CATALUÑA

Este es el almacén hasta ahora secreto donde se escondieron las urnas del 1-O en un pueblo francés

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA descubre la ubicación exacta en Ille-sur-Têt, a 40 kilómetros de la frontera, del punto de distribución de las cajas que permitieron la consulta independentista

El almacén está situado en un callejón al lado de una armería y figura en el catastro a nombre de un empresario de hostelería

"Es perfecto para una operación clandestina", explica una trabajadora del Ayuntamiento, cuyos cargos afirman que de haber conocido el operativo no lo habrían impedido

El almacén de las urnas del 1-O

El almacén de las urnas del 1-O / Nacho García

"Es perfecto para una operación clandestina". Así lo define una trabajadora municipal de Ille-sur-Têt, un pequeño pueblo cerca de Perpiñán, al ser preguntada por la dirección concreta donde estuvo ubicado el almacén madre de las urnas del 1-O antes de llegar a Cataluña. "Es un sitio por el que no pasa mucha gente, a las afueras del pueblo y tiene un patio interno en el que pueden entrar vehículos grandes sin llamar la atención".

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA ha podido descubrir la ubicación del primer lugar donde estuvieron escondidas las urnas y desde el cual posteriormente se distribuyeron. Un perfecto engranaje de voluntarios logró hacerlas llegar a tiempo a los locales de votación el 1 de octubre de 2017 en una operación que pasó totalmente desapercibida para los servicios de inteligencia españoles. Un plan que hizo llegar las cajas de plástico vía marítima a Marsella en tres contenedores procedentes de China y que antes de pasar la frontera se almacenaron en la localidad francesa de Ille-sur-Têt, según han desvelado en las últimas semanas responsables del operativo.

El 'señor Lluís' -nombre ficticio de un empresario simpatizante con el independentismo- fue quien hizo materialmente la compra y pagó de su bolsillo 100.000 euros por 10.000 cajas de plástico apilables que viajaron desde China hasta el puerto francés en tres grandes contenedores. Partieron de Guangzhou en junio y llegaron a finales de julio a Fos-sur-Mer. Y de allí al almacén de Ille-sur-Têt.

Cartel ille

El cartel de entrada a la localidad con el topónimo en francés y en catalán. / Nacho García

Recientemente se ha conocido el nombre de la localidad cercana a Perpiñán que había albergado las urnas. Pero no se conocía su ubicación exacta. Para encontrarla, EL PERIÓDICO DE ESPAÑA ha utilizado las pocas imágenes que han trascendido del local. Instantáneas realizadas por los activistas en el momento de recibir las urnas y aparecidas en La Vanguardia. También han sido publicadas imágenes del almacén en el documental 'Urnes, la teranyina clandestina de l'1-O' dirigido por Tian Riba y producido por Mediapro estudios, recientemente emitido en TV3. Cotejando éstas con imágenes por satélite, se ha podido identificar el lugar exacto donde fueron depositadas las urnas.

La Avenida Chopin, donde se encuentra el almacén, es una discreta calle secundaria a las afueras de la localidad. A espaldas del cementerio, queda a escasa distancia de la Avenida Pasteur, que sirve como vía de salida hacia la Autopista N116 que conecta con España vía Perpiñán. En la intersección entre las dos, un pequeño callejón permite acceder al almacén.

Una anodina persiana metálica custodia el secreto mejor guardado del independentismo catalán durante meses. Ningún cartel, rótulo o afiche que pudiera dar a conocer su contenido. Ninguna referencia externa da la más mínima pista sobre la identidad de su propietario.

Entrada al almacén de las urnas del 1-O

El almacén se encuentra al final de un callejón al que solo acceden los usuarios. / Nacho García

En 2017, el local adyacente estaba vacante. Ahora se sitúa un punto de distribución de alimentos de la organización caritativa 'Les Restos du Coeur'. Sus responsables, tanto en Ille como en Perpiñán, no han contestado a las preguntas de este periódico.

Justo enfrente, la Armerie de la Têt, una tienda de más de 200 metros cuadrados repletos de fusiles, carabinas, miras telescópicas y munición. Lo regenta Marc Bouzan, armero que niega conocer el paso de las urnas por delante de su local hasta que este periódico le menciona que el patio que comparte con el "almacén madre" ha salido en los medios. "Es ahí enfrente, sí. Aquí trabajamos y no podemos estar pendientes de los movimientos de los demás", sentencia, antes de desaparecer en su oficina. El responsable del establecimiento vecino ratifica así la ubicación del "almacén madre" de las urnas.

El propietario del almacén, según los datos catastrales de la finca facilitados por el ayuntamiento, responde a las siglas L. P. V. Se trata de un empresario de la restauración con negocios en diversos municipios de la zona, que tampoco no ha contestado a las preguntas de este periódico.

Ille-sur-Têt es un municipio del Rosellón francés de 5.244 habitantes según el último censo. Una tranquila y discreta localidad abrigada en un recodo del río Têt y dependiente económicamente de la vecina Perpiñán, polo industrial y comercial de la zona. A menos de 40 kilómetros de la frontera española, su situación estratégica era perfecta como base logística para la operación urnas.

Además, Ille, o Illa en catalán, tiene fuertes vínculos históricos con la región catalana al otro lado de la frontera. La señera ondea en los edificios oficiales y los más ancianos recuerdan que sus abuelos hablaban "solo catalán". Así lo afirma el señor Cals, un jubilado que se siente "orgulloso" de que su pueblo haya jugado un papel crucial en el referéndum de independencia, hecho que ha conocido ahora gracias a las informaciones periodísticas.

De hecho, para muchos, el periódico L'Indépendant ha revelado la importancia de Ille-sur-Têt en la consulta de la que ahora se cumple un lustro. Maryse, una empresaria inmobiliaria, sonríe al enterarse de la existencia del almacén clandestino gracias a la nota. "No es algo de lo que hubiera oído hablar en el pasado. Tampoco es algo que me preocupe demasiado, es un problema de otros", afirma sarcástica.

Señeras en Ille-sur-Têt

Señeras en una céntrica plaza de Ille-sur-Têt. / Nacho García

Ajetreadas en un minúsculo almacén de las intrincadas calles del centro, diversas voluntarias de Secours Populaire Français, -una especie de Cáritas galo- se afanan a preparar bolsas de alimentos básicos para los más necesitados. Dos de ellas comentan el suceso que los ha puesto bajo el foco mediático antes de contestar. "Nos hemos enterado por la prensa", reconocen. "En cualquier caso, no ha sido algo en lo que nuestra organización haya colaborado, es apolítica y aconfesional. Otra cosa es a nivel individual, yo soy independentista, así que me alegro de que las urnas hayan pasado por Ille y mis vecinos hayan podido ayudar".

La participación institucional es un extremo que niega Jerôme Parrilla, teniente de Alcalde a cargo de la Seguridad del municipio, cargo que ya ejercía en 2017. "Seguro que fue en un local privado", asegura, aunque también confiesa que supieron de su existencia "hace un año aproximadamente" pero que, de haberlo sabido en el 2017, el ayuntamiento "no lo habría facilitado pero tampoco impedido. Se trata de un asunto externo en el que no nos debemos involucrar".

Parrilla, hijo de inmigrantes españoles, explica en un perfecto español que la localidad "tiene fuertes vínculos con Cataluña pero también con otros lugares como Andalucía". El responsable municipal distingue entre "sentimiento catalán y catalanismo", negando que la independencia esté entre sus objetivos a corto plazo: "Somos la periferia de la periferia. Si Cataluña fuera un Estado también nos entenderíamos, como ahora lo hacemos con España".

Ambiente en las calles de Ille-sur-Têt

Ambiente en las calles de Ille-sur-Têt. / Nacho García.

La relación a un lado y otro de la frontera es clara y se puede respirar en el ambiente. Le National, bar situado en la vía principal, ofrece en su carta magret de pato y caracoles, pero también un surtido ibérico con lomo, jamón, chorizo y salchichón. Su responsable chapurrea el catalán y se muestra preocupado por la última crisis en el gobierno de Aragonès para después expresar su "satisfacción porque la localidad haya formado parte de la organización del referéndum". Aunque también niega, con una sonrisa, "saber nada sobre el importante almacén antes de las recientes noticias del periódico". O al menos eso dicen.