MINISTRA DE DEFENSA

Margarita Robles, los ojos de Sánchez en las guerras de Ucrania e Israel

La diputada por Madrid renueva la confianza del presidente en plena multiplicación de las alarmas de seguridad internacional

Todos los nombres del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez

La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles.

La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles. / EP

Juan José Fernández

La magistrada en excedencia del Tribunal Supremo y exvocal del Consejo General del Poder Judicial Margarita Robles Fernández, renovada para una legislatura más en la cartera de Defensa, se consolida como uno de los puntales en la estructura central del Gobierno de Pedro Sánchez. El sábado tenía ya noticia cierta de su confirmación en el cargo, apuntan fuentes gubernamentales.

Robles, de 67 años, diputada por Madrid como siempre sin carnet, renueva la confianza del presidente en plena multiplicación de las alarmas de seguridad internacional. Sánchez no ha querido enviar una cara nueva a las reuniones del grupo de Rammstein de ayuda a Ucrania, bautizado con el nombre de la base aérea OTAN en Alemania.

Ha optado el presidente por no obligar a una nueva figura a ponerse al día en esas relaciones delicadas del entramado de la Alianza Atlántica, especialmente las desplegadas por España desde la cumubre de Madrid con un núcleo duro de países comprometidos en contener y disuadir a Vladimir Putin. Los informes que eleva a Robles el CNI y la inteligencia militar -donde tiene a personas de su absoluta confianza- la convierten en ojos de Sánchez en el panorama estratégico.

Dos guerras

A la proximidad de novedades en el frente de Ucrania este invierno -incluida la posibilidad de que desde la cartera que Josep Borrell gestiona en las relaciones externas y de seguridad de la Unión Europea se renueve la presión para un alto el fuego- se une en la agenda de Defensa un asunto que se complica por semanas: el despliegue de la dirección de una misión tamaño Brigada OTAN para disuasión a Rusia en Eslovaquia, país ahora regido por uno uno de los gobiernos más tibios en el cerco occidental al Kremlin.

En el punto de máxima atención del Ministerio de Defensa están también las implicaciones de la guerra de Israel contra Hamás y la alerta constante en que se encuentran las tropas españolas desplegadas bajo mandato de Naciones Unidas en el sur del Líbano, donde le toca a España dirigir a la misión de interposición UNIFIL a través del general de División Aroldo Lázaro, jefe de 10.000 cascos azules de 41 países.

La renovación de Robles apuntala la continuidad también del Gobierno en una de sus opiniones sostenidas internacionalmente: que Europa no puede desaparecer del tablero de seguridad militar en el Sahel. 

Mejilla derecha

La ministra Robles es la mejilla derecha del Gobierno de Sánchez. Fue laboriosa fontanera en áreas de seguridad y justicia de gobiernos socialistas en la última legislatura de Felipe González, y hoy es la figura que más complace a la oposición popular y sectores conservadores de la sociedad y del propio partido socialista. Es la razón por la que la golpeó más la oposición de izquierda que la de la derecha en la crisis del espionaje sufrido -y también ejercido- por el Gobierno con el software Pegasus.

Pero la titular de Defensa no se ha batido solo entre uniformes, también entre togas: su perfil de jueza excedente del Supremo ha salido a relucir en diversos momentos de la legislatura anterior, cuando el Ejecutivo ha querido dar contestación a salidas de miembros del Consejo General del Poder Judicial. Y no solo entre uniformes y togas: Robles ha sido también el alfil del ala derecha del Gobierno cuando Sánchez ha querido zanjar rifirrafes con la hasta ahora lider del ala izquierda, la ministra de Podemos Ione Belarra.

Robles gobierna un rincón clve del Estado, con pasillos muy directos con Zarzuela, y con una plantilla, la de los militares, en la que se vive una extendida hostilidad más o menos latente contra los pactos del PSOE con los independentistas, y que de vez en cuando erupciona, como con ocasión del último manifiesto de militares retirados, y golpistas, y del incidente con un alférez de la Academia General Militar que acudió armado a una de las algaradas en la calle Ferraz.

A la ministra de Defensa le toca aplicar la segunda fase del multiplicado programa de rearme y de otros gastos militares de España, de acuerdo con el compromiso adquirido con la OTAN de elevar la inversión militar hasta el 2% del PIB. Programas renovados de 12.000 millones de euros de adquisición de armamento y de tecnologías para una nueva fase de robotización en las Fuerzas Armadas esperan en el calendario de Defensa para 2024.