ELECCIONES AUTONÓMICAS

Feijóo se encomienda a los empresarios vascos para competir con el PNV en Euskadi

El líder del PP prepara el terreno electoral y busca el plácet de los empresarios en su operación para disputar parte del voto de centro derecha con recetas económicas, asumiendo la reivindicación de que la industria vuelva a ser un eje y prometiendo baja fiscalidad. En el plano político: defensa cerrada del autogobierno

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, con el lehendakari Íñigo Urkullu, en Bilbao.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, con el lehendakari Íñigo Urkullu, en Bilbao. / H. BILBAO / EUROPA PRESS

Paloma Esteban

Paloma Esteban

El PP competirá en las próximas elecciones vascas mirando de frente al PNV, bajo el convencimiento de que investir a Pedro Sánchez —si el guión se cumple— sin tan siquiera plantearse un apoyo a Alberto Núñez Feijóo, puede pasarle factura. Sobre todo, en el contexto actual de EH Bildu al alza. Competir por el centro derecha en Euskadi es muy complicado para los populares, cuya representación institucional lleva años bajo mínimos y con los nacionalistas vascos copando la hegemonía de ese espacio. Aún así, la elección del diputado por Álava y ex delegado del Gobierno de Mariano Rajoy, Javier de Andrés, está encaminada a esa estrategia.

Y las bases del discurso las sentó este lunes el propio Feijóo durante su intervención en el Congreso de la Empresa Familiar en Bilbao. Un paquete de recetas económicas para reflotar lo que en Moncloa transmiten como buenos datos macroeconómicos y que el PP niega — “España no va bien”, resumió — encomendándose al apoyo del empresariado vasco para intentar sacar la cabeza en la próxima cita electoral. Su intervención política horas más tarde en Gernika fue otra declaración de intenciones: apoyo al autogobierno y a la sensibilidad más autonomista, sin una sola mención a lo que horas antes decía Isabel Díaz Ayuso desde Madrid, pidiendo de nuevo que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre la ilegalización del partido de Arnaldo Otegi.

Como ya hizo en la campaña de las generales y, sobre todo, en las semanas previas a su investidura buscando presionar al PNV, Feijóo se empeñó en trasladar a los empresarios su interés para devolver la política industrial al primer plano de la política. Es, fuera de toda duda, la ambición de las compañías vascas. Se comprometió a trabajar para que la industria consiga pesar el 20% del PIB y abrazó la idea que también defienden los empresarios: “Si no lo hacemos, nos iremos empobreciendo en los próximos lustros”. 

En Génova reconocen que el plácet del empresariado en Euskadi es fundamental para acudir a una cita electoral, y más teniendo en cuenta el momento actual. Dedicó buena parte de su intervención sobre la política industrial al aluminio primario y al acero, reprochando que España haya dejado de ser un productor relevante en lo primero “sin que pase nada”. Los guiños al sector automovilístico y después, a la industria alimentaria y de pesca, tampoco fueron casuales. Una intervención medida que busca resultados concretos.

Igual que su posición en materia de fiscalidad, que ya no vende como un brindis al sol. Feijóo cifró en 2.000 millones de euros la bajada de impuestos que las comunidades autónomas gobernadas por el PP (muchas desde las elecciones de mayo) han implementado ya. Primero, disminuyendo la tarifa autonómica del IRPF (algunas como Madrid deflactarán el impuesto de la renta por segundo año consecutivo de altísima inflación) y, en segundo lugar, eliminando o bajando progresivamente el Impuesto de Sucesiones y Donaciones. 

“También estábamos bajando el de Patrimonio, pero llegó otro y lo superpuso”, dijo, mirando la tasa a las grandes fortunas que el Ministerio de Hacienda lanzó para contrarrestar la acción de Madrid, Andalucía y otras autonomías que se sumaban como Murcia. “Nosotros pensamos que con impuestos contenidos, la recaudación no solo no baja sino que puede subir”, dijo a modo de conclusión a un auditorio que le gustaba lo que escuchaba, según explican algunos de los presentes. 

El mensaje de los fondos europeos también estaba estudiado ante un público que no termina de tranquilizarse con la gestión que hace el Gobierno. “Si convertimos la recepción de fondos en un gigantesco plan E, lo vamos a hacer mal”, avanzó. Reprochó al Ejecutivo presumir de ser los primeros que reciben los fondos mientras las cifras de ejecución no son públicas. Y no solo eso, se alineó con el ‘lehendakari’ Íñigo Urkullu, al que citó expresamente, dándole “la razón” a su propuesta de que se territorializar los fondos europeos y sean las comunidades, con la industria local o autonómica, o en algunos casos multinacional, la que presente directamente los proyectos desde los territorios.

El discurso en Bilbao tendrá una continuidad el miércoles en Barcelona. Dos lugares donde el PP no pretende ya competir solo con los electorados de PSOE, Vox o lo que queda de Ciudadanos, sino que aspira a dar un mordisco entre los votantes de centro derecha nacionalista: PNV y parte de Junts. En el equipo de Feijóo insisten en la reflexión que llevan tiempo haciendo, convencidos de que buena parte de esos electores no comparten las alianzas con Sánchez y entienden que el proyecto del PP actual podría tener cabida en sus autonomías.

Para la dirección nacional crecer en esas dos comunidades autónomas es esencial después de haberlas identificado como la gran debilidad de los conservadores el 23J. En el caso de Cataluña y a pesar del crecimiento (fue el tercer partido más votado), el PSC consiguió sostener a Sánchez por sus resultados en esa autonomía. En Euskadi también subieron, pero en Génova creen "muy insuficientes" los resultados.

El PP vasco se encamina ya hacia la renovación. El primer fin de semana de noviembre se celebra el congreso en el que De Andrés tomará las riendas, terminando la etapa de Iturgaiz. La escenificación ayer en Gernika fue elocuente en ese sentido. Está por ver el resto del equipo autonómico y, sobre todo, el que se conformará de cara a las listas de las elecciones y los cambios que puedan acarrear en el Congreso de los Diputados, además de la salida del líder. El gran problema que tiene el PP es cortocircuitar una campaña polarizada entre PNV y Bildu. Los nacionalistas vascos saldrán a la convocatoria como única opción de frenar a la izquierda abertzale. Y Feijóo pretende tender puentes con el PNV en una legislatura muy complicada... mientras se disputa el electorado en su territorio.