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Familia Masaveu: de fabricar cemento a los hoteles de cinco estrellas

El grupo asturiano Masaveu ha apostado por la diversificación industrial y financiera en sectores muy distintos: de la energía al turismo pasando por las bodegas de vino 

La compañía también aspira a convertirse en un actor determinante en el sector de las energías renovables

Vista aérea de una cementera catalana.

Vista aérea de una cementera catalana. / Ricard Cugat

Fue a principios de los años 90 cuando volé a Oviedo para encerrarme en el registro mercantil de la capital asturiana. El objetivo era lograr la mayor documentación posible sobre las empresas cementeras controladas por el grupo Masaveu. En aquella época, dedicarse al cemento era un negocio de moda gracias al boom de la construcción facilitado por los grandes proyectos de infraestructuras. Alrededor del sector se movían grandes fortunas familiares, bancos y multinacionales. Además, cada autonomía se jactaba de tener a sus propios líderes. 

Apellidos como Serratosa, Molins, Rumeu, Fradera, Koplowitz y Masaveu eran algunos de los representantes de una época que se fue transformando con la llegada del nuevo siglo. El aterrizaje de la mexicana Cemex, propiedad de la familia Zambrano, revolucionó el panorama. En aquella época, a las cementeras del grupo Masaveu les acusaban sus rivales de importar cemento barato desde Turquía a precios de dumping. El sector estaba dividido en distintos grupos y los puñales volaban de un lado a otro. Detrás de Masaveu se escondía una familia sin aparición pública, que había optado por la máxima discreción y no informar. Cuidaban su empresa con extraordinario sigilo.

Ha llovido en Asturias desde entonces y Masaveu sigue siendo hoy uno de los grandes grupos españoles más discretos, aunque sí ha abandonado parte del secretismo de antaño. Ha habido cambios generacionales y una profunda transformación empresarial donde se mantiene la raíz del negocio: el cemento. Mientras las familias contra las que competía han ido vendiendo o deshaciéndose de parte del negocio, el cemento, el hormigón y los áridos se mantienen vivos. Está en su ADN.

Del cemento a la energía, pasando por el sector inmobiliario, el médico, el turismo y las bodegas. Masaveu es el gran imperio empresarial y financiero asturiano, con una presencia activa en cinco países además de España. Accionistas, además, de Santander, Bankinter, Línea Directa, Logista y Unicaja. La Fundación María Cristina Masaveu Peterson es una de las más activas en educación y arte. La escultura Julia, de Jaume Plensa, que domina la plaza de Colón de Madrid, es un proyecto de mecenazgo que abanderan.

En su afán por contar historias, ‘activos’ ha querido apostar en este número por un grupo empresarial que demuestra que la diversificación genera rendimientos económicos y sociales. Javier Cuartas, uno de los periodistas económicos de referencia de nuestro país desde La Nueva España, ha desmenuzado Masaveu. De dónde viene y hacia dónde dirige sus esfuerzos. Y sobre todo: por qué aspira a convertirse en un actor de referencia en la revolución energética en que están inmersas España y Europa.

Masaveu es una historia de éxito, como lo son la de decenas de familias empresariales, cada una de ellas con sus respectivas estrategias. Mayores o menores, especialmente en el sector del lujo o de alta gama. ¿Qué ocurriría si grupos como Masaveu decidieran unir sus principales negocios/marcas, incluyendo hoteles, con otras empresas con los mismos activos? ¿Es posible que en España pueda formarse algún día un gran holding empresarial en aquellos productos líderes atribuidos al sector de la alimentación, la bebida, la moda o la artesanía? ¿Es una utopía pensar que algún día España pueda generar su propio LVMH, la gran empresa de lujo francesa, líder bursátil en Europa?

Para ahondar en el estado de estos negocios, Juan Carlos Lozano ha entrevistado a la presidenta del Círculo Fortuny, Xandra Falcó. Radiografía de un sector que sigue moviendo números discretos comparados con los grandes grupos europeos.

Falcó destila la cara y la cruz del sector en la entrevista. Existe un déficit de marca, un tópico que viene arrastrándose de las épocas en que los Masaveu solo fabricaban cemento, y falta de ambición para poder aglutinar a todo el sector. El lujo mueve en España 17.000 millones, la mitad que en Italia y una tercera parte que en Francia, recuerda Falcó. Hay un desconocimiento generalizado de que algunas marcas son españolas desde su origen. En algunos casos, quienes las elaboran tampoco están interesados en anunciarlo. Un déficit que ha mejorado con el paso del tiempo, pero que pervive. Afecta a la cadena de valor e incluye a proveedores de las grandes marcas internacionales que prefieren el anonimato. Que Masaveu sirva de ejemplo. Feliz Navidad.