TRATAMIENTO DE RESIDUOS

La nueva planta de residuos orgánicos de Valdemingómez, prometida para finales de 2023, se retrasará hasta verano

Unos “imprevistos” durante las obras han provocado este retraso y obligado a modificar el contrato inicial

La revisión del de contrato supondrá un sobrecoste de 7,4 millones de euros para las arcas municipales

La izquierda madrileña critica como un parche las medidas de Almeida para Valdemingómez

Estado actual de la construcción de la planta de compostaje de 'Los Cantiles', en el parque de Valdemingómez.

Estado actual de la construcción de la planta de compostaje de 'Los Cantiles', en el parque de Valdemingómez. / Ayuntamiento de Madrid

Héctor González

Héctor González

Con capacidad para procesar 100.000 toneladas de residuos orgánicos al año y bautizada como ‘Los Cantiles’, la nueva planta de compostaje de Valdemingómez debía estar terminada a finales de 2023. Sin embargo, no lo hará hasta el próximo verano. Unos “imprevistos” surgidos durante las obras han provocado este retraso de varios meses y obligado a “modificar el contrato inicial”, según han reconocido a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA fuentes del Área de Medio Ambiente y Urbanismo, lo que supondrá un sobrecoste de 7,4 millones de euros respecto al presupuesto original.

La construcción, con un plazo de ejecución previsto de 15 meses, arrancó en el verano de 2022. Varios meses después, tras una visita a las instalaciones realizada en enero de 2023 por el delegado del ramo, Borja Carabante, el Consistorio informó en una nota de que la planta estaría acabada antes de finalizar el año. El propósito era que la planta estuviese ya operativa a principios de este 2024, contribuyendo así a alcanzar los “objetivos marcados por las diferentes legislaciones para el reciclaje de residuos municipales, fijado en el 55 % para el año 2025”. Lo primero, por lo pronto, no se ha cumplido. 

Paradójicamente, la culpa de esta situación la tienen unos residuos. Y es que, según la explicación aportada por Urbanismo, durante el transcurso de las obras "apareció una bolsa de residuos" con la que no se contaba, lo que obligó a parar para "realizar catas" - excavaciones de pequeña o media profundidad que se practican para estudiar el terreno-. Tras este proceso, "hubo que proceder a su retirada y, por tanto, modificación del contrato", añaden las fuentes consultadas. Eso sí, matizan, el retraso en la construcción de la nueva planta de compostaje "no afecta a la recogida" de los restos orgánicos.

En concreto, se trata de una modificación del contrato mixto de redacción de proyecto constructivo, ejecución de obra y explotación, con un coste añadido de 7.393.064,70 euros, que la Junta de Gobierno municipal autorizó el pasado jueves, aunque sin informar de ello en la rueda de prensa posterior. Este montante se suma a los poco más 41 millones de euros designados inicialmente, de los cuales 31 millones corresponden a la construcción de la planta y, el resto, a su explotación durante tres años - en un primer momento, hasta 2026-.

El largo debate sobre Valdemingómez

Justo una semana antes, el jueves 7 de marzo, el Consistorio aprobó un nuevo contrato de servicio para incrementar el control del impacto medioambiental del Parque Tecnológico de Valdemingómez. El objetivo de este acuerdo, con una duración de tres años y un coste plurianual de 1,7 millones de euros, es ampliar y mejorar los controles propios en las instalaciones para mitigar las afecciones al medioambiente, tal y como explicó públicamente - esta vez sí- el equipo de Gobierno de José Luis Martínez-Almeida.

Cabe recordar que el parque de Valdemingómez es el recurso municipal que, desde 1978, aglutina todas las instalaciones de tratamiento de residuos de la capital. Entre ellas se cuenta la incineradora de Las Lomas, largo tiempo rodeada por la polémica. Los partidos de la izquierda y diversas entidades vecinales y ecologistas llevan años reclamando su cierre, alegando que se trata de un enorme foco de contaminación ambiental y de un peligro para la salud de las personas.

Tanto Más Madrid como el PSOE madrileño han abanderado en reiteradas ocasiones la lucha por el cierre de la planta. La última de ellas la semana pasada, cuando criticaron como un parche que no soluciona la raíz del problema la medida de endurecer los controles ambientales en el parque. Antes de eso, en sus alegaciones a la 'Estrategia de Prevención y Gestión de Residuos Domésticos y Comerciales' presentada por Almeida en julio de 2023, ambas formaciones plantearon la clausura de la incineradora como el único camino a seguir. De hecho, los socialistas pusieron una fecha concreta sobre la mesa: diciembre de 2025, momento en el que finaliza el actual contrato de gestión.

Sin embargo, la postura del Gobierno municipal es bien distinta. La estrategia de residuos apuesta por mantener la infraestructura en funcionamiento, al menos, hasta 2035, argumentando que cerrarla antes de entonces es una medida poco realista y que supondría, además, tener que ampliar el vertedero. En su respuesta a las alegaciones, Carabante acusó a la izquierda de hacer propuestas "sin rigor técnico" y de no ofrecer ninguna alternativa al cierre. Por su parte, Almeida defendió que, tras más de 100 millones de euros invertidos, Valdemingómez es "ejemplar" y "minimiza todos los efectos perjudiciales que se puedan producir".

100.000 toneladas de residuos orgánicos al año

El proyecto de la nueva planta de tratamiento de residuos orgánicas de Valdemingómez, o planta de compostaje, echó a rodar a finales de noviembre de 2019, durante el primer mandato de Almeida al frente del Ayuntamiento de Madrid, cuando la Junta de Gobierno autorizó la licitación del contrato. Tras una interrupción forzada por la pandemia de coronavirus, la UTE formada FCC Medio Ambiente, CESPA y Gyocivil se hizo con la adjudicación del proyecto en agosto de 2021, dando comienzo a las obras casi un año después, en junio de 2022.

Cuando finalmente esté terminada, la nueva planta permitirá reciclar los residuos del cubo marrón. Es decir, todos los restos de comida, servilletas usadas y pequeños restos de jardinería que se generan en los hogares y bares, denominados técnicamente como fracción orgánica. 'Los Cantiles', llamada así en homenaje a la geología típica de la zona, tendrá una capacidad de procesamiento de más de 100.000 toneladas de residuo orgánico al año, que transformará en compost para su reutilización como fertilizante.

Tal y como recoge la nota publicada por el Consistorio en enero de 2023, la nueva infraestructura, que será la más grande de toda la región y una de las mayores de España, contribuirá a la economía circular y minimizará el impacto de la gestión de estos residuos. Todo el proceso, según detalla el texto, estará automatizado y "confinado" dentro de las instalaciones, evitando así la emisión de gases de efecto invernadero y de malos olores. Con esta actuación, añade la nota, el Ayuntamiento "muestra su compromiso con el cumplimiento de los objetivos" de reciclaje de residuos, que tendrá que alcanzar el 55% en 2025, y "se adelanta tanto a las obligaciones comunitarias como a las establecidas en la nueva Ley de residuos de abril de 2023". Queda por ver ahora si este adelanto, dadas las circunstancias actuales, termina produciéndose.