CUMBRE DE GRANADA

La cumbre de Granada, ensombrecida por plantones, citas paralelas y exabruptos sobre inmigración

El ambiente de diálogo que España quería propiciar se ha visto opacado por la cuestión migratoria, con enfados de Hungría y Polonia y un nuevo frente duro entre Italia y Reino Unido

La ausencia de Azerbaiyán y Turquía ha impedido el único acuerdo sustancial que se esperaba que se anunciara en la cumbre: conversaciones de paz entre Armenia y Azerbaiyán

Pedro Sanchez con Ursula von der Leyen en Granada

Pedro Sanchez con Ursula von der Leyen en Granada / Rishi Sunak X

De Granada no tenía por qué salir nada concreto, público y tangible. La cumbre era un doble encuentro informal de decenas de líderes del continente europeo. Sin ningún objetivo de obligado cumplimiento, más allá de la voluntad de dialogar sobre los asuntos geopolíticos más importantes, tanto para la Comunidad Política Europea (47 países del Viejo Continente) como para la UE. Pero el clima de diálogo se ha visto ensombrecido sobre todo por el asunto de la inmigración. Es el tema más político y divisivo de todos, especialmente para la ultraderecha europea. Y hay elecciones en el horizonte: en junio, europeas. La semana que viene en Polonia, uno de los países más intensos, junto a Hungría e Italia, sobre las cuestiones migratorias. 

En las llegadas, ya se notaba la tensión ambiental. El primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, entró como un rayo el jueves por la mañana en el Palacio de Congresos de Granada, sin atender a la prensa, como sí habían hecho otros de sus homólogos. Pero eso no impidió que un periodista británico le lanzara una pregunta sobre la marcha: “¿Ha aceptado la UE su propuesta de ‘parar los barcos’ [Stop The Boats] de inmigrantes?”. Se refería al eslogan contra la inmigración irregular del premier de origen hindú. Sunak sólo le respondió con una mirada gélida. El primero de una serie de momentos de tensión. 

El primer ministro británico organizó una minicumbre separada para fijar posturas sobre la gestión de las fronteras. Invitó a Giorgia Meloni, la primera ministra del gobierno ultraderechista italiano que afronta una crisis migratoria de primera magnitud en la isla de Lampedusa. Acudieron también el francés Emmanuel Macron y la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. El británico y la italiana reclaman más dureza en la gestión migratoria. Y lo hacían en la ciudad andaluza tan sólo un día después de que España anunciara el acuerdo entre los ministros de Interior de la UE para desbloquear el Pacto de Migración y Asilo. Sunak y Meloni han oficializado su nueva alianza con un artículo en el diario italiano Corriere della Sera: "Cada semana, miles de migrantes cruzan el Mediterráneo para llegar a Italia, entrando ilegalmente en Europa. Muchos se dirigen al norte para llegar al Reino Unido. Por eso trabajamos juntos para detener las embarcaciones y pedimos a todos que actúen con el mismo sentido de urgencia". 

Luego vendría un frenesí en redes sociales de Rishi Sunak en el que se jactaba de que trabaja “día y noche para ‘parar los barcos’", y lo acompañaba de un vídeo de imágenes de su contracumbre en Bruselas con Meloni. 

Las referencias a la “violación” de Hungría

el trato que le da la UE a su país y a Polonia con una violaciónBruselas ha violado legalmente a Polonia y Hungría

La presidencia española ha tenido que lidiar con esa tensión, y ha decidido emitir dos declaraciones separadas. Una con Polonia y Hungría, donde no se hablaba de inmigración. Otra, con los otros 25, en la que se incluía un párrafo desgajado, en el que se pide abordar de forma “inmediata” la cuestión migratoria y una respuesta europea común. Se promete “velocidad” en la implementación de las medidas y abordar las causas de la inmigración, pero también “una protección más efectiva de las fronteras y la lucha contra el tráfico de personas”. No fue suficiente para los dos países del Pacto de Visegrado. 

Discurso de Zelenski

La comunicación de lo abordado en la cumbre del primer día fue escasa. El plenario fue en abierto, pero se canceló por sorpresa la rueda de prensa que se hace tras las cumbres de la Comunidad Política Europea entre el anfitrión de la cita, el de la pasada y el de la siguiente. Hubo un clamor entre buena parte de los más de 1.000 periodistas acreditados, que recibían explicaciones contradictorias. Sunak, que iba a ser uno de los tres participantes, se tenía que marchar, se dijo. Pero no hay nada escrito que obligue a que los otros dos no comparezcan. 

Sunak no participó en la recepción en la Alhambra de Granada, que fue el gran éxito de imagen de España. Tampoco Volodímir Zelenski, que se marchó para seguir gestionando la guerra en marcha. Habló de ella con profusión horas antes, ante los líderes europeos. Les advirtió contra los que pretenden congelar el conflicto. Detenerlo sin conseguir que Rusia devuelva el territorio robado. Moscú sólo usará ese tiempo para recomponer su potencial militar y, dentro de cinco años (la fecha es de Zelenski), volver a atacar. España comprometió sistemas de defensa antiaérea; Francia y Alemania, también. Es uno de los resultados concretos más tangibles en el corto plazo. Este invierno, cuando se prevé que Rusia intensifique los bombardeos contra civiles, esas baterías salvarán vidas en Ucrania.

España se ha llevado las loas, en público y en privado, según cuenta el Consejo de la UE, por el documento estratégico que ha elaborado la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia. Parte del espíritu de esas 80 páginas de análisis de riesgos económicos se ha incluido en la declaración final, que ha estado muy centrada en los aspectos económicos de cara al futuro. Proteger a las empresas y los ciudadanos europeos del proteccionismo ajeno.

Ausencia de Armenia

La cumbre ya había empezado con mal pie, porque el miércoles, Azerbaiyán y su valedor, Turquía, anunciaron por sorpresa que no iban a acudir a Granada. El Gobierno azerí habla de sentimiento anti-Azerbaiyán, y no veía sentido a acudir a la reunión prevista con Francia, Alemania y el Consejo de la UE.

Bruselas ha elevado el tono desde Granada contra Azerbaiyán por sus "actos de fuerza militar" y ha subrayado su respaldo a Armenia. La incursión azerí en el Alto Karabaj del pasado 19 de septiembre ha provocado un éxodo de más de 100.000 personas de la región disputada por ambos países del Cáucaso meridional.

La buena noticia es que, según el muñidor de los encuentros, el presidente del Consejo Charles Michel, tanto el presidente armenio, Nikol Pashinián, como el azerí,  Ilham Aliyev. se han comprometido a dialogar de nuevo a finales de octubre en Bruselas.