Opinión | IGUALDAD

Un acuerdo para cuidar y para cuidarnos

Si bien es cierto que hubo avances para las mujeres en la pasada legislatura, la próxima debe ser la de las familias. Si queremos progresar como sociedad, debemos mejorar las condiciones de crianza, de cuidado y el derecho al tiempo

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz.

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. / José Luis Roca

No cabe duda de que la pasada legislatura, pese a pandemias, guerras y otros fenómenos adversos, hemos podido avanzar en derechos. Se han dado pasos adelante para la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres. Se ha avanzado en la mejora de las pensiones de las mujeres, la reforma del aborto, con la ley libertad sexual y la concienciación sobre el consentimiento, la violencia a la infancia y el acoso las niñas y adolescentes, los derechos de las personas trans, el IMV y muchos avances laborales para los salarios más bajos y los trabajos más precarios que, además, han tenido como consecuencia la reducción de la brecha de género. Hoy, sin duda, en muchos aspectos estamos mejor que hace cuatro años.

Pero cuando una nueva legislatura empieza, cabe aspirar a seguir avanzando y, con esa expectación he leído el acuerdo de gobierno entre el PSOE y Sumar para la investidura de Pedro Sánchez, buscando lo que considero prioritario. Si bien es cierto que hubo avances para las mujeres en la pasada legislatura, la próxima debe ser la de las familias. Si queremos progresar como sociedad, debemos mejorar las condiciones de crianza, de cuidado y el derecho al tiempo. Debemos tener tiempo y medios para criar, para cuidar y para cuidarnos.

El documento de acuerdo presentado el pasado martes me ha dado unas cuantas alegrías en este sentido. Un paquete de medidas para las familias va a permitir que cada familia, con sus circunstancias, pueda organizarse mejor y también que las mujeres podamos tener más posibilidades de no colapsar en el intento de andar combinando cinco o seis gorros de madre, trabajadora, cuidadora, responsable de logística, etc. y no olvides hacer ejercicio.

Veo entre los compromisos una ley de usos del tiempo, aleluya, para lograr un reparto más equilibrado de tareas y tiempos, veo jornadas híbridas y horarios de trabajo adaptables y flexibles (ojalá para todos y no solo para nosotras), veo la reducción de la jornada laboral sin reducir sueldos y también ¡por fin! las familias monoparentales acceden a derechos que tanto necesitan, las madres solas son grandes olvidadas del estado de bienestar. Para las personas mayores y las personas dependientes mejorará la financiación de los cuidados y se prioriza que puedan permanecer en casa frente al modelo de residencias.

En cuanto a las medidas de infancia, se ponen en marcha ayudas para gafas y lentillas, más becas comedor (aun no universal y gratuito) y extraescolares, con horarios ampliados en los centros. Los permisos parentales se amplían hasta 20 semanas cada progenitor. Además, por fin tendremos permisos retribuidos para cuidar a nuestros hijos y no tendremos que inventarnos más que los enfermos somos nosotros. La escuela pública y universal empezará a los 2 años. Para los niños y niñas en el sistema de protección se priorizará la acogida frente a los centros, como indica la UE.

Soy muy optimista con lo que suponen todos estos avances para las familias. La verdad, enhorabuena al PSOE y Sumar. Pero, hay una medida que no entiendo muy bien. Hablan de "revisar la prestación por crianza y unificar con el complemento de Infancia del Ingreso mínimo vital y la deducción por maternidad". No acabo de entender cómo se va a hacer. No lo dice. Claramente estas políticas necesitan poner un poco de orden. Aunque hemos avanzado, seguimos siendo de los últimos países de nuestro entorno en inversión en infancia. Quizás por eso somos campeones de pobreza infantil y baja natalidad. Sin prestaciones decentes y a riesgo de empobrecer, con insuficientes servicios públicos y con horarios imposibles y triples jornadas, no hay quien se anime.

La deducción del IRPF es una ayuda que llega a las familias con hijos que hacen la declaración de la renta. Esto deja fuera de la ayuda a las familias que más lo necesitan, las que tienen menos ingresos y, por tanto, no hacen el IRPF. El IMV es un infierno burocrático que no permite que accedan quienes más dificultades tienen. La deducción por maternidad solo la cobran las madres que trabajan o han trabajado. No las que más lo necesitan, no todas por el hecho de ser madres. Además, hay una franja de personas entre los que cobran demasiado para acceder al IMV y demasiado poco para entrar en el IRPF, que están fuera de todas las ayudas. Efectivamente es un cacao magnífico. Pero no nos dicen cómo se va a arreglar, así que lanzo una propuesta: una renta universal por hijo/a que esté al nivel de los países más avanzados de la UE.

Sugiero cambiar ese críptico párrafo por una nítida apuesta hacía la renta universal por crianza. Si de verdad queremos apostar por las familias, si de verdad queremos que la gente pueda tener hijos, si de verdad queremos que las mujeres no vivamos agotadas y estresadas con nuestras triples jornadas, si de verdad queremos acabar con la pobreza infantil en este país, que es nuestra mayor crueldad, no hay otra. Hay que apostar de manera clara por una prestación universal por crianza, seria y con recursos suficientes. Una medida así, unida a todo lo que ya está en el acuerdo, nos brinda una legislatura de grandes avances para cuidar y para cuidarnos.