IBIZA Y FORMENTERA

Intercambio de viviendas para irse de vacaciones: la nueva estrategia de algunos vecinos de Baleares

Decenas de propietarios ofrecen sus apartamentos y chalets en las Pitiusas a cambio de disfrutar de unos días en las viviendas de otras personas en algunos rincones del planeta

Intercambio de viviendas para irse de vacaciones: la nueva estrategia de algunos vecinos de Baleares

Intercambio de viviendas para irse de vacaciones: la nueva estrategia de algunos vecinos de Baleares / Pexels

Marta Torres Molina

"Mi casa es un apartamento acogedor, con unas preciosas vistas a la bahía de Sant Antoni. Cerca de bonitas playas y la mejor puesta de sol". Así presenta una mujer, su casa. La suya, en la que vive. Un apartamento de 50 metros que intercambia para poder disfrutar de vacaciones en otros rincones del planeta. La de Virginia es una de las decenas de viviendas, básicamente apartamentos y pequeñas casas de campo, de las Pitiusas, cuyos propietarios ofrecen en páginas de intercambio. Vila y Sant Antoni, concretamente la zona de Cala de Bou y Port des Torrent son las que más viviendas de este tipo registran.

Además, otro punto en común de la mayoría es que se ofrecen entre finales de octubre y mayo. Muchas de ellas son segundas residencias, por lo que sus dueños las aprovechan en vacaciones, pero el resto del año las ofrecen en intercambio. Algunos, en cambio, las comercializan como alojamiento turístico en plena temporada y, pasada la marabunta veraniega, optan por este sistema que les permite disponer de casas en las que pernoctar en cualquier punto del planeta.

Intercambio de viviendas

Tanto con intercambios simultáneos en los que dueños de dos viviendas se alojan en las mismas fechas en la casa del otro como a través de puntos. Y es que en la mayoría de estos portales los usuarios se pueden alojar en una vivienda disponible sin necesidad de intercambio, pagando con puntos que se obtienen al alojar a otras personas o completando datos en los perfiles de usuario.

De hecho, si se hace una búsqueda en la mayoría de estos portales de intercambio para los meses de julio o agosto apenas aparecen opciones. Sólo ocho en Ibiza para la primera semana de julio, nueve a finales de ese mismo mes, dos a mediados de agosto y la tercera semana de septiembre otras seis, una de ellas en Formentera. A partir del puente de Pilar, a mediados de octubre, el número de opciones que arroja como resultado la búsqueda en esos mismos portales ronda la veintena.

La de V., en Sant Antoni, por ejemplo, ya no está disponible en varias semanas de julio y agosto. Ella no es la única que ofrece su propia casa, en la que vive habitualmente. Es también el caso de dos propietarios de Formentera. El primero detalla que su casa, en es Caló de Sant Agustí, está disponible para intercambios de noviembre a febrero. En estos momentos, según figura en el calendario que acompaña todas las ofertas, está ocupada varias semanas. Él es uno de los experimentados en este sistema de intercambio de vivienda, según figura en su perfil. «Mi casa es mi lugar preferido, mágico. Pasamos todo el tiempo que podemos en ella», escribe sobre su apartamento, ubicado en la Mola, que ofrecen en abril y mayo completos así como en septiembre y octubre.

Destinos muy diversos

Su caso es diferente del apartamento en Cala Saona que publicita J., «un estudio adosado a la casa donde yo resido». «Dado de alta como turístico sólo acepto intercambios de finales de octubre hasta abril», justifica en la descripción de la vivienda, de cien metros y con un baño. El propietario exige una estancia mínima de cuatro noches y pide 35 euros en concepto de limpieza, «independientemente de los días de intercambio». Algo más, 200 euros, por este mismo concepto, cobra E., propietaria de una segunda vivienda en Santa Eulària, en la zona de RocaLlisa. «Las vistas son impresionantes», afirma la propietaria, que detalla que la casa, ocupada ya a finales de agosto y principios de septiembre, se encuentra en una urbanización con seguridad las 24 horas y que todas las habitaciones cuentan con vistas al mar.

El intercambio de vivienda tiene algunas peculiaridades. En los perfiles de las casas se informa, por ejemplo, de que en ellas viven habitualmente mascotas, por lo que puede haber pelos y ser un problema para los alérgicos. Es la advertencia que hace G. sobre su vivienda, una planta baja en Port des Torrent que ofrece de noviembre a febrero. No sólo advierte de esto sino que, además, informa a los posibles huéspedes que deben alimentar a un gato que ronda por la casa. Alimentarlo y, además, «darle amor», matiza.

Un plan internacional

Algunos propietarios detallan los lugares en los que les gustaría hacer intercambios. «El intercambio lo haré sólo con casas de Nueva York, París, Barcelona, Ámsterdam y Formentera», detalla S., que tiene una segunda residencia en el barrio de la Marina en la que sólo acepta a adultos y que está ocupada hasta octubre. «Antes de salir, dejar 50 euros para la limpieza. Gracias», apunta.

Aunque Vila y Sant Antoni concentran la mayoría de las casas para intercambio, hay alguna en el norte de la isla. Junto a Portinatx, enclavada en «una finca enorme con algarrobos, olivos y vistas a un valle con un pinar precioso» está la que promociona H. Se trata, como ella misma detalla, de un antigua casa de aperos «renovada», «Es como una pequeña junior suite de un agroturismo», continúa la propietaria, que la ofrece desde octubre de este año hasta marzo del que viene.