Opinión | CRISIS MACROECONÓMICA

Vacaciones de espaldas a la inflación

El turismo de temporada parece un gasto esencial al que sólo se renuncia en caso de estrecheces inaplazables

Claves para invertir tu dinero ante la inflación y un inminente cambio del paradigma económico

Claves para invertir tu dinero ante la inflación y un inminente cambio del paradigma económico / Shutterstock

Las ganas de viajar y romper con la rutina, evidentes tras el encierro pandémico y las primeras vacaciones con limitaciones y restricciones incómodas, aún siguen vivas, a pesar de la erosión que la inflación ha infligido a los presupuestos familiares durante el último año. Hay decisiones de consumo cuya reactivación se atribuyó en un primer momento al ahorro acumulado durante la crisis sanitaria. Y o bien para algunos ese ahorro aún está disponible, o bien las razones eran mucho menos coyunturales y esos días de desplazamiento ya programado forman ya parte de un presupuesto esencial al que sólo se renunciará en caso de estrecheces inaplazables. Algo que para muchas familias (pero seguramente para las que ya vivían en los límites de la austeridad) es ya asfixiante pero que, con los datos de empleo en la mano, no han llegado a quienes integran el grueso del potencial mercado turístico interior.    

Que los augurios sobre el impacto devastador de la guerra de Ucrania, el encarecimiento de la factura energética y las turbulencias bancarias se hayan ido descartando quizá hayan eliminado cautelas y prudencias a la hora de programar las vacaciones o decidir otro tipo de gastos. Las previsiones del sector y los datos de reservas y contrataciones disponibles auguran que el incremento de los precios no serán motivo suficiente para retraer los planes de viaje de forma general y que podemos vivir una semana comparable con los momentos previos a la crisis del covid-19, algo que la economía española agradecerá. 

Hasta el punto de que sus efectos sobre el paro han sido espectaculares e incluso imprevistos. El mes de marzo cerró con casi 50.000 parados registrados menos ycon 200.000 nuevos ocupados. Lo que contrasta notablemente con los problemas que el sector de la hostelería está encontrando de nuevo para cubrir miles de vacantes. Un fenómeno que habla bien a las claras de los problemas del mercado laboral español para encajar la oferta y la demanda, así como de los cambios de hábito entre los empleados a la hora de aceptar determinadas condiciones de trabajo, tal como reconocen los propios empresarios afectados. 

No obstante, incluso con una buena temporada de Semana Santa, no se puede dar por hecho que estos datos sean directamente extrapolables a la campaña de verano, todavía más crucial para el conjunto de la economía del país y ante la que se sería atrevido hacer previsiones sobre hasta qué punto habrá o no una moderación del gasto relevante. Dependemos de factores que no podemos controlar ni anticipar: con el turismo asiático aún en cuarentena por el encarecimiento de los vuelos desde aquel continente a causa del cierre del espacio aéreo ucraniano y los efectos de las sanciones a Rusia y la recuperación de los mercados emisores de Francia, Alemania, el Reino Unido y Estados Unidos como principal baza para los datos optimistas del turismo de estas semanas, son demasiados los factores macroeconómicos que podrían afectarlos en los próximos meses