SUMA FLAMENCA

Sandra Carrasco: "La música es el pretexto para conocer a las personas"

La cantaora presenta junto al guitarrista David Arahal 'Recordando a Marchena' este sábado en Madrid, en el que será el último recital grabado para lanzarlo como disco en directo

La cantaora Sandra Carrasco en una de las presentaciones de 'Recordando a Marchena'

La cantaora Sandra Carrasco en una de las presentaciones de 'Recordando a Marchena' / REMEDIOS ÁLVAREZ / JUEVES FLAMENCOS

Ángeles Castellano

Ángeles Castellano

"Todo nace en un sueño. A la semana de morir mi padre soñé que él me decía: mañana por la mañana cuando te levantes, quiero que dejes de llorar y que lo que hagas sea ponerte a estudiar a Marchena y hacerle un homenaje". Así cuenta la cantaora Sandra Carrasco (Huelva, 1981) cómo empezó Recordando a Marchena, el espectáculo que este sábado subirá a las tablas de la sala verde de los Teatros del Canal de Madrid como parte de la Suma Flamenca con todas las entradas vendidas. "Mi padre nunca fue profesional del flamenco, pero era un ser artístico muy fuerte para mí, un espejo en el que me he mirado toda la vida. Así que viví un duelo creativo, cuando me acordaba de mi padre pensaba en que me había encargado una misión y me iba corriendo a estudiar".

De aquel "duelo creativo" montó un espectáculo junto al joven guitarrista David de Arahal (Sevilla, 2000) que lleva ya casi dos años girando por los escenarios españoles. El de Madrid será el último que graben, porque la intención de sus creadores es publicar un libro-disco en directo a principios de 2024. Recordando a Marchena es un homenaje a Pepe Marchena (1903 - 1976), un cantaor que marcó una época -la de la ópera flamenca- y fijó un estilo a partir de un cante dulcificado, con predomino de notas altas y gran profusión de filigranas y melismas. También fue creador de un palo, la Colombiana. "Tan sólo en discos de pizarra dejó grabados más de 260 cantes", explica Carrasco.

La selección que ella hizo no fue racional, ni con un intento de abordar ningún tipo de clasificación, sino que se acercó a los que más le apelaban, los cantes que más le conmovían, "pero trayéndolos a nuestro terreno, sin ninguna intención de reproducirlos tal y cómo él los hizo, sino incorporando otros elementos procedentes de estilos como el jazz, repeticiones que permiten improvisar y dar espacio para hacerlos crecer", explica. "Todo está trabajado y pensado para que su riqueza musical nos haga acercarnos a la juventud y a un público lo más amplio posible".

Esa apertura a la improvisación, explica, es lo que le motiva, "cada día es único, es como si empezara de nuevo" y le ha permitido comprobar cómo han ido creciendo los cantes después de dos años en su garganta. "Es como una relación, cuanto más conoces a un cante le vas viendo mejor las posibilidades que tiene", dice.

Aunque ahora les acompaña también un violonchelo -José Luis López- y las palmas y jaleos de Los Melli, Carrasco explica que en Recordando a Marchena "la voz está completamente abrazada por la guitarra". Tardaron en montar el repertorio siete meses y, en lugar de lanzarse a editar un disco, ella prefirió presentarlo como espectáculo. "Pepe Marchena era un personaje muy teatral, le daba mucha importancia a la puesta en escena y yo eso he querido plasmarlo, incluso introduciendo algunos de los recitativos que él hacía. Esto es algo que suele emocionar mucho al público", indica.

Lo que sí decidió fue grabar las actuaciones e ir guardándolas para, ahora, casi dos años después, editarlas en un disco (autoproducido) acompañado por un libro -de un autor experto en flamenco del que no quiere dar aún el nombre- en el que justamente se contará la historia de Recordando a Marchena y todos sus porqués. "El recital está cargado de emoción porque viene del duelo, pero de alguna manera entendido como alzar el vuelo, no desde la herida, sino de canalizar el dolor para despegar, de tener un motivo maravilloso para no llorar", explica.

Maestra de cante y madre sola

Además de perder a su padre, la vida de Sandra Carrasco está marcada en los últimos años por el nacimiento y crianza de su hija Candela, que ahora tiene cinco años. "Fue ser madre y decir la vida: se acabaron tus prioridades. Mi hija ha venido al mundo a recolocarme. La vida es otra. Yo vivo prácticamente sola con mi niña, sacándola adelante, y es bastante duro. El otro día se puso mala y me decía la pediatra que usase una toalla para ella sola para que no contagiase a la familia y yo la miré y le dije: ¿qué familia? ¡Si sólo estoy yo!".

Por eso, explica, ahora trata de ser más selectiva con los proyectos en los que se embarca. Por un lado, porque tiene que ser compatible con una crianza que lleva casi en soledad. Por otro, porque al tener poco tiempo quiere sentirse arropada en lo que haga. "Que me salga mi luz al máximo y yo sienta que estoy invirtiendo el tiempo en algo que de verdad merece la pena".

Ahora, además de Recordando a Marchena, trabaja como profesora de cante. Lo hace nada menos que en la Universidad Complutense, en el Máster de Formación Permanente en Flamenco. "Ir todos los martes a la Complutense como maestra me hace muy feliz", explica. Su bagaje y su propia formación como docente, dice, le facilita mucho la tarea.

La libertad y el éxito

Sandra Carrasco comenzó a cantar pronto. Se inició con la maestra Adelita Domingo en Sevilla, pero tras obtener una beca decidió formarse en la Fundación Cristina Heeren en Sevilla. En paralelo, también quiso terminar una Diplomatura de Magisterio Musical en la Universidad de Huelva. Pero en 2007 decidió probar suerte en Madrid. Parecía que la suya sería una carrera meteórica. Grabó su primer disco Sandra Carrasco, en EMI, con la producción de Javier Limón y formó parte del elenco del musical Enamorados anónimos, creado por Javier Limón y José María Cámara y coreografiado por Blanca Li (hoy directora de los Teatros del Canal). Ella recuerda aquel tiempo con una sonrisa y ojos iluminados. "Tengo un recuerdo maravilloso", admite, y lo menciona como el mejor tiempo de su vida. "Imagínate, viviendo sin dolor. Era una gozada. Un día acabábamos en casa de Quique San Francisco, otro día en la de Victoria Abril, de Almodóvar... Ese tipo de cosas que viví entonces en Madrid fueron fantásticas".

El musical duró un año en cartel, "muy poco para un musical", dice Carrasco. "A mí me habría encantado seguir haciendo musicales pero sólo con la misma gente. Al final me di cuenta de que para mí la música es un pretexto para conocer a las personas. Yo no podría cantar si no sintiera esa conexión con mi guitarrista, por ejemplo".

Con una voz personalísima y un eco gitano muy reconocible para el flamenco, Carrasco admite que nunca tuvo planificada una carrera en este arte, sino que partió de ahí para ir creciendo con las propuestas que le iban llegando y le obligaban a aprender otros estilos, con los que se enriquecía de otras maneras de cantar: boleros, jazz, músicas del mundo... "Eran tiempos de libertad, lo que recuerdo es que todo era increíblemente fácil. Imagínate, con 25 años yo gozaba con lo que viniera". Aquello, además, le sirvió para aprender también cuestiones muy poco románticas sobre trabajar en un escenario: "haber conocido toda esa música me ha hecho tener una conciencia de lo que es un espectáculo, de que hay que cuidar los tiempos, las luces, la puesta en escena..."

Entre giras y colaboraciones en espectáculos como Flamenco Hoy, de Carlos Saura, siguió grabando discos -cinco en total-, como Océano (Warner Music, 2013, acompañada de Chucho Valdés jr., Jvaier Colina y Jerry González, entre otros) o Travesía (2016), producido por Melón Jiménez, e hizo innumerables colaboraciones.

Y cuando todo aquello se acabó, decidió acercarse al tablao y profundizar en el cante para el baile. Trabajaría entonces con Eva Yerbabuena, Estévez y Paños, el Ballet Nacional o Alfonso Losa, entre otros.

Después vino a su hija y decidió bajar el ritmo. En medio de esta nueva vida más profundamente flamenca, perdió a su padre y llegó Marchena.

La cantaora Sandra Carrasco junto al bailaor Alfonso Losa (con el guitarrista Francisco Vinuesa, al fondo) en 'Espacio creativo'

La cantaora Sandra Carrasco junto al bailaor Alfonso Losa (con el guitarrista Francisco Vinuesa, al fondo) en 'Espacio creativo' / CLAUDIA RUIZ CARO / BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA

Y en paralelo a Recordando a Marchena, y un pequeño Recordando a Marchena en Navidad que llevará a los escenarios madrileños a finales de año, Sandra Carrasco mantiene una colaboración con el bailaor Alfonso Losa, en su espectáculo Espacio creativo, estrenado en 2021 y en el más reciente, Alter Ego, en el que comparte cartel con Patricia Guerrero. Preguntado recientemente por su elenco, Losa explicaba que había elegido repetir con los mismos músicos porque "tienen una conexión impresionante" y quería darles "la posibilidad de seguir desarrollándose".

¿Qué opina Carrasco sobre estas palabras? "Que son muy inteligentes, porque al final hacer equipo es lo que te lleva al éxito", responde. "Lo inteligente es conservar a la gente. Si algo funciona, no lo cambies", remata.

Con ellos espera Carrasco continuar trabajando, y mientras, prepara el que será un nuevo disco, en el que trabaja de nuevo con David de Arahal y con el que quiere contar su vida. "No tengo muchas composiciones, más bien pondré mis inspiraciones y personalizaré cantes que ya están hechos", explica, para en seguida puntualizar: "Lo que sí hay mío es un tema entero de arriba a abajo que le compuse a mi hija".