Opinión | TECNOLOGÍA

La inteligencia artificial y las nuevas oportunidades en los procesos de selección

Los departamentos de personal usan cada vez más la inteligencia artificial en su lado del proceso y parece que ha llegado la oportunidad de hacerlo también en el lado del candidato

Dos espectadores ante una pantalla

Dos espectadores ante una pantalla / Alejandro Garcia

El arte de los procesos de selección siempre ha sido dominado por unos pocos privilegiados. En el mercado anglosajón, es evidente quiénes provienen de universidades de renombre, ya que estas instituciones preparan a sus estudiantes para superar con éxito la primera barrera de entrada al mercado laboral. Esta minoría sabe cómo enfrentarse a los procesos y está entrenada para ello. Sin embargo, el resto deben aprender las reglas no escritas del sistema a través de decepciones, rechazos y numerosos intentos hasta que consigan dar con la clave. A menudo, les toca leer libros, escuchar tutoriales, dedicar horas a entender los trucos e incluso pagar para recibir ayuda para superar los primeros filtros. Aquí es donde la inteligencia artificial generativa puede democratizar este conocimiento, permitiendo que muchas más personas tengan la posibilidad de llegar. Y eso, sin duda, es esperanzador.

Las organizaciones llevan años beneficiándose de la tecnología en sus procesos de selección, aunque no sin polémica. Para llegar a mejores candidatos y dedicar menos tiempo a todo el proceso, especialmente en las fases iniciales de cribado, las empresas han ido gradualmente introduciendo inteligencia digital en la cadena de contratación: desde la descripción del puesto hasta quién lo ve en las distintas plataformas. LinkedIn y su algoritmo de recomendación de perfiles supusieron un cambio en el juego, haciendo que muchos de estos departamentos entendieran cómo puede facilitarles la vida la tecnología. Se ha convertido en una herramienta valiosa para optimizar los procesos de selección. Análisis de currículums, palabras clave en las aplicaciones, entrevistas en vídeo, evaluaciones, pruebas, y automatización de procesos. En teoría, estas herramientas deben también contribuir a neutralizar los sesgos de los que contratan, identificados hace tiempo y que suelen hacer las que organizaciones sean muy homogéneas. En la práctica, las propias herramientas han traído sus sesgos de diseño o de datos, así que la cosa debe ser tomada con cautela y como apoyo. Lo que es evidente es que los departamentos de personal usan cada vez más la inteligencia artificial en su lado del proceso y parece que ha llegado la oportunidad de hacerlo también en el lado del candidato.

ChatGPT, junto con otros modelos como Bard y Claude, están revolucionando el proceso de búsqueda de empleo. Estos chats, entrenados en ingentes cantidades de datos de texto de internet, pueden producir texto tan sofisticado y similar al humano, que casi es indistinguible. Sí, eso significa que pueden escribir cartas de motivación, mejorar tu CV o entrenarte para que contestes preguntas. Los más tecnologizados ya lo están usando como un coach personal para buscar trabajo porque la preparación alcanza una personalización como si tuvieras tu propio entrenador de una universidad de élite. No tiene los contactos que éstas proporcionan, pero al menos hará que muchos no sean descartados por los automatismos de un sistema. La inteligencia artificial democratizada quizá ayude a nivelar este campo de juego.