UNIVERSO

El cohete Starship de Elon Musk logra alzar el vuelo, pero termina explotando otra vez

El despegue del cohete más grande del mundo sobre su enorme propulsor Super Heavy, de 33 motores Raptor, se ha llevado a cabo en Texas

SpaceX vuela por segunda vez su meganave interplanetaria Starship

PI STUDIO

Europa Press

La humanidad está más cerca de volver a tocar la Luna, pisar por primera vez el planeta rojo y, por qué no, soñar con alcanzar las estrellas. Tras varios lanzamientos infructíferos y un primer despegue que acabó con la nave espacial hecha añicos, este sábado el cohete espacial más potente de la historia ha conseguido (por fin) alzar el vuelo. La nave espacial Starship de la empresa estadounidense SpaceX ha despegado este mediodía desde la base espacial de Texas. El módulo Starship, colocado en la parte superior del cohete, se ha separado con éxito de la etapa de propulsión Super Heavy, que no ha sobrevivido a su descenso programado tras sufrir una explosión. Según explican desde la compañía, con este pequeño gran paso estamos más cerca de lanzar misiones tripuladas a la Luna, a Marte y quién sabe si más allá. 

El vehículo espacial que ha protagonizado esta hazaña se erige, ahora sí, como la joya de la corona de SpaceX y, en general, de la industria aeroespacial. Se trata de un gigante de más de 120 metros de altura y nueve de diámetro que se divide en dos partes. Por un lado, el sistema de lanzamiento, conocido como Super Heavy, cuenta con un total de 33 motores Raptor que permiten el despegue del cohete. Por otro lado, la nave estelar Starship en donde, en un futuro, se situará la carga útil de las misiones espaciales (que puede incluir desde satélites y otros dispositivos tecnológicos hasta astronautas rumbo a la Luna y Marte).

El vehículo es totalmente reutilizable y, en un futuro, se utilizará para las misiones tripuladas a la Luna

A diferencia de la gran mayoría de vehículos espaciales diseñados hasta la fecha, todos los componentes de Starship han sido diseñados para ser "totalmente reutilizables". Durante décadas, los cohetes espaciales se desintegraban poco después de colocar las misiones en órbita. Así de, de facto, era como cargarse un avión después de cada vuelo. En la última década, empresas como SpaceX se han centrado en el desarrollo de cohetes no solo cada vez más potentes sino, sobre todo, reutilizables. Este cambio de paradigma, según explican los expertos, supone una verdadera revolución en la industria aeroespacial ya que reduce tanto los costes como los tiempos de lanzamiento.

Vuelo programado

Tras un primer vuelo más que explosivo (en el que la nave espacial acabó hecha añicos tan solo unos minutos después de despegar) y un segundo intento que tuvo que ser aplazado a última hora por un problema técnico, el vuelo de este sábado ha ido tal y como estaba previsto. Starship prendió sus motores este sábado a mediodía desde la icónica base espacial de SpaceX, situada cerca de playa de Boca Chica y a unos 30 kilómetros de la localidad estadounidense de Brownsville. Allí es donde el cohete ha prendido su treintena de motores y ha alzado el vuelo.

El viaje inaugural de la aeronave ha sido diseñado como una prueba técnica para comprobar el funcionamiento de todos los circuitos y componentes. En total, ha durado cerca de una hora y media. Entre los momentos más destacados está el aterrizaje en perfecto estado en dos partes distintas del globo. El evento ha sido seguido por miles de personas a través de redes sociales, así como por cientos de astroaficionados que se han desplazado hasta las zonas limítrofes a la base de lanzamiento para observar con sus propios ojos este espectáculo histórico.

A la segunda va la vencida

El éxito del vuelo de este sábado se ha celebrado con aún más entusiasmo tras el fracaso del primer intento. El pasado 20 de abril, de hecho, la compañía ya había intentado lanzar este poderoso aparato. El cohete consiguió alzar el vuelo como previsto pero tras menos de cuatro minutos de recorrido se produjo un error que primero desvió su rumbo y después provocó que la nave se desintegrara por completo. Según explicó la compañía en su momento, la nave había sufrido "un rápido desmontaje no programado" antes de la separación del cohete y el propulsor. Además, según desvelaron análisis posteriores, también se produjo un incendio en uno de los propulsores que provocó una pérdida de comunicación entre las diferentes partes de la aeronave.

El primer intento de vuelo acabó con la nave hecha añicos por un "rápido desmontaje no programado"

Pese a este inicio más que explosivo, SpaceX afirma que ese primer vuelo proporcionó "numerosas lecciones aprendidas" y que, gracia a ello, pudieron implementar mejoras tanto en el vehículo en sí como en la plataforma de lanzamiento desde donde despegó esta misión. Tanto el cohete como la nave espacial cuentan ahora con mejoras tanto en el motor como en los sistemas de extinción de incendios. También se han implementado otras mejoras técnicas en diferentes partes del aparato para asegurar que, en un futuro, pueda llevar al espacio a sofisticadas misiones espaciales y, cómo no, a las futuras generaciones de astronautas.