Opinión | POLÍTICA

Cataluña resumida en un pleno

Por mucho que algunos ahora se peguen contra la pared, todo fue el resultado de la negociación y el pacto

El socialista Jaume Collboni flanqueado por el candidato de JxCat, Xavier Trias, y la candidata de BCNComú, Ada Colau.

El socialista Jaume Collboni flanqueado por el candidato de JxCat, Xavier Trias, y la candidata de BCNComú, Ada Colau. / EFE/Quique García

El pleno del Ayuntamiento de Barcelona del sábado pasado fue una catarsis que explica los últimos 40 años de la Cataluña política. La transmisión televisiva realizada por Betevé, modélicamente objetiva, de casi cinco horas de duración, debería ser revisada por estudiantes de Políticas, Periodismo, Psicología e Historia como un incunable de emociones. Un 360 grados de análisis. Y es que hubo de todo.

Es cierto que para entenderlo se precisaría una clase de contextualización que situara a todas las familias ideológicas, los intereses personales y los fantasmas que persiguen a la ciudad, y así desmenuzar Barcelona como una gran capital y, por lo tanto, un poderoso eje de poder.

Por mucho que algunos ahora se peguen contra la pared, todo fue el resultado de la negociación y el pacto. Las posteriores lecturas políticas son libres y siempre interesantes, sobre todo para desmenuzar la lógica del pensamiento de unos y otros. 

Históricamente la Barcelona democrática de finales del siglo XX tuvo dos grandes espacios de influencia. La socialista y la nacionalista. Pasqual Maragall, aunque de larga estirpe Condal, fue considerado por aquel nacionalismo convergente un tipo estridente, bobalicón y bohemio, incapaz de nada. Sin embargo, su estilo mediterráneo, pero también fenicio y griego, lideró la ciudad, la dibujó, y en realidad la sigue perfilando.

Maragallismo y nacionalismo son cosas opuestas, se vean desde el punto de vista que quieran. Y eso es lo que estaba en juego el sábado por la tarde en el salón del Consell de Cent, espacio ilustre de nuestra historia. Barcino se ha construido con esa libertad asalvajada que la hace propia, incluidos sus errores, que los hay.

Eso estaba en juego. El nacionalismo, ahora transformado en independentismo, vio el sábado su momento cerca. Y en solitario. Que nadie olvide que Xavier Trias tuvo que pactar con el PP para ser alcalde en 2011. Un pacto imperfecto y de presupuestos, claro. Una alianza con 'almax forte'. Así, que no ha sido Madrid quien ha dado la alcaldía a Jaume Collboni. Ha sido el voto de los barceloneses.