COMIENZA LA CARRERA ELECTORAL

Sánchez y Feijóo se desafían el 28M para tomar la delantera ante las generales

La implicación absoluta del presidente del Gobierno y el líder de la oposición convierten la campaña en una cuestión nacional que trasciende las elecciones autonómicas y municipales

28M

28M / José Luis Roca

Una parte de la historia política de este país, por dónde discurrirán los próximos meses y se encaminará la siguiente legislatura, empezará a escribirse con lo que suceda en las elecciones autonómicas y municipales del próximo 28 de mayo. Una fecha destinada a alumbrar una senda, una línea que conduce a las generales de finales de año. A expresar de nuevo a dónde quieren los españoles que se dirija el país, a defenestrar presidentes y alcaldes y aupar a otros distintos, a medir la resistencia del PSOE, la fuerza del PP, la pervivencia de Podemos y el aguante de Vox. Pero también a discernir si hay una tendencia que favorece a Pedro Sánchez o Alberto Núñez Feijóo.

Por eso este viernes el calendario no marcará el comienzo sólo de una campaña sino de dos. La primera es la oficial, la que enfrenta a miles de candidatos en autonomías y ayuntamientos. La segunda discurre en otro plano y la protagonizan exclusivamente el presidente del Gobierno y el líder de la oposición. El 28M es singular por muchas razones, porque son las elecciones autonómicas más nacionales que se recuerdan, las más reñidas, el colofón a una legislatura atípica con una pandemia y una guerra en Europa, que ha elevado la inflación a índices que ni se recordaban, pero también porque Sánchez y Feijóo están implicados hasta el tuétano, con la vocación de causar al otro el mayor daño político posible y despejar así quien ocupará la Moncloa a partir del año que viene.

El duelo personal que comenzó después del pasado verano, cuando el PSOE comprobó que el nuevo dirigente del PP se ponía por delante en las encuestas, entra estos 15 días en una fase de gran relevancia. Tanto el PSOE como el PP quieren decantar ya lo que sucederá en las generales. Si en diciembre hay o no un cambio de ciclo político en España. Nada asegura que la clarividencia del 28M llegue a este extremo pero la lucha para que así sea es encarnizada.

En septiembre los socialistas hicieron la reflexión de que debían frenar a Feijóo porque su llegada había revalorizado la marca del PP y porque su perfil moderado y su experiencia en Galicia lo convertían en presidenciable. Una de las personas que participó en ese debate relata que se dieron cuentan de que al dirigente gallego, utilizando un símil taurino, "había que picarlo para ver si era bravo o manso" como se hace con los toros.

En ese propósito de "desmontar" a su adversario sigue instalado el presidente del Gobierno, aunque eso suponga convertir el 28M en una pugna nacional. Sánchez está personalmente volcado en la campaña. Lleva 18 mítines desde Semana Santa y le quedan como mínimo otros 13. Mientras alguno de sus compañeros, a partir de la medianoche del jueves, realiza el nostálgico acto de la pegada de carteles, él habrá aterrizado en Washington para mantener el esperado encuentro con Joe Biden. A su vuelta estrenará la campaña en Sevilla, donde los socialistas dan por hecho la continuidad de su alcalde, Antonio Muñoz.

Feijóo, a pesar de tener una concepción autonomista de la política y haber dado libertad a sus barones para organizarse, ha terminado también por volcarse como si se trataran de unas elecciones generales. En el partido asumen con total claridad que este 28 de mayo actúa como una primera vuelta y, en ese marco, el líder del PP tiene la primera prueba de fuego. Los socialistas saben que Feijóo es un apoyo fundamental para sus candidatos y por ello prosiguen con la estrategia de desgaste, que no solo abandera Sánchez sino todo el Gobierno.

El Gobierno, en campaña

Porque las elecciones autonómicas y municipales se juegan en muchos ámbitos pero uno de los más importantes es la Moncloa. El presidente ha puesto la acción del Ejecutivo al servicio de la campaña electoral con dos objetivos muy claros. Que decisiones como las que gota a gota se han anunciado estas semanas sobre vivienda, jóvenes o este mismo jueves contra la sequía, ayuden a sus barones, alcaldes y aspirantes. Y para librar cuerpo a cuerpo la batalla con el PP de cara a las generales.

Desde hace días tanto en el Gobierno como en el partido defienden que son ellos los que tienen la iniciativa -"Ganamos 20 a 0", aseguraba esta semana una ministra -, que han impuesto su agenda a los populares y que han conseguido que se hable de lo que ellos quieren y les interesa. De hecho, ven en la recuperación de temas como ETA un síntoma de la debilidad del PP que, explican, se ha visto obligado a recurrir de nuevo a este asunto para "pasar a la ofensiva". Sostienen incluso los socialistas, justo cuando empieza la campaña, que lo mejor para ellos sería que acabara ya, de los seguros que están de que ir por delante.

Sánchez y la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, en la Cámara Alta, escuchan la intervención de Feijóo.

Sánchez y la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, en la Cámara Alta, escuchan la intervención de Feijóo. / José Luis Roca

Pero, la creencia en Génova, incluso tras conocer el CIS de este jueves, que sitúa al PSOE a 4,4 puntos de ventaja en voto municipal, es que esta previsión no se cumplirá y serán la fuerza más votada en prácticamente todos los territorios. Y siguen dando por hecho que arrebatarán alguna plaza potente a los socialistas. De no hacerlo, tampoco lo esconden, las cosas se volverán muy complicadas mirando a las generales. La marca de Feijóo es la que se examina con la excepción de Isabel Díaz Ayuso en Madrid o Juanma Moreno en las municipales andaluzas. Son los dos únicos nombres que no dependen de las siglas. 

Feijóo "se juega mucho"

Las autonómicas y municipales de 2019 fueron desastrosas para el PP de Pablo Casado, aunque el partido venía de una debacle todavía mayor un mes antes: las generales de los 69 diputados. Fueron los pactos con Ciudadanos los que terminaron salvando los muebles de los conservadores, que aún con los peores resultados de su historia en muchas CCAA y ayuntamientos, se hicieron con varios gobiernos. Feijóo necesita romper ese recuerdo, volver a una victoria municipal amplia y, sobre todo, consolidar el mensaje de que hay cambio en España con su liderazgo, que es justo lo que Sánchez está empeñado en evitar. Por eso nadie esconde en el PP que su líder “se juega mucho”.

El PSOE se ha esforzado en desacreditarle con la idea de que es "insolvente" y no tiene una alternativa para España. Con todos los anuncios sobre vivienda, que se han hecho a espaldas de Podemos, aunque eso haya significado debilitarles, la Moncloa ha buscado, precisamente, evidenciar que Feijóo no tiene proyecto y poner el foco sobre sus temas. Aunque el PP, a todos los niveles, ha dado fuelle a la idea de que el 28M es la primera oportunidad para derogar el sanchismo y ha insistido en las alianzas del presidente con ERC y EH Bildu, en el PSOE y también en muchas autonomía, mantienen que ni esto ni el asunto catalán figuran entre las preocupaciones de los españoles.

En la dirección socialista ahora se subraya que sus presidentes y alcaldes les felicitan por poner la vivienda en primera plano en esta campaña y presumen de decisiones como la Subida del Salario Mínimo Interprofesional, la reforma laboral o el incremento de las pensiones. Con este relato, que se complementa con las "campañas de casa" de sus barones y alcaldes para vender su propia gestión, aspiran a retener todos las comunidades donde gobiernan y alzarse con la ciudad de Barcelona. Como el PP, el PSOE también mantiene que será primera fuerza en las municipales.

Las elecciones más reñidas

La Comunidad Valenciana -convertida en símbolo de estas elecciones autonómicas- Aragón, Baleares, La Rioja y Castilla-La Mancha son en este momentos los gobiernos que el PP cree que tiene oportunidad de conquistar. En función del día o la semana le dan más opciones a una plaza u otra. Pero en todas, dicen en el arranque de la campaña decisiva, “estamos en el poste”. “Queda por ver si entra o no el balón”.

En el ámbito municipal es donde los populares esperan cosechar más éxitos. Su objetivo es doblar las capitales de provincia que tiene hoy, rozando los 25 gobiernos locales. La prioridad, además de revalidar la alcaldía de Madrid, es la ciudad de Valencia y mantener la victoria de Moreno en las urbes andaluzas. En este momento, afirman, sólo estarían en duda Sevilla y Cádiz. En el caso de Aragón también cuentan con gobernar las tres ciudades, varias en Castilla y León, y revalidar algunas como Santander.

El PP puja por más poder autonómico

El poder municipal está más asegurado que el autonómico. En ese campo se mueve ahora el PP, dando por hecho victorias en autonomías que no tendrían por qué garantizarles los gobiernos. Y por eso Feijóo recupera la idea de que gobierne la lista más votada. Un planteamiento que el PSOE rechaza y que el PP no aplicó hace cuatro años.

Este jueves, en el primer mitin en Valencia, el líder del PP volvió a presionar a los suyos, insistiendo en que lo que tiene que hacer el partido es ganar al PSOE antes de hablar de pactos o de repartirse presidencias autonómicas con sumas de perdedores. “Nosotros no vamos a gobernar perdiendo. Nosotros solo vamos a gobernar ganando", repitió ante los suyos. El objetivo, insisten en Génova, es trasladar el mensaje de que lo importante en las elecciones “no es conseguir gobiernos a toda costa”, incluso “pactando con varias fuerzas que han perdido las elecciones”, sino ser los primeros para exigir gobernar.

Al PP le preocupa que cale la idea de que el ganador real es quien más gobiernos conforme. Es la tesis que también manejan los socialistas con amplias opciones de revalidar sus presidencias, incluso aunque no sean la fuerza más votada: Ximo Puig y Javier Lambán, por ejemplo. El problema del PSOE es que no depende de si mismo sino de otras fuerzas progresistas, entre las que se encuentra Podemos, que no encara el 28M en su mejor estado de forma. Un mal resultado de los morados en la Comunidad Valenciana (donde se presentan junto a Esquerra Unida) o de Compromís podría dejar a los socialistas sin esta autonomía aunque el PSPV lograse más diputados. Lo mismo sucede en Aragón, en Baleares o en Canarias. Incluso Guillermo Fernández Vara necesita una muleta a su izquierda para seguir en el cargo.

Pero de todos estos gobiernos es el de Puig al que se concede más importancia. El PP tiene Madrid y Andalucía y el PSC espera en las generales un gran avance en Cataluña. La Comunidad Valenciana es la cuarta región que más diputados reparte. Por eso y por su peso demográfico sería un enorme varapalo para Sánchez que pasara a manos del PP. No es casualidad que Feijóo realizara este jueves su primer acto de apertura de campaña en Valencia ni que Nadia Calviño hiciera lo mismo por la tarde para respaldar al PSPV.

Desde el Ejecutivo, además, ven el crecimiento económico y el aumento del empleo como una de sus grandes fortalezas. Hasta el punto de estar empeñados en que son capaces de conservar todos sus gobiernos, incluido La Rioja, y la ciudad de Sevilla. El 28M dirá quién tenía razón. Si los números del PSOE o los del PP eran los correctos o si abusaron de la propaganda. Lo que nadie sabe aún es si ese domingo las urnas hablarán con tal claridad que el camino a las generales quedará prácticamente despejado. Igual sí, igual no.