LA VIDA CONTIGO

Un clavo no saca a otro clavo: desmontando el mito que esconde dependencia emocional y miedo a la soledad

Hollywood ha creado una idea de amor romántico que hace que muchas personas piensen que la fase de sentir mariposas en el estómago debe durar toda la vida, por lo que muchos "priorizan estar con alguien, pero no con quien"

Las personas que encadenan relación tras relación suelen tener problemas de autoestima.

Las personas que encadenan relación tras relación suelen tener problemas de autoestima. / Shutterstock

En 2005 se hizo pública la relación de Fernando Alonso y Raquel del Rosario. Pese a las dudas iniciales, lo suyo iba en serio, tanto que incluso pasaron por el altar. Pero el amor se acabó y en 2011 anunciaron su separación en un comunicado. Este sería, que se sepa, el vínculo más largo en la vida sentimental del piloto. Desde entonces lleva al menos cuatro novias, aproximadamente una cada dos años, sin apenas dejar pasar tiempo entre pareja y pareja. Porque, parece, en la vida del bicampeón no hay lugar para el duelo. Otro nombre con una historia similar es Taylor Swift. Su lista de novios es extensa. Partiendo de que algún rumor de todos los que ha publicado la prensa rosa sea infundado, en la cuenta le salen cerca de una decena de parejas en apenas 15 años. Tampoco deja mucho tiempo para llorar. Prefiere reservar esos sentimientos de tristeza, dolor y pérdida para sus canciones, una estrategia que −nadie puede negarlo− le ha salido redonda.

Pese a que ambos cuentan con esa aura especial para los amoríos que solo tienen los famosos, lo cierto es que ni Fernando Alonso ni Taylor Swift son la excepción que confirma la regla. Solo son dos personas más entre la larga lista de gente que encadena una relación tras otra. Muchos incluso no finiquitan una hasta que tienen atada la siguiente. Y en la mayoría de los casos suelen durar dos, como mucho tres, años. Algunos se justifican diciendo que la magia se acaba. Otros dicen que necesitan sentir esas mariposas en el estómago. Porque eso es innegable: la ciencia ha certificado en más de una ocasión que esa sensación de que las relaciones cambian tras los primeros dos años es real y tiene una explicación biológica. Sin embargo, algunos no lo asumen y se denominan ‘adictos al amor’. O más bien al enamoramiento. La cuestión es: ¿no será que no saben estar solos?

“Existe una adicción a la energía de la nueva relación. Cuando se acaba la ilusión, aparece el enamoramiento más maduro y se ve que no todo son purpurina y abrazos. Ahí es cuando mucha gente se desencanta y busca una nueva”, afirma Paula Delgado (@paula.psychology), psicóloga forense, autora de El bienquerer. “Es una fase donde se activa toda la química de nuestro cuerpo que nos hace conectar con el placer, con el bienestar, con el deseo sexual, con la necesidad de fusión y contacto con la otra persona, donde nos sentimos con mucha energía, deseados, especiales…”, subraya Noemí Seva, trabajadora social especializada en violencia de género, coach y terapeuta transpersonal, que recuerda que esos sentimientos son “tremendamente adictivos”.

Miguel Ángel Rizaldos, psicólogo especialista en psicología clínica, comparte esta reflexión y añade matices: “A veces el amor se idealiza y se piensa que tiene que ser siempre como al principio. Pero esta etapa pasa, las siguientes son distintas, no quiere decir peores. Depende del esfuerzo que haga la pareja”. En este sentido, Noemí Seva añade que, tras esta euforia inicial, las personas deben volver a sentirse autónomas, pero no siempre es así: “Hay personas que son adictas a este momento y no quieren un amor calmado, que es igual a un amor sano”.

Ambos coinciden también en que las personas que presentan estas actitudes tienen características comunes, siempre teniendo en cuenta que “cualquiera de nosotros en un momento puntual podemos vivir una relación de dependencia no sana”, asevera Noemí Seva. Paula Delgado menciona la baja autoestima, la búsqueda de validación externa y la necesidad de refuerzo constante. Pero las causas van más allá: “Se ve con frecuencia en personas que no han tenido un apego seguro en la infancia, que no se han sentido queridos incondicionalmente y, entonces, buscan eso. Necesitan estar con alguien, pero no miran con quien”, subraya Rizaldos, que acaba de publicar ‘¿Ser frágil es malo?’, un ensayo en el que explica cómo hacer de la vulnerabilidad una gran aliada.

Carrie Bradshaw y Mr. Big.

Carrie Bradshaw y Mr. Big. /

Dependencia emocional

la dependencia emocionalpánico ante la idea de rupturalas elecciones son erróneas

¿Cuánto se tarda en superar una relación?

El dicho de que cada persona es un mundo se vuelve a aplicar en esta situación. Pero, lo que no debe ponerse en duda es que la herida necesita cerrarse antes de empezar otra relación. “Es como una herida, si no la curas no te haces daño, pero al final se infecta. Es normal que duela, pero es lo que toca”, indica Rizaldos. Noemí Seva está de acuerdo: “Tras una ruptura, necesitas elaborar esa pérdida y darte permiso para sentir la tristeza, el enfado, el miedo y todo lo que se activa en nosotros a nivel emocional”.

Sin embargo, no hay que olvidar que, como seres sociales, sentir dependencia de otras personas es natural, y no solo ocurre en las relaciones amorosas. Eso sí, hay veces que se lleva a tal extremo que se vuelve insano. Noemí Seva lo explica a la perfección: “Una cosa es sentir que eliges a tu pareja porque te suma, te gusta la vida a su lado, os impulsáis y crecéis juntos… Y otra bien distinta es sentir que necesitas estar a su lado porque solo eres incapaz de funcionar. El sentimiento de que si esa relación se acaba, nadie más te va a querer”.

¿Afecta más a las mujeres?

el patriarcado sale a relucir cuando se habla de la salud de las relaciones personalesEn la escala social se penaliza mucho que una mujer esté solanadie las aguanta

Nos han enseñado a cuidar, no a cuidarnos. Durante años, los referentes que hemos tenido en nuestras madres y abuelas coincidían en que el objetivo en la vida de una mujer pasaba por encontrar pareja y construir una familia. El no haberlo conseguido a cierta edad era motivo de juicio”, subraya Noemí Seva, que trata ampliamente el asunto de la dependencia emocional y el amor propio en su libro ‘Ámate, y mucho’.

Jack y Rose en 'Titanic'.

Jack y Rose en 'Titanic'. /

Rizaldos afirma que esto no es una sensación, sino que la respaldan los datos. “Hay estudios que hablan que afecta a las mujeres hasta un 75 por ciento más. Es más, dicen que las mujeres lo pasan peor con las rupturas, lo viven con mayor intensidad, pero los hombres tardan más en superarlo”. Si no que se lo digan a Taylor Swift.

A estar solo se aprende

Hollywood estereotipo de amor románticoPretty WomanTitanic

Pero muy pocas veces las grandes producciones se centran en la importancia de sentirse bien con uno mismo, sin entrar en el refuerzo de una pareja. Eso no quiere decir que sea un objetivo imposible. “Es importante que aprendamos a disfrutar de nuestros momentos de soledad sin sentirlo como un fracaso o como que hay algo roto en nosotros. El objetivo debe ser crearnos una vida que nos guste y relaciones nutritivas”, concluye Noemí Seva. En la misma línea se posiciona Paula Delgado: “Debemos reforzar la relación con nosotras mismas, hacer actividades que hacemos para otros solo para nosotras como, por ejemplo, cocinar. No te das a ti misma esos cuidados”.