ESTRATEGIA ELECTORAL

El PP apuesta por recuperar 14 capitales de provincia ante la dificultad de cazar CCAA

La baza que los populares cuentan con exhibir el 28-M es la del poder municipal, recuperando muchas grandes ciudades que en 2019 perdieron. Una imagen que choca con la dificultad de arrebatar plazas autonómicas potentes al PSOE

Feijóo durante un acto de la precampaña en Navarra este fin de semana.

Feijóo durante un acto de la precampaña en Navarra este fin de semana. / VILLAR LÓPEZ.

Paloma Esteban

Paloma Esteban

La sensación es generalizada dentro del PP: la cita de las autonómicas y municipales siempre se contempló como relevante, pero con el paso de los meses se ha convertido en crucial para el futuro de Alberto Núñez Feijóo y las siguientes elecciones generales. Que en la noche del 28 de mayo se visualice un cambio de ciclo es el principal objetivo en el partido y la implicación de su líder —máxima, tras anunciar ante los grandes cuadros que se hará “corresponsable” de lo que ocurra— lo confirma. 

La maquinaria de Génova lleva tiempo engrasada, pero ahora no hay otra tarea mayor que el análisis pormenorizado por territorios con encuestas y sondeos encima de la mesa. En los pasados días, las reuniones han sido intensas y el contacto con todos los candidatos autonómicos que se examinan es constante. En la dirección nacional no ocultan que la gran baza para el 28-M será el poder municipal que el PP va a recuperar. 

Tanto es así, que la estrategia pasa por insistir en que el mapa de España se volverá a teñir de azul en muchísimas provincias y, según los cálculos más recientes, el partido gobernaría en el entorno de las 25 capitales de provincia.

En 2019 los resultados fueron muy malos para el PP. Mejorarlos no será difícil. Pero en números redondos, para los populares será muy importante volver a gobernar en muchas ciudades grandes que en aquella convocatoria perdieron. En este momento tienen el bastón de mando en 11 de ellas (Badajoz se la repartió con Ciudadanos, aunque el alcalde naranja desde 2021, Ignacio Gragera, ya ha fichado por el partido conservador). 

En esta convocatoria el PP aspira, entre otras cosas, a recuperar ciudades de Castilla y León, conseguir las tres alcaldías aragonesas (implica arrebatar Huesca al PSOE y mantener Zaragoza y Teruel) y consolidar la victoria de Juanma Moreno en Andalucía en la mayoría de sus capitales de provincia. Sevilla y Cádiz, admiten en la cúpula nacional, son las que acumulan mayores dificultades. El resto de las andaluzas, así como otros municipios grandes, están entre las posibilidades del PP. 

La ciudad de Valencia también acumula todas las papeletas para volver a caer en manos de los conservadores con María José Catalá, en lo que sería probablemente la mayor victoria municipal. 

Frente a este panorama optimista para el PP, está la dificultad de hacerse con gobiernos autonómicos. Eso quiso trasladar el propio líder a los suyos cuando el lunes reconoció que “el partido de Sánchez aguantará mejor en mayo que en las generales”. Sus palabras generaron distintas opiniones dentro del partido, pero en su equipo insisten en que no se trataba de rebajar expectativas sino de subir la presión: el horizonte sigue siendo el mismo, pero el camino será más difícil de lo que inicialmente el propio PP creía.

Y precisamente por eso el líder decidió ponerse al frente de la batalla autonómica y municipal con un discurso que a muchos sorprendió: “No he venido a la política nacional para escapar de las responsabilidades, sino para asumirlas. No voy a optar por un perfil bajo. Asumo el reto en primera persona y no voy a lanzar a otros a dar batallas que me corresponde dar a mí”.

LA RIOJA Y BALEARES

Feijóo trasladó a su partido que no basta con mantener los tres gobiernos autonómicos (Madrid, Murcia y la ciudad autónoma de Melilla) de todos aquellos territorios que se someten a examen en mayo. Hace falta conseguir más. Fuentes de la dirección confirman que en este momento La Rioja está segura y también incluyen en este grupo de altísimas probabilidades a Baleares, lo que supondría también una importante victoria sobre la izquierda. Eso dejaría al PP en la cuenta de resultados del 28-M cinco ejecutivos autonómicos que se sumarían a Andalucía, Galicia y Castilla y León.

La Comunidad Valenciana, convertida en el verdadero termómetro de la cita electoral (como muestran las constantes visitas de los dos grandes partidos; el PSOE celebró su intermunicipal de este fin de semana con importantes anuncios de Sánchez), está cerca pero es complicada para el PP. Implicaría sí o sí una suma con Vox. Y necesariamente se tendría que producir un escenario de mucha debilidad en los socios del PSOE de Ximo Puig. “Es uno de los territorios que nos va a hacer pasar muy mala noche”, ironiza un alto cargo adelantando un recuento de alto voltaje el 28-M.

Aragón es otra comunidad complicada. El PP ha apostado su carta más fuerte: la del alcalde zaragozano Jorge Azcón como gran activo para conseguirlo. Pero la fragmentación de partidos en ese territorio y la fuerza de Javier Lambán le pone las cosas muy difíciles. 

En el peldaño de mayor complicación se encuentra Castilla-La Mancha por cosas similares: Emiliano García-Page acapara el centro político de la comunidad y si Podemos no entra en el Parlamento significa que el PSOE se habrá hecho con la victoria. Aún así, existen algunas opciones para el popular Paco Núñez sumando con Vox. Extremadura es en este momento la plaza más complicada. “A María Guardiola le han faltado unos meses desde su lanzamiento para poder darse a conocer mejor”, explican.