FÚTBOL

Ponga un centrocampista más en su vida: ahora está de moda jugar con cuatro

Real Madrid, Barcelona y Atlético están recurriendo a variantes tácticas que les permiten sumar un futbolista más en el centro del campo

En la Premier League, Guardiola apuesta por incorporar allí a Stones en fase ofensiva y Klopp lo está probando con Alexander-Arnold

Frenkie de Jong y Jude Bellingham durante el Madrid-Barça de esta pretemporada en EEUU.

Frenkie de Jong y Jude Bellingham durante el Madrid-Barça de esta pretemporada en EEUU. / Usa Today Sports

Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

La historia del fútbol se puede narrar a partir de esquemas tácticos, esos campitos que se trazan en pizarras, periódicos y retransmisiones de televisión y que se expresan con guarismos que parecen el número PIN de un móvil o una tarjeta de crédito. Ya saben: 4-4-2, 4-3-3, 5-3-2, 3-4-3... No son más que expresiones estáticas de un deporte dinámico por definición y, por tanto, meramente orientativas. Pero, si se comparan los de varios equipos, se adivinan tendencias.

El esquema 3-2-2-3 (conocido como WM) revolucionó este juego en Inglaterra a mediados de los años 20 del siglo pasado, antes de avanzar hacia dibujos más ofensivos, impensables hoy en día, como el 2-3-5 que hizo que generaciones de niños de la posguerra española se aprendieran de memoria los cinco delanteros de su equipo favorito.

Lo curioso de esta historia es que 100 años después, nada menos que un siglo, aquella revolucionaria apuesta de Hebert Chapman por tres defensas, cuatro centrocampistas y tres delanteros está volviendo a ganar peso en el fútbol de más alto nivel, acostumbrado en los últimos años a moverse entre un 4-3-3 y un 4-2-3-1 como sistemas hegemónicos.

Pep Guardiola se abraza con John Stones en un partido con el Manchester City.

Pep Guardiola se abraza con John Stones en un partido con el Manchester City. / CARL RECINE / REUTERS

La diferencia sustancial es que nadie (o casi nadie) despliega un 3-4-3 como esquema de base. Cuando toca defender, lo habitual es que los equipos se replieguen con cuatro o cinco futbolistas en la línea de zagueros. Con el balón, sin embargo, cada vez son más los que suman un elemento más a la medular. Una flexibilidad táctica cada vez más utilizada por los equipos.

Guardiola fue el pionero

Quizá el pionero en esta faceta, como en tantas otras, fue Pep Guardiola. En la última temporada, en la que el City alzó la ansiada Champions, sorprendió con la variante de John Stones, un central, sumándose al centro del campo en ataque, para formar un cuadro en el que los otros vertices los solían ocupar Rodri, De Bruyne y el ahora azulgrana Gündogan.

"Es una variante que Guardiola ya utilizaba en el Bayern, usando a Lahm en esa doble función de lateral-centrocampista, y luego la replicó en el City con Joao Cancelo, como laterales que, en lugar de ganar amplitud en el campo, generaban superioridad en el centro del campo avanzando hacia dentro. La novedad, cuando se marchó Cancelo, fue incorporar a un central como Stones en lugar de hacerlo con un lateral, aunque la idea sigue siendo la misma", analiza Juan Corellano, periodista del medio audiovisual La Media Inglesa, especializado en fútbol inglés.

El modelo fue replicado en algunas fases de la temporada pasada por un entrenador antitético al catalán: Diego Simeone. El elegido para esa doble función, a partir de un 5-3-2, fue Mario Hermoso, que durante la salida de balón abandonaba la línea de tres centrales para sumarse como un medio más, a la altura del mediocentro posicional, habitualmente Koke.

"Nos da la posibilidad de, cuando el juego está volcado hacia la derecha, tener la iniciativa y ponerlo como tercer jugador en el medio, o como cuarto. O también de que aparezca más por el centro, según lo que el rival ofrezca", explicó su momento el Cholo tras optar por una variante que, casualidad o no (no lo parece), permitió a Hermoso incrementar sus prestaciones para el equipo.

Mario Hermoso con Phil Foden durante el Atlético-City de pretemporada.

Mario Hermoso con Phil Foden durante el Atlético-City de pretemporada. / Agencias

Klopp y Alexander-Arnold

Jürgen Kloppprobó a avanzar a Trent Alexander-Arnold del lateral a la medularFabinho

Ahora bien, existen diferencias con respecto a City o Atlético. "Tiene más que ver con un movimiento defensivo, además de generar superioridad por las propias virtudes de Alexander-Arnold. Klopp busca ganar un poco más de solidez en las transiciones defensivas. El Liverpool se vuelca mucho arriba y luego le cuesta volver hacia atrás, se muestra muy endeble si le atacan a la espalda. Con ese movimiento ganó mucha solidez en esas transiciones", analiza Corellano.

El cuadrado de Xavi en el Barça

Un caso similar, aunque no idéntico, es el del Barça. Xavi se acabó dando cuenta la temporada pasada que su equipo era demasiado endeble con un 4-3-3 tradicional. La solución, con la del resto de sus colegas anteriormente mencionados, fue ganar un cuarto centrocampista. Para ello, situó a Gavi como extremo izquierdo en tareas defensivas, pero el joven internacional se movía al centro en ataque para dejar toda la banda izquierda a Balde, dibujando igualmente un 3-4-3.

Xavi da instrucciones a Gavi en el Barça-Rayo.

Xavi da instrucciones a Gavi en el Barça-Rayo. / Jordi Cotrina

Como en el Liverpool, también fue un movimiento con matices defensivos. "Yo he sido centrocampista y si no hay un orden o una estructura clara, no teníamos jugadores para correr a la transición. Intenté poner un poco más de orden y poner un centrocampista más que nos daba más calma y más tranquilidad. Es una de las claves de la temporada", explicó el entrenador del Barça, después de ganar la Liga, sobre su propia apuesta.

Ancelotti, más obligación que convicción

Muy diferente es lo que va a ocurrir, si nada cambia, en el Real Madrid. Carlo Ancelotti venía apostando en muchas ocasiones por Valverde en la posición de extremo derecho, pero era más un cambio de perfil que de dibujo, pues el 4-3-3 seguía siendo su esquema de cabecera.

Los movimientos en este mercado, sin embargo, han dejado a la plantilla blanca con overbooking de centrocampistas y una alarmante escasez de delanteros, a la espera de que pueda llegar Kylian Mbappé durante las tres próximas semanas. La solución que ha encontrado Carletto es esbozar un 4-4-2, con un rombo en la medular cuyo vértice superior es ocupado por Bellingham, dejando la vanguardia a Rodrygo y Vinicius.

El sistema no ha brillado durante la pretemporada, pero Ancelotti apela a la necesidad de que los jugadores se habitúen a defender con esa disposición con la que buscar "un juego más filtrado". De una forma u otra, él también se suma a la última moda del fútbol europeo, que es la misma que hace 100 años: poner un centrocampista más en su vida.