Opinión | ANALISIS POLÍTICO
Las derechas, centradas en lo importante
Para PP y Vox lo importante no es para qué gobernar: para muestra, el botón del acuerdo que aupará a Carlos Mazón a la presidencia
Tres horas les costó al PP y VOX llegar a un acuerdo de gobierno el lunes en la Comunitat Valenciana. En solo tres horas, tres señoros del PP y tres señoros del Vox, incluido un condenado por violencia machista “violencia psíquica habitual y 21 faltas de coacciones, injurias y vejaciones”, dejaron aparte todas sus diferencias –si es que las tuvieron alguna vez- y zanjaron con eficacia una negociación exprés de gobierno. Tres puestazos para Vox, medio folio y listo. No deja de admirarme la claridad de las derechas a la hora de centrarse en lo importante.
Ni el quién, ni el para qué, ni el cómo. Para ellos, lo importante no es el quién: en cuanto alguien molestó al acuerdo, lo apartaron rápidamente y ya se encargó su partido de buscarle otro acomodo. Para ellos lo importante no es para qué gobernar: no se entretuvieron en presentar un acuerdo de gobierno con 100 medidas ni con 50 medidas, ni con 10 medidas, presentaron un sorprendente acuerdo de 5 no-medidas, con una redacción que da hasta vergüenza leerlo. Para ellos no es importante tener un proyecto de futuro para los valencianos y valencianas. Para ellos lo importante no es el cómo, ni poner en valor la unidad de las derechas, ni buscar referentes. Para ellos lo importante es gobernar. Manejar el poder y la pasta, y todo lo demás es accesorio y secundario.
Nadie manda si no gobierna. Nadie gana si no gobierna. Eso, quienes realmente mandan en la derecha, lo tienen muy claro. Desde el fin del bipartidismo, en un sistema parlamentario como el nuestro, sirve de muy poco ganar unas elecciones si no se consigue un acuerdo para gobernar. De hecho, en la mente de los votantes, quien gobierna ganó las elecciones, porque ya nadie se va a acordar de los detalles del resultado, ni de los detalles de los pactos ni los acuerdos. Lo que cuenta, al final, es quién gobierna. Y, con esto, la derecha y quienes les mandan, admiten pocas tonterías.
Por eso Feijóo puede ahorrarse el buscar referentes intelectuales o sociales para sus listas. Por eso Ayuso puede presentarse a las elecciones sin programa, con un folio en blanco. Por eso las líneas rojas no son muy rojas. Por eso Vox puede permitirse volver a poner a un delincuente machista a encabezar sus propuestas sin despeinarse. Por eso no defraudan a los suyos, porque tampoco generan unas expectativas que les puedan confundir. Ellos van a lo que van, a gobernar. Formarán gobiernos en todos los sitios que puedan, con Vox y con quien haga falta y sin remilgo ninguno. Y se presentarán a las elecciones con una promesa clara: quitar a Sánchez y ponerse ellos. Todo lo demás ya lo veremos después en el BOE.
En la izquierda genera mucho estupor que alguien pueda presentarse ahí sin un documento supersesudo, participativo, largo y tocho, que habrá que revisar muchas veces y que requeriría de rendir cuentas sobre lo hecho. Igual que sorprende que una candidata a presidir una comunidad autónoma no pretenda en toda una campaña presentar ni defender ninguna de sus medidas, ni las pasadas ni las que pretenda poner en marcha en el futuro. Nos deja atónitos que alguien pueda decir estoy aquí, soy estupenda, votadme y ya decidiré yo lo qué es mejor para vosotros y tranquilos que os irá bien. Y les funciona, sí. Y que luego en cualquier ayuntamiento o comunidad se centren en formar gobierno ¿Con Vox? Con quien sea, porque una vez sale el presidente victorioso a decir que eso está bien, pues ya está bien para quienes le han votado, porque han conseguido lo que querían, gobernar. Y, si gobiernan, han ganado.
Y creo que sería bueno dejar de juzgar lo que hacen o dejan de hacer, dejar el lamento o la amenaza y empezar a entender por qué les funciona a ellos lo suyo y, sobre todo, por qué no ha funcionado la otra opción que, para muchos de nosotros era mucho mejor. Porque, para mí no hay duda de que el gobierno del Botànic era mucho mejor, pero no ha conseguido renovar. Obviamente en la izquierda no valen estos métodos de la derecha
te quienes no queremos gobiernos del PP con Vox somos muchos más. Somos mayoría. Y, si todas nos movilizamos, no podrían gobernar. Si todas nos movilizamos. Ya. Pero, si mucha gente pasa, no podemos ganar.
En la derecha les da igual si les votan con resignación o con ilusión, porque les votan igual. Los demás somos más, pero la resignación no nos funciona, el voto contra la derecha no nos funciona -o no lo suficiente-, el haber gestionado mucho mejor tampoco es suficiente. Los nuestros no votan siempre y pase lo que pase, nos piden más. Entonces solo nos queda dejar de tropezarnos con nuestros propios zapatos y centrarnos en lo importante, en nuestro caso movilizar e ilusionar, para ganar y gobernar.
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