INCENDIOS FORESTALES

¿Qué son los incendios de sexta generación?

El cambio climático y la actividad humana están dando lugar a incendios mucho más voraces y peligrosos que escapan a las posibilidades de extinción

Incendios en Las Hurdes.

Incendios en Las Hurdes. / Infoex

Héctor González

Héctor González

De la mano del cambio climático y los fenómenos extremos, como las olas de calor, las sequías y las lluvias torrenciales, sumado al abandono de la gestión forestal y a los cambios de uso del suelo, los incendios se están volviendo mucho más devastadores y peligrosos. Se les conoce incendios de 'sexta generación' y resultan casi imposibles de extinguir.

Se ha visto incendios de este tipo con anterioridad en zonas como Australia y California (Estados Unidos), pero este año, espoleados por la ola de calor abrasadora, se están produciendo varios de ellos en distintos países del sur de Europa, incluida España.

La clave de este tipo de incendios, un fenómeno hasta hace poco extraño que se está aumentando cada vez más, es que resultan tan intensos que son capaces de generar su propia meteorología, pudiendo originar tormentas de fuego que dan lugar a nuevos focos.

¿Cómo son los incendios de sexta generación?

Se trata de fuegos extremadamente rápidos y agresivos, en los que las llamas pueden superar la velocidad de 4.000 hectáreas por hora, lo que supone entre seis y 12 veces la velocidad de un incendio al uso. Las nubes creadas por estos incendios pueden llegar a generar segundos focos en los incendios.

La columna de humo del incendio se va enfriando según asciende, hasta que se condensa, dando lugar a nubes conocidas como pirocúmulos. Dichas nubes continúan ascendiendo hasta que, al entrar en contacto con las partículas de hielo de las partes altas de la atmósfera, originan tormentas eléctricas de gran intensidad que provocan nuevos focos incendiarios.

¿Por qué se producen?

Los incendios de "sexta generación" son una de las consecuencias más evidentes y graves de la emergencia climática. El cambio climático ha "precalentado" el ambiente y ha creado las condiciones propicias para este tipo de fuegos.

El aumento de las temperaturas ha hecho que algunas especies vegetales surjan en zonas para las que no están adaptadas. Además, cada vez más, las lluvias se concentran en episodios cortos e intensos, que provocan inundaciones, pérdida de suelo y problemas de absorción del agua.

En estas condiciones, los incendios resultantes son tan intensos que es imposible luchar contra ellos. Tan solo se puede llevar a cabo una estrategia defensiva, es decir, establecer prioridades y decidir qué se quiere salvar. La única solución contra estos incendios es la prevención durante el resto del año.

La Península, arrasada por el fuego

El primer incendio de estas características vivido en la Península ocurrió en Portugal en 2017, que acabó con la vida de 64 personas y calcinó medio millón de hectáreas. En 2019, tuvimos incendios de estas características en Ávila, Tarragona y Canarias, mientras que en 2021 tuvimos el de Sierra Bermeja (Málaga). Actualmente, varios de los incendios que asolan España, como los declarados en Zamora y otras zonas de Castilla y León, amenazan con escapar de control dada su enorme complejidad y las condiciones de calor extremo y fuerte viento.