ARTE

En tiempos oscuros, extraños y violentos, un diazepam salvaje

Escapar del dolor es el hilo conductor de 'La línea blanca del horizonte', la muestra que organiza la galería Mad Is Mad hasta el 3 de abril para calmar una desazón global

'Tinta y acuarela sobre papel' (2024), de Maru.

'Tinta y acuarela sobre papel' (2024), de Maru. / ARCHIVO

Pedro del Corral

Pedro del Corral

La masacre de Palestina. La muerte de Carlos Saura. El terremoto de Marruecos. La victoria de Javier Milei. Las protestas de Hollywood. El caso Rubiales. Un tiempo extraño, oscuro y violento parece haberse impuesto en un mundo anestesiado por Instagram. Frente a la barbarie, la incertidumbre y la propaganda, se ha convertido en la tirita más grande del universo. Dos escenarios enfrentados y, por mera supervivencia, distanciados. Escapar del dolor es el hilo conductor de La línea blanca del horizonte, la muestra que organiza la galería Mad Is Mad para calmar una desazón global. A través de la obra de Elena Ardao, Atauri, Diego Lara, Maru, Giovanna Ranaldi y Romero Doncel abre una brecha a la tranquilidad y equilibrio. Un diazepam salvaje para encontrar la serenidad que tanto escasea hoy.

“Los paisajes que nos rodean no son sólo una transformación colectiva del medio, también son un producto social que refleja una determinada manera de organizar los territorios. De ahí que las ojeadas sobre ellos resulten tan diversas y, a menudo, opuestas. La mía busca la realidad en su propia belleza, asumiendo que las escenas emergen en el devenir en el que fluyen”, explica Elena Ardao. La artista plástica, que ha expuesto en Suiza y México, plantea una relectura de la pintura en El placer de contemplar, su propuesta para la exposición. A través de ella, ha analizado cómo la vida muta a la velocidad del viento. Una reflexión que comparte Atauri, habitual de On Art Space y Marita Segovia: “El dibujo es urgente porque es emoción. Cada línea es un apunte. Y cada trazo es una estela que nos une al modelo que nos identifica”.

'Tinta sobre papel' (2024), de Atauri.

'Tinta sobre papel' (2024), de Atauri. / ARCHIVO

Con este objetivo, Diego Lara ha utilizado el ecosistema como un mecanismo para regresar a las raíces. Sólo así, podría llegar a su propia esencia. “En un ejercicio de vivencia del paisaje, al recorrerlo observo los elementos que comprenden su morfología y, con su posterior registro en el papel, persigo aprehender el entorno. Así, se establece una relación entre la propia acción de caminar y el recuerdo que genero para conservar estas experiencias en mi memoria”, sostiene el autor, que cursa estudios en Diseño Gráfico y coordina la editorial MadLibro. Su serie profundiza en la faceta estética de la naturaleza. Y, para ello, mezcla el blanco y negro de sus composiciones, cargados de lirismo y melancolía, con la herencia de la poética romántica: “Es un empeño por transmitir esa mirada al horizonte”.

Ilustrar fábulas

Maru estudió Arquitectura Técnica en la Universidad de Sevilla, aunque su pasión siempre fueron los pinceles y los lápices de colores. Gracias a ellos, aprendió a expresarse… y exteriorizar la magia que atesoraba dentro. “Mi amor hacia todos los seres fantásticos y reales que habitan el planeta es lo que me inspira en cada pincelada. Cada rama, cada hoja, cada flor que pinto me conectan con más fuerza a la Madre Tierra. A través de ella encuentro la paz y la calma que necesito y que espero contagiar”, dice. A Giovanna Ranaldi, por su parte, le gusta ilustrar fábulas, poesías y libros sin palabras. Licenciada en Arte Grabado en Roma, tiene claro cómo armar su obra: “Pequeñas figuras, sólidos imposibles, cientos de líneas y signos. Cada signo, un gesto. La repetición se hace pensamiento, idea y oración geométrica”.

'Tinta sobre papel' (2024), de Atauri.

'Tinta sobre papel' (2024), de Atauri. / ARCHIVO

El oasis informativo en el que se ha convertido este espacio termina con la obra de Paco Romero Doncel, sociólogo y programador de actividades culturales. “Llevo desde siempre relacionándome con el arte directa e indirectamente, pero es hoy cuando siento la necesidad de crear. Desde 2023, mis manos no hacen más que materializar los sentimientos que me mueven a diario”, sostiene. El resultado es un debate sobre la armonía y el positivismo que nos mueve: “Piezas que son hermosas por sí mismas y cuyo destino es alimentar alguna hoguera en La Mancha. Rescatadas de la quema, son ahora protagonistas dentro de otro marco. Una reencarnación circular para ser eternas”. Como el ojo de esta exposición.