DEL 'AYUSISMO' AL ANDALUCISMO

Feijóo potencia sus voces autonómicas para preparar la batalla electoral

Los expertos coinciden: además de su vocación autonomista, Feijóo llegó al poder del PP gracias al apoyo de los barones y eso implica concederles una mayor independencia en sus discursos y estrategias

El líder popular explota el PP más "camaleónico" bajo la idea de que Ayuso es "la mejor candidata para Madrid” o Moreno, con un perfil muy distinto, lo es para Andalucía

Isabel Díaz Ayuso, Alberto Núñez Feijóo y Juanma Moreno Bonilla.

Isabel Díaz Ayuso, Alberto Núñez Feijóo y Juanma Moreno Bonilla. / JORGE GIL.

Paloma Esteban

Paloma Esteban

El mensaje de Isabel Díaz Ayuso reaccionando al decreto ley de medidas de ahorro que el Gobierno aprobó sin hablar con las comunidades autónomas (finalmente las ha convocado tras las quejas) —“Madrid no se apaga”— recordó mucho a los lemas que la presidenta de la Comunidad agitó durante la pandemia, en una confrontación constante con el Ejecutivo central y que la llevó también a un éxito rotundo en las elecciones de mayo de 2021. Aunque Génova opta por una postura más prudente en las formas, comparte el fondo de las críticas de Ayuso. Y, en todo caso, el líder nacional entiende que el perfil desarrollado por la madrileña ha dado con la clave del éxito en su región.

Feijóo ha hecho de la convicción autonomista su gran bandera política y la seguirá potenciando de cara a la futura batalla electoral, las autonómicas y municipales de la próxima primavera. En la dirección nacional están convencidos de que cada presidente “conoce mejor que nadie su territorio” y que Ayuso es “la candidata perfecta para Madrid” igual que Juanma Moreno, con otro perfil y otro tono, “lo ha sido para Andalucía”. “Cada uno a lo suyo. Lo que hay que hacer es ganar”, ha repetido más de una vez el dirigente conservador a sus filas.

Los expertos también coinciden en que los barones territoriales se han constituido como un eje central del liderazgo de Feijóo. De hecho, Pablo Simón, politólogo y profesor de la Universidad Carlos III, recuerda que su llegada a la presidencia del PP estuvo muy condicionada por los barones y, por tanto, con independencia de la defensa que hace de la autonomía territorial para todos ellos, el equilibrio y la paz interna en su caso es igual de importante. 

“A diferencia de Casado, que llegó tras un sistema de semiprimarias con todos los demás candidatos unidos contra Soraya Saénz de Santamaría, para Feijóo el poder territorial lo es todo. Los barones, de alguna manera, son los que acaban con Casado. Y el acuerdo sobre su liderazgo se cimenta sobre la idea de paz territorial como se vio con Ayuso tomando las riendas del PP de Madrid”, explica Simón.

La consultora y especialista en comunicación política, Verónica Fumanal, ahonda en la misma idea. “Feijóo sabe que el poder orgánico que ahora tiene en el PP nada tiene que ver con el institucional que ostentó en la Xunta, y con el que si cuentan Ayuso y Moreno. Ha sido cocinero antes que fraile y sabe que los poderes institucionales hicieron caer al presidente del PP elegido en primarias. En lugar de confrontar, él surfea por las distintas sensibilidades del partido”.

Fumanal pone de ejemplo el reciente decreto de ahorro energético que tanta polémica ha generado. “Yo no veo que Ayuso le esté haciendo flaco favor a Feijóo o que le marque el paso. De hecho, pienso que llena un espacio al que el líder no llega. Sin desautorizar y con leves matices, consigue ampliar la base del PP. Quien quiera ver un PP moderado lo ve en Feijóo y aquellos votantes que quieren más dureza o incluso electores que se fueron con Vox, se ven representados en Ayuso. Lejos de fagocitarse, yo veo que el PP se amplía”, analiza Fumanal sobre la estrategia del popular.

Precisamente, el congreso de abril de Sevilla dejó claro que los líderes autonómicos tendrán competencias sobre sus territorios, también para los mensajes políticos e ideológicos, e incluso Feijóo renunció a elegir a los candidatos municipales, dejando en manos de los presidentes regionales la decisión. El presidente conservador medirá resultados, pero la elección y responsabilidad recae sobre las CCAA. 

Con esa máxima, el líder popular también dio plena autonomía a Juanma Moreno en su campaña electoral. La mayoría absoluta apabullante del andaluz en el mayor feudo socialista de España avala la tesis de que las comunidades deciden sobre sus estrategias. Moreno tiene un discurso político muy propio, pegado al territorio y que claramente se identifica ya con un andalucismo moderado. Su estrategia será replicada en las provincias de cara a las municipales, donde el PP necesita consolidar el éxito del 19 de junio en ayuntamientos por toda la comunidad. 

LA 'FÓRMULA FEIJÓO'

Ayuso y Moreno representan con claridad el modelo territorial en el que Feijóo confía y que él mismo representaba en Galicia tras sus cuatro mayorías absolutas. Es cierto que los analistas dan por hecho que el crecimiento nacional del líder gallego tiene otras explicaciones que no tienen tanto que ver con el “camaleonismo” territorial del PP, en palabras de Pablo Simón.

Si la obsesión de Casado era la reunificación del centro derecha apostando por la ideología (y mirando de reojo a Vox), Feijóo ha vuelto al PP más económico y pragmático, convencido de que huyendo de los mensajes polarizadores y aportando una visión de oposición más sosegada, cosechará mayores apoyos. Las encuestas por ahora le dan la razón y sitúan al PP en cabeza. Y todo ello alejándose por momentos de Santiago Abascal.

“Vox se aprovechó mucho del asunto territorial en la repetición electoral de 2019. Con independencia de sus líderes autonómicos, de lo que vamos a hablar mucho de cara a las próximas elecciones es de economía. Y políticamente, el PP aprovechará la idea de que el Gobierno está en manos de los independentistas para alejarlo del centro político. Pero por una cuestión de modelo territorial”, considera Simón. 

Fumanal anticipa que el “momento de total debilidad” que vive la formación ultra tras ver fracasar sus expectativas en Andalucía o con la marcha de Macarena Olona, una de sus principales dirigentes, está haciendo que el partido “no asome mucho la cabeza”. Pero también reconoce que cuando empiece a hacerlo tendrá que enfrentarse a “la incoherencia absoluta” de parte de su discurso: querer acabar con las autonomías pero participar de ellas, por ejemplo en el Gobierno de Castilla y León. Feijóo está convencido de buscar la diferenciación ideológica con Vox, precisamente, en el discurso de defensa cerrada de las autonomías.