MÚSICA

¿La rumba catalana es un género musical?

El Ministerio de Cultura pareció negarle esta condición al sugerir que la candidatura de la rumba catalana a Patrimonio Inmaterial de Unesco tendría más fácil prosperar sin el gentilicio. Cuatro expertos se pronuncian al respecto

Peret, en una actuación televisiva.arabutsí.

Peret, en una actuación televisiva.arabutsí. / CARABUTSÍ

Ramón Vendrell

Ramón Vendrell

El gentilicio catalana puede ir en contra de la candidatura de la rumba catalana a Patrimonio Inmaterial de la Unesco, dijo el Ministerio de Cultura a la entidad que impulsa la consecución del sello. La Plataforma per la Defensa de la Rumba Catalana rechazó de plano prescindir del apelativo territorial porque lo contrario, entiende, sería negar a la rumba catalana la condición de género musical diferenciado. Preguntamos a cuatro expertos si lo es. 

Luis Troquel (compositor y periodista)

Decir que la rumba catalana no es un estilo propio y forma parte de la rumba antillana, sería como afirmar que el reggaeton es solo dance hall latino. O negarle su categoría de género por su conexión con la rumba flamenca es también erróneo. Entre otras cosas, porque aunque el flamenco influyó en la rumba catalana (por mucho que alguno lo niegue), esta todavía influiría muchísimo más en cualquier tipo de música cañí. Sin su eclosión sesentera no se entendería el pop gitano. Ni el devenir de un arte flamenco que la desconsideraba hasta la marea que Entre dos aguas levantó.

¿Un estilo vivo? Más por su presencia en otros estilos que en sí misma, pero lo suficiente para que no sea descabellado pensar en la posibilidad de un futuro nuevo esplendor. Como ha ocurrido con tantos géneros renacidos cuando se daban ya por enterrados: como le pasó a la zarzuela o ha pasado con el soul, o esos corridos mexicanos de los que tanto se habla hoy. Y podremos cantar el "no estaba muerto" con verdadera propiedad.

Pedro G. Romero (investigador de la cultura popular y el flamenco)

Claro que sí. Igual Puigdemont mete el asunto en el paquete de negociaciones y sale como rumba catalanísima... Yo participé en el primer proyecto del flamenco para la UNESCO que dirigió Ortiz Nuevo y que puso en evidencia toda esta matraca universalista; no lo dieron en esa ocasión porque quieren oír llorar por lo que se está perdiendo y de esa llantina salen después los reconocimientos que poco significan -todavía recuerdo a Mercè diciendo que a él de la Unesco no le había llegado ni un duro-. ¿Catalana? ¿Por qué no? Lo que importa es cómo lo llama la gente, no si es una verdad musicológica; si se habla de soleás de Triana o de fandangos de Huelva, ¿por qué no de rumba catalana?

La base musicológica es la misma y la construcción social igualmente; los viejos alfareros de Triana no cantaban esa soleá porque viniera con el barro, pues igual en la calle de la Cera o en Gràcia. Cortijo (músico puertorriqueño que actuaba en Barcelona poco antes de las grabaciones de Peret y Chacho y llevaba en su repertorio muchos de los primeros hits de la rumba catalana que él había grabado ¡15 años antes!) tuvo tanto que ver como Peret o Chacho y qué importa eso; Cortijo pensaba que le debía la bomba a los flamencos cuando era al revés, pasa también con la rumba y muchos músicos cubanos. Los flamencos se lo deben todo al Caribe.

David García, 'el Indio' (batería de Vetusta Morla y estudioso de la rumba)

Creo que la rumba catalana sí tiene entidad propia como género musical desde el momento en que se equipara a otros géneros que han desarrollado la propia con el paso del tiempo debido a su repercusión musical, mediática y social. Este es el caso de la rumba congoleña, y por comparación sí podría justificar la candidatura de la rumba catalana a ser considerada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. La cuestión está en que ambos géneros (relativamente jóvenes) tienen un claro precedente en la veterana rumba cubana, considerada con el mismo galardón, y a la que se equipararían en importancia. Por otro lado sucedería exactamente lo mismo con un género tan rico, variado, extenso e internacional como el flamenco, también con bastante más recorrido y que ya fue considerado con el mismo reconocimiento hace 10 años y al que tanto debe la rumba catalana. Otra historia es el asunto de los apellidos que se le pongan a la rumba, qué definiciones se generan y lo excluyentes que pueden llegar a ser estas etiquetas, sobre todo cuando hablamos de una expresión artística musical, no de una ciencia.

Lluís Cabrera (fundador del Taller de Músics)

La rumba catalana es uno de los pocos géneros musicales nacidos en un medio urbano en la Europa del siglo XX. Esto no es baladí, todo lo contrario, ofrece un sello distintivo muy importante. Un código musical aceptado por todos y que identifica a la rumba catalana es <em>el ventilador</em>.

Si se da por bueno que la criatura vino al mundo alrededor de 1950 en Barcelona (Gràcia, Raval, Hostafrancs), habría que investigar cuánto duró el embarazo y cómo la parentela familiar (bisabuelos, abuelos y padres) engendró a sus respectivos hijos hasta que, entre unos y otros, alumbraran este género musical. Supongo que existirán estudios en el sentido que apunto aunque un servidor no los conozca. No estaría de más recordar que, además de los elementos y códigos musicales, el horno debía contener otros que se conectan con la antropología y la sociología. 

La criatura nace en las cunas de las familias gitanas de los barrios barceloneses antes citados. Es probable que estudiosos de enjundia pongan en duda esta afirmación. Nada que objetar. Debatir, dudar y aprender es consustancial a la evolución humana. 

Creo que la Etnomusicología, al estudiar la relación entre diferentes comunidades y el papel que juegan las músicas de estos colectivos por separado y en colaboración, debería aportar luz sobre los datos que faltan para concretar un análisis profundo de la entidad musical y social de la rumba catalana. La tesis doctoral de María Jesús Castro (UB, Geografía e Historia, Departamento de Historia del Arte), presentada en 2010 bajo el título La rumba catalana y el flamenco como marcadores culturales de los kalós catalanes de Barcelona, señala que la significación de la rumba catalana es "equivalente a gitano catalán pero, sobre todo, a catalán, como individuo que vive en un territorio con una determinada cultura diferenciada de los payos no catalanes y de los kalós no catalanes".