CRÍTICA

Crítica de 'Miseria', de Dolores Reyes

La autora argentina repite protagonista en una novela menos oscura que 'Cometierra', pero cargada de violencias

Dolores Reyes: "El caso de la Manada y los feminicidios demuestran que el sistema judicial es rancio y patriarcal"

La escritora argentina Dolores Reyes, autora de 'Miseria'

La escritora argentina Dolores Reyes, autora de 'Miseria' / Ferrán Nadeu

En la novela Cometierra (Sigilo, 2019), se nos presentaba a la protagonista que daba nombre a la historia: una adolescente que descubre que posee el don de localizar a los desaparecidos comiendo la tierra que pisaron en vida. La manera en la que se le manifiesta este poder ya nos da pistas sobre el tono de la obra: tras el entierro de su madre es capaz de ver con claridad que ha sido su padre quien la ha matado a golpes. Una vez que quienes la rodean tienen conocimiento de esa habilidad, le suplican que localice a aquellos familiares que se encuentran en paradero desconocido.

En Miseria, la nueva novela de Dolores Reyes (Buenos Aires, 1978), Cometierra ha dejado atrás su viejo barrio con la firme decisión de no volver a utilizar su capacidad adivinatoria nunca más. La visión de tantas mujeres asesinadas y enterradas es demasiado dolorosa como para seguir adelante. Si en la primera novela vivía a solas con su hermano Walter, ahora se suma la novia de este a la vida familiar. Miseria -ya nos da una buena pista a través de su nombre de pila- está esperando un bebé. E insiste a cada rato en lo útil que sería el don de su cuñada en la ciudad.

El libro arranca con sus protagonistas tratando de hallar su lugar en una nueva residencia, y camina capítulo a capítulo hacia la violencia y la oscuridad. Los carteles de desaparecidas se multiplican con el paso de las páginas. Rostros que se superponen, imágenes sin cuerpo, sin historia, casi hasta sin nombre. Tan solo una imagen de cientos, un reclamo para localizar a todas aquellas personas que un día no tuvieron la suerte de poder volver a casa.

Visiones de la realidad

Si Cometierra ya caminaba al filo de los confines del género negro, Miseria va incluso un poco más allá. Narrada a dos voces, nos presenta dos visiones de una misma realidad. La de Cometierra, mucho más oscura y carente de esperanza; y la de Miseria, con un cierto grado de la inocencia propia de su juventud. Esta construcción puede resultar confusa al comienzo del libro -quién nos habla en cada momento, quién nos cuenta la historia-, pero con el paso de las páginas la duda se disipa por completo.

Reyes no tiene prisa a la hora de narrar lo que quiere contarnos. La acción transcurre reposada.

El tono apesadumbrado y abatido de Cometierra se muestra alejado de la esperanza y el entusiasmo de Miseria. Las frases cortas y los capítulos breves aportan un ritmo muy concreto a la obra; no hay rellenos ni momentos irrelevantes. Aun así, la novelista argentina no tiene prisa a la hora de narrar lo que quiere contarnos. La acción transcurre reposada.

Miseria aborda las violencias que nos atraviesan a las mujeres de muy diversas formas tales como el miedo al parto y a la violencia obstétrica, a la pérdida o a la maternidad. No obstante, también hay mucha luz en esta novela. La autora consigue tejer una red de apoyo entre los personajes femeninos, consiguiendo mostrar algo que se ha convertido en una realidad en el mundo actual. Comadres que llevan a cabo el cuidado de los hijos en colectividad, comunidades que se organizan para apoyarse mutuamente en la búsqueda de sus familiares desaparecidas y que así ninguna quede sola.

Atrás parecen ir quedando aquellos tiempos en los que se nos inculcaba que no había peor enemigo para una mujer que otra mujer: la competencia, el rencor y la envidia están siendo enterrados por la sororidad. Dentro y fuera de la ficción.

'Miseria'

Dolores Reyes

Alfaguara

336 páginas

19,90 euros