Borrell: "Gaza es más o menos como Barcelona, imaginen la mitad de esta ciudad reducida a escombros"

La cumbre de la Unión por el Mediterráneo que este lunes se celebra en Barcelona se ha abierto esta mañana con duras condenas a la matanza de civiles en Gaza y los llamamientos a extender el alto el fuego que expira esta misma noche entre Israel y Hamás. Tras repetir su repudio al ataque terrorista de los islamistas el pasado 7 de octubre en el sur del Estado judío, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha condenado el sitio impuesto sobre la Franja, el "desproporcionado" número de muertos de la ofensiva israelí y la masiva destrucción que está dejando. "Gaza es más o menos como Barcelona, unos 2,5 millones de habitantes. Imagínense que la mitad de esta ciudad hubiera sido reducida a escombros. Buena parte de la opinión pública mundial lo considera inaceptable", ha dicho Borrell. 

La cumbre coincide con el décimo quinto aniversario de la Unión por el Mediterráneo, pero con la gravísima situación que vive la región no ha habido espacio alguno para las celebraciones. Israel ha optado por cancelar su participación en la reunión, mientras que el ministro de Exteriores de Catar, el país más cercano a Hamás y activo en la mediación en Gaza, también se ha descolgado a última hora.

Todo el foco inmediato se centra en los esfuerzos diplomático para extender el alto el fuego, que ha dado pie al intercambio de decenas de prisioneros entre las partes. "Todos están trabajando en estos momentos -catarís, egipcios, estadounidenses, europeos, españoles y nosotros- para que la tregua se extienda algunos días más porque serviría para parar las matanzas y salvar vidas inocentes", ha dicho el ministro de Exteriores palestino, Riad Al Malki. 

Tensiones entre España e Israel

El canciller de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha comparecido con su homólogo español, José Manuel Albares, quien le ha transmitido "la solidaridad del pueblo español con la tragedia en Gaza y las miles de víctimas civiles". Albares ha confirmado que la embajadora española en Tel Aviv fue convocada el domingo en el Ministerio de Exteriores israelí para dar explicaciones por la postura expresada por el presidente Pedro Sánchez durante su reciente visita a la región. “Repetiré lo que dije el viernes, las palabras hacia el presidente del Gobierno son inaceptables y completamente falsas”, dijo Albares aludiendo a las declaraciones del jefe de la diplomacia hebrea, Eli Cohen, quien acusó a Sánchez de “apoyar el terrorismo”. 

España ha adoptado contramedidas al convocar a la embajadora israelí, Rodica Radian-Gordon. "La embajadora va a tener que dar explicaciones por estas palabras", ha dicho Albares refiriéndose a las declaraciones de Cohen. El ministro no ha querido pronunciarse sobre los agradecimientos de Hamás a la posición española. "No voy a comentar el comunicado de una organización terrorista. Nuestra posición respecto al ataque es muy clara", añadió durante su comparecencia. Y también insistió en que España pretende reconocer al Estado palestino, de momento nada más que una entelequia, por más que algunos países lo hayan reconocido. Preguntado cuándo se hará, Albares se limitó a decir que “muy pronto”. 

La vuelta a Gaza de la ANP

El otro mensaje prevalente ha sido la necesidad de abrir un horizonte político para solucionar el conflicto en cuanto callen las bombas. Tanto Borrell como Albares han defendido que sea la ANP la que se haga cargo de Gaza tras la guerra, aunque el canciller palestino no ha querido explicar ni cómo se haría ni cuándo podría materializarse el regreso de los lugartenientes de Mahmud Abás a Gaza. No obstante, Al Maliki ha afirmado que la ANP nunca se fue de la Franja porque ha seguido pagando desde el 2007, cuando Hamás se impuso en el conato de guerra civil contra Al Fatah en Gaza, los salarios de unos 60.000 funcionarios palestinos. 

Una de las posiciones más duras de la cumbre ha sido expresada por el ministro de Exteriores saudí, quien ha pedido que rindan cuentas ante la justicia los israelís responsables de lo que está sucediendo en Gaza, donde han muerto más de 15.000 personas, la mayoría niños y mujeres. "Israel tiene que rendir cuentas por las atrocidades cometidas. Si no es mediante sanciones, sí al menos aplicando una presión creíble para que cambie de rumbo", dijo el ministro Faisal bin Farhan tras recordar que su países ha condenado reiteradamente los ataques contra civiles en ambos bandos.