones terapéuticas y a servicios sanitarios".

Asimismo, el estatus socioeconómico juega un papel clave: las personas de grupos menos privilegiados tienen una mayor exposición a factores de riesgo metabólicos como el colesterol alto, la hipertensión, la diabetes y la obesidad. Más aún, el número de hogares en riesgo de pobreza aumentó durante la pandemia lo que a su vez limitó la capacidad de mantener hábitos saludables tanto para los adultos como para los niños.

El informe advierte que los factores de riesgo específicos de las mujeres frecuentemente se ignoran en la práctica clínica

Finalmente, el género es importante, ya que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en mujeres en Europa. Las mujeres deben hacer frente a desafíos particulares: desde la prevención y la solicitud de atención médica hasta la gestión de enfermedades y los resultados. Además, el documento reseña que los factores de riesgo específicos -es decir, preeclampsia, diabetes gestacional, cardiotoxicidad relacionada con el tratamiento del cáncer de mama, etc.- "frecuentemente se ignoran en la práctica clínica".

"Es muy probable que las mujeres españolas deban hacer frente a los mismos problemas. Si bien existen múltiples factores que impulsan los patrones desiguales en las enfermedades cardiovasculares, éstos se incrementan debido a la atención médica relacionada con ECV y otras afecciones crónicas, en un círculo vicioso difícil de romper", se critica en el informe.

Prevención y rehabilitación

En el evento, se ha hablado de los problemas principales relativos al diagnóstico precoz y la prevención. Primero, en población en riesgo. Los expertos resaltaron que "un porcentaje significativo" de la carga de la enfermedad no se detecta. Más de tres millones de casos de hipertensión (el 6 % de la población española) entran en esta categoría.

el El electrocardiograma proporciona mucha información a los especialistas en cardiología.

Un electrocardiograma. / EPE

Los datos sobre la prevención secundaria también son motivo de preocupación, añaden. Sólo dos tercios de las unidades ofrecen rehabilitación cardíaca y sólo una de cada diez personas son conscientes de sus niveles idóneos de colesterol. Datos recientes, de entre 2017 y 2020, reflejan "un panorama aún más sombrío", y muestran que el 86% de los pacientes con una enfermedad cardiovascular ateroesclerótica no alcanzan niveles idóneos de colesterol en el transcurso de dos años tras el diagnóstico. Adicionalmente, del 10 % al 12 % de los pacientes con embolia o enfermedad arterial periférica mueren durante ese periodo.

En la jornada, los distintos especialistas llamaron la atención sobre la necesidad de que exista un registro nacional de estas enfermedades porque, se indicó, los datos están sujetos a disparidades regionales en cuanto a la cantidad y calidad: sólo seis de las 17 comunidades y ciudades autónomas recopilan datos específicos a través de registros y, de esas, sólo tres los utilizan para fines que van más allá de informes anuales o la promoción de la salud.