ESTRENO EN APPLE TV+

'The Buccaneers: aristócratas por amor': el mejor relevo posible de 'Los Bridgerton'

Hablamos con Katherine Jakeways, creadora de esta vibrante adaptación a serie de la novela final e inconclusa de Edith Wharton

Kristine Froseth (Nan St. John) en 'The Buccaneers: aristócratas por amor'.

Kristine Froseth (Nan St. John) en 'The Buccaneers: aristócratas por amor'. / ARCHIVO

Juan Manuel Freire

Juan Manuel Freire

Si la excelsa escritora Edith Wharton (1862-1937) pudiera echar un vistazo a las películas y series derivadas de su obra, seguramente no tendría demasiada queja. Bette Davis protagonizó La solterona en 1939. Los titanes Martin Scorsese Terence Davies adaptaron La edad de la inocencia y La casa de la alegría, respectivamente, en películas magistrales. Incluso su inconclusa novela Las bucaneras ha sido bien aprovechada: la BBC la convirtió en 1995 en una serie bastante aplaudida, pero lo suficiente olvidada hoy en día como para que Apple no haya dudado en hacer su propia versión. 

En contraste con la mayoría de dramas de época, The Buccaneers: aristócratas por amor (Apple TV+, desde el miércoles, día 8) transpira sensación de libertad. O el hambre de vida que siempre ha conllevado tener 17, 18 y 19 años, incluso a finales del siglo XIX e incluso aunque hayas crecido en las protocolarias clases adineradas. La más viva de nuestras heroínas es Nan St. George (Kristine Froseth), a la que conocemos correteando por la mansión familiar neoyorquina en el día de la boda de su mejor amiga, Conchita Closson (Alisha Boe), con Lord Richard Marable (Josh Dylan). A los casados les espera una vida de poder y nobleza y lujo y también tedio en Reino Unido. 

En el intento de que Conchita se ajuste mejor a las circunstancias, Richard invita a Nan, su hermana mayor Jinny (Imogen Waterhouse), la Sra. St George (Christina Hendricks) y las hermanas Hemsworth, Mabel (Josie Totah) y Lizzy (Aubri Ibrag), a que crucen el Atlántico para echar un ojo al mercado matrimonial. Lo que sigue es un choque entre aristocracias, actitudes vitales, costumbres. Sobre todo, entre una lozanía estadounidense que no entiende de siglos de tradición y unos jóvenes educados para ser gélidos, como ese Duque de Tintagel (Guy Remmers) tan interesado en Nan, igual que, tenemos triángulo, su viejo amigo Guy (Matthew Broome).

Comparaciones inevitables

Esta nueva adaptación de Las bucaneras era desde hace tiempo el proyecto soñado de Beth Willis, antigua jefa de ficción de Channel 4 y, antes de eso, coproductora ejecutiva en la BBC del revival de Doctor Who. "Iba por todas partes con una copia del libro en el bolso, a la espera de encontrar el momento y la persona adecuados", nos explica esa persona adecuada, Katherine Jakeways, veterana cómica convertida en guionista codiciada. "Cuando me propuso el proyecto, me pareció todo un desafío: un libro tan bien escrito, con personajes tan bien definidos y todavía bastante modernos… Mi trabajo fue, sobre todo, intentar que esta historia resultara absolutamente cercana, creíble, para el público de 2023".  

El proceso pasaba por emplear a un reparto lo más inclusivo posible, como en Los Bridgerton, o composiciones pop anacrónicas, como en dicha serie o la infravalorada Dickinson. "Sé que nos compararán con Los Bridgerton, pero escribimos el primer guion antes de que se estrenara esa serie. Hicimos muchas cosas de forma diferente: rodamos más en exteriores, intentamos que formalmente fuera más cinematográfica… Y también, por qué no decirlo, que fuera más atrevida en general". 

Jakeways prefiere hablar de influencias como las Mujercitas de Greta Gerwig o la María Antonieta de Sofia Coppola. "La primera me influyó en términos de tono; queríamos que las chicas pareciesen modernas y que la gente se pudiera identificar con ellas, como Gerwig logró con las chicas de su película. De la segunda me quedo con su actitud punk". Esta no es otra de esas series de época con algo de cuadro en lento movimiento: tiene vida, sangre y corazón

Las canciones como intenso ADN

The Buccaneers: aristócratas con amor se ve con agrado y se oye con entusiasmo. Stella Mozgawa, batería de Warpaint, ejerce aquí como productora musical y ha logrado reunir a un plantel impresionante de artistas femeninas (Sharon Van Etten, Miya Folick, Alison Mosshart de The Kills, Bully, Gracie Abrams) que aportan, en la mayoría de casos, composiciones hechas ex profeso para la serie. Sus canciones son el sonido interior de las protagonistas, un reflejo de su energía incandescente. "La idea vino al principio de la posproducción", dice Jakeways. "Pero siempre supimos que queríamos música moderna; sin límites a la hora de expresar una u otra emoción".

La mismísima Taylor Swift ha bendecido el proyecto cediendo Nothing New (Taylor's version), ese gran dueto con Phoebe Bridgers. Cuando Jakeways vio como encajaban las imágenes con la melodía y la letra (sobre el brillo de la juventud y el miedo a perderlo), se dejó llevar por las lágrimas. "Sonará patético, pero fue lo que pasó", confiesa Jakeways, como si llorar no estuviera la mar de bien.