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¿Por qué Trias gana... y luego pierde?

El candidato de ADN convergente, apoyado por Puigdemont, hizo una eficaz campaña, pero a la hora de los pactos no tuvo en cuenta que el acuerdo con ERC no tenía la mayoría requerida y presentaba riesgos

El candidato de Junts per Catalunya a la Alcaldía de Barcelona, Xavier Trias

El candidato de Junts per Catalunya a la Alcaldía de Barcelona, Xavier Trias / Europa Press

La elección de Collboni como alcalde en lugar de Xavier Trias, que había quedado primero (11 concejales contra 10 en un pleno de 41), ha generado una gran sorpresa y frustración entre los electores que hasta el mismo día creyeron que Trias era indiscutible.

Sin embargo, que el candidato con más concejales no sea al final elegido no es algo extraordinario. Sin ir más lejos, en Girona Silvia Paneque, la candidata del PSC, fue la primera y no es alcaldesa por un pacto que ha entronizadoal candidato de las CUP locales con el voto de Junts y ERC. Y en España 50 candidatos socialistas que llegaron primero tampoco son alcaldes.

¿Por qué pues la conmoción en cierta Barcelona? Porque Trias hizo una muy rentable campaña al unir el ADN convergente moderado (¿nostalgia Pujol?) con el apoyo poco aparatoso pero eficaz -evitando que políticos de Junts atacaran la moderación de Trias- de Puigdemont que sabe que sin votos en el interior será cada día más débil. 'Trias per Barcelona' (sin mención a Junts) ha sido un éxito al pasar de cinco concejales en 2019 a 11. ¿Cómo? Manteniendo los votos que en 2019 fueron a Elsa Artadi y sumando muchos que entonces fueron a ERC y también a Manuel Valls, el candidato “españolista”.

Trias quizás podría haber salido por la lista más votada sino hubiera buscado aliados. Pero no se quiso arriesgar y tampoco quiso pactar con Collboni, la única alianza que garantizaba los 21 concejales de mayoría absoluta. No era una negociación fácil porque de 11 a 10 diputados no hay una inmensidad. Pero era un pacto imbatible y bien visto en muchos ambientes porque unía dos equipos con experiencia, uno de centro-derecha y otro de centro-izquierda. Pero, al no pactar con Collboni, Trias tenía que garantizarse que no hubiera una mayoría alternativa y creyó -por matemáticas o por ideología- que el acuerdo con Maragall era la mejor solución porque impedía un pacto de izquierdas (PSC, Colau y ERC)que hubiera sumado 24 concejales, tres más que la mayoría absoluta.

A primera vista, apuesta impecable, pero no tuvo en cuenta ni la tenacidad de un Collboni al que se le dejaba fuera, ni que solo sumaba 16 concejales; ni que al pactar con ERC 'Trias por Barcelona' daba paso a un ayuntamiento independentista, pero sin mayoría. Era jugar con fuego, pero se creía que los comunes y el PP no podrían nunca apoyar juntos, al PSC. Pero quien juega con fuego corre el riesgo de quemarse.

Jaume Collboni.

Jaume Collboni. / Jaume Collboni

Al final los comunes han preferido a Collboni, con el que han gobernado, que a Trías cuya campaña se centró solo en echar a Colau. Pero el PSC y los comunes tenían solo 19 concejales. ¿Cómo Collboni, sin programa común ni pacto de legislatura, ha sobrepasado los 21? Sumando al PP. Por varios motivos. Uno, el PP había tenido un éxito (relativo), al pasar de 2 a 4 concejales y tiene al frente a un profesional, Daniel Sirera, no un paracaidista despistado como otras veces.

Y Sirera ha visto que si el PP era decisivo, por primera vez, en la elección del alcalde de Barcelona, su cotización subiría. Dos, apoyar al PSC para evitar no a Trías sino un ayuntamiento independentista sin mayoría, era algo que no sería mal visto ni en la derecha catalana ni en la española. Tres, Feijóo, que ante todo es un pragmático, ha creído que apoyar un alcalde socialista en Barcelona, y otro en Vitoria, contra ERC y contra Bildu, no solo no le perjudica sino que contribuiría a “blanquear” el viacrucis de los pactos con Vox. Centra algo su imagen de cara a las generales.

La elección de Collboni se ha debido a las matemáticas y a la ‘realpolitik’. Para el independentismo el gran escándalo es el pacto con el PP. Pero, dos acotaciones. Una, Sirera ha tenido solo un concejal menos que Elsa Artadi, la candidata de Junts en 2019. No es pues un extraterrestre.

Dos, el partido que con Trias como dirigente pactó el apoyo al gobierno Aznar, que no era la izquierda del PP, tiene difícil quejarse de que el PSC haya buscado los votos de Sirera para la alcaldía. Quizás Bill Clinton adaptara su fórmula: es la ‘realpolitik’, estúpido.

Trias (y Puigdemont) han hecho una gran operación. Pero a la hora de sumar se han vuelto a equivocar. Los 11 concejales de Trías más los 5 de Maragall no tenían la mayoría.