ELECCIONES EL 18 DE FEBRERO

Feijóo se juega su liderazgo en las elecciones gallegas al plantearlas como un plebiscito sobre Sánchez

El líder del PP pone a prueba su labor de oposición contra la amnistía y los pactos del Gobierno con los independentistas en una cita electoral, la primera del año, en la que arriesga más que el propio candidato

Génova aprendió de los errores del 23J, busca una movilización total y que el PSOE sufra su primer revés en las urnas

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente gallego, Alfonso Rueda, en la Interparlamentaria de Ourense.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente gallego, Alfonso Rueda, en la Interparlamentaria de Ourense.

Es la primera vez que Alberto Núñez Feijóo no es el candidato del PP en unas elecciones gallegas desde 2009. Y, sin embargo, como reconocen en su propio partido, se juega más que el propio Alfonso Rueda, que aspira a la reelección y debuta en unas autonómicas como cabeza de cartel. Toda la presión recae sobre el líder nacional en el arranque de un ciclo electoral que servirá para consolidar su labor de oposición o, en el escenario más pesimista, que su partido pierda la Xunta y se abra otra crisis en el liderazgo del PP. 

Pocos dirigentes conservadores muestran dudas de que el Gobierno autonómico esté realmente en peligro. Pero muchos sí reconocen que no se alcanzarán los porcentajes de apoyo de Feijóo (en 2020 rozó el 48% de los votos y consiguió 42 escaños, cinco más de lo que marca la mayoría absoluta). El escenario que resuena como mayor riesgo es el de 2005, cuando Manuel Fraga se quedó a un solo escaño de gobernar gracias a una izquierda movilizada y solo dividida en dos partidos: PSOE y BNG. Si algo reconocen en Génova es que han aprendido de los errores del 23 de julio, cuando las encuestas les hicieron creer que llegarían a la Moncloa con total seguridad. Al final no fue así.

No dar nada por seguro ha sido el primer mandamiento en esta ocasión. El segundo, que no pueden perder el pulso entre los suyos. Un apunte revelador: Feijóo dijo el 17 de enero en una entrevista que la mayoría absoluta estaba en riesgo. Prietas las filas.

Algunos presidentes autonómicos reconocen en privado que la crisis de los pellets “les ha venido bien” porque sirvió para que el PP gallego, acostumbrado a grandes mayorías y a sufrir poco en las campañas, se volviera a reactivar. Había dirigentes que veían un exceso de confianza. Y, de hecho, Feijóo se volcará como si fuera un candidato más desde este mismo fin de semana con días maratonianos de varios actos a pie de calle y mítines pequeños en municipios de menor tamaño. La idea, reconocen en su equipo, es que no haya un solo rincón en Galicia donde no llegue el mensaje del PP, y garantizar que diferentes dirigentes (también participará Mariano Rajoy en algunos actos) estén pisando las cuatro provincias cada día.

Que Feijóo se juega su propio liderazgo en estas elecciones es ya una obviedad. El líder del PP decidió nacionalizar la campaña desde el primer momento y lleva varias semanas aprovechando cada intervención pública para lanzar la idea de que los gallegos “serán los primeros en pronunciarse” sobre “los pactos de Sánchez”, la amnistía y todos los demás asuntos de la política nacional. 

En la sede de Génova piensan en la cita como un plebiscito sobre el líder del PSOE, un partido que quieren ver hundido en las urnas. Lo contrario, si los socialistas resistieran, supondría un terremoto para el PP y su estrategia de oposición, centrada en asegurar que los españoles rechazan la ley de amnistía y las alianzas con los independentistas.

Algunos dirigentes de la cúpula nacional reconocen cierta frustración, admitiendo que incluso si Rueda mantiene la Xunta, pero lo hace “por los pelos”, en 38 o 39 diputados (esto es, rozando el límite de la mayoría absoluta) también habrá lecturas pesimistas en torno a Feijóo. “Estar en la oposición después de lo que nos ha pasado el 23-J es muy, muy duro”, admiten. Y por eso, reconocen, que la clave está en tener una mayoría holgada en las gallegas, un resultado aceptable en las vascas y una victoria muy clara en las europeas. Todo lo demás será dejar el trabajo a medias.

En todo caso, mientras el PP mantenga el Gobierno autonómico, con más o menos fuerza, la hoja de ruta seguirá en la misma línea. En el escenario de perder la Xunta, algo que muchos dirigentes de peso, admiten, no pueden “ni plantearse”, las consecuencias serían demoledoras. 

Con independencia de cuándo se abriría el debate de la sucesión de Feijóo en el partido ya se asumiría que el gallego no podría seguir al frente del PP a medio plazo. Los dos grandes nombres que suenan para esa etapa post-Feijóo son Isabel Díaz Ayuso y Juanma Moreno, pero ninguno de los dos quiere hablar de esa posibilidad y se dicen centrados en las mayorías absolutas que tienen en Madrid y Andalucía.