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Pacientes con dolor crónico: "Hay temporadas en las que no quieres vivir"

La Unidad del Dolor del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid está especializada en aliviar el dolor crónico que sufren los pacientes y que les incapacita en su día a día

"A mí me ayudó mucho el psicólogo porque hay temporadas en las que no quieres vivir y muchas veces tienes ganas de apretar el botón", cuenta Raquel, paciente de la unidad

Pacientes de la Unidad del Dolor del Hospital de La Princesa en Madrid.

Pacientes de la Unidad del Dolor del Hospital de La Princesa en Madrid. / Alba Vigaray

El dolor se define, según la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), como una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada o parecida a un daño tisular real o potencial. En España, alrededor del 26% de la población sufre dolor crónico, según el Barómetro del dolor crónico en España 2022, elaborado por la Fundación Grünenthal y el Observatorio del dolor de la Universidad de Cádiz. 

Para hacer frente a diferentes patologías crónicas se crearon las unidades del dolor. El Hospital Universitario de La Princesa en Madrid es uno de los centros de nuestro país que cuentan con una Unidad del Dolor, cuyo objetivo principal es mejorar la salud y la calida de vida de los pacientes.

Concepción Pérez, jefa de esta unidad, explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA que los pacientes que acuden a estas unidades "tienen un dolor que no responde al tratamiento habitual" y por eso, a través de diferentes procesos farmacológicos o intervencionistas -lo que se conoce como infiltraciones- los especialistas de estas unidades intentan "mejorar la funcionalidad del paciente". Afirma que "cuando una persona acude a la unidad el dolor es porque las diferentes especialidades no son capaces de darles una solución adecuada" y recalca que la causa no es "lo que te duele sino cómo esa intensidad te repercute en las cosas que haces en tu vida diaria".

Diferentes dolores

Pérez señala que en función de su duración existen dos tipos de dolor diferente. Mientras que el dolor agudo "tiene una función protectora y existe en todos los seres vivos", el dolor patológico o crónico "se mantiene en el tiempo por encima de tres a seis meses". Entre las muchas enfermedades que se tratan en esta unidad, algunas de las más frecuentes son las hernias de disco, las cirugías de espalda, la artrosis de columna lumbar y cervical, la neuralgia del trigémino o la fibromialgia, entre otras dolencias, incluidas las oncológicas.

Francisca, de 86 años, es una de las muchas pacientes que acuden a la Unidad del Dolor para tratar su dolencia, neuralgia del trigémino, un tipo de dolor intenso causado por un trastorno en el sistema nervioso facial que ella misma describe como "horrible": "Es como si te metieran agujas ardiendo, no lo puedes aguantar. No eres dueña de ti misma cuando tienes una crisis". 

"No se puede aislar el dolor de la experiencia vital del paciente"

Concepción Pérez

— Jefa de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid

Al igual que ella, María Luisa también está en tratamiento por la misma afección. "Todo el dolor que baja por el nervio me afecta a la nariz, la cuenca del ojo y el maxilar superior y, como son terminaciones nerviosas, el dolor se expande y altera todo el organismo", relata la mujer de 70 años. La paciente confirma que el dolor que padece le impide leer, ver la televisión e incluso relacionarse. "Me encierro en mi dormitorio, me pongo una toalla con agua fresca, me tumbo y me quedo en silencio esperando a que se tranquilice. El trigémino es muy invalidante", sentencia. Con el tratamiento que está siguiendo, María Luisa expone que el dolor no ha desaparecido pero, en su caso, ha conseguido paliar la intensidad.

Tratamientos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que el dolor crónico es una enfermedad y su tratamiento, un derecho humano. La jefa de la Unidad del Dolor del Hospital de La Princesa sostiene que "muchas veces los pacientes son complejos, vienen con pluripatologías y llevan muchos tratamientos" y, precisamente por eso, el centro madrileño cuenta con un servicio de atención individualizada para determinar el tratamiento adecuado para cada paciente a través de técnicas que van desde el láser, la ozonoterapia, la radiofrecuencia hasta la fisioterapia y la terapia manual.

La doctora Concepción Pérez con una de las pacientes de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario de La Princesa en Madrid.

La doctora Concepción Pérez con una de las pacientes de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario de La Princesa en Madrid. / Alba Vigaray

Este año, con motivo del Año del Cuidado Integrativo del Dolor, Concepción Pérez incide en la importancia del abordaje psicosocial del paciente. "No se puede aislar el dolor de la experiencia vital del paciente" sino que hay que verlo todo en conjunto.De hecho refiere que "cuando el paciente lleva con dolor mucho tiempo lo primero que se altera es todo su sistema emocional, lo que deriva en ansiedad, depresión, etcétera".

Apoyo psicológico

Esta unidad hospitalaria cuenta, además, con un equipo de apoyo psicológico que acompaña a los pacientes en su proceso. Desde la propia unidad, los psicólogos llevan a cabo diferentes actuaciones para poder abordar el dolor de los pacientes y poner en marcha la psicoterapia.

"La unidad del dolor ayuda a vivir, a no tener todos los días ganas de no vivir y a levantarte de la cama".

Raquel

— paciente de la Unidad del Dolor

"A mí me ayudó mucho el psicólogo porque hay temporadas en las que no quieres vivir y muchas veces tienes ganas de apretar el botón", cuenta Raquel, paciente de la unidad que convive con dos enfermedades crónicas: la fibromialgia y la gastroparesia. La mujer, de 52 años, cuenta que, a día de hoy, para ella sigue siendo fundamental el acompañamiento psicológico para poder asimilar que lleva puesto un neuroestimulador, un dispositivo electrónico que se implanta de forma subcutánea en la zona epidural del paciente.

Raquel recuerda que al inicio del proceso pensaba que el aparato iba a acabar definitivamente con su dolor pero sólo ha conseguido que se reduzca. "Me ha quitado el dolor un 30%, que puede parecer poco para lo que cuesta la operación y lo que es llevar puesto un aparato con el que no te puedes apoyar, los cables te molestan a veces y no te deja dormir bien porque te tienes que estar cargando como si fueras un móvil, pero un 30% es mucho", asegura con contundencia.

El dolor es la causa más frecuente de incapacidad en la población, con un 17% del total de los casos registrados. Raquel ha vivido en sus carnes esta consecuencia: "Me costó mucho dejar mi profesión porque yo estudié con muchísima ilusión mi carrera y me gustaba trabajar, me dedicaba a ello, era feliz y cuando me dieron la incapacidad me dolió mucho". Pese a ello asegura que la clave es "asumir que tienes una nueva vida" y, en este sentido, recalca que "la unidad del dolor ayuda a vivir, a no tener todos los días ganas de no vivir y a levantarte de la cama".

Profesionales

Para acceder a una unidad de dolor pública, los pacientes deben ser derivados por profesionales médicos de las distintas especialidades. “Es complicado cuando hay muchos hospitales en los que no hay unidades del dolor. Eso dificulta todavía más el acceso”, subraya la doctora Pérez.

Concepción Pérez, jefa de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario de La Princesa en Madrid.

Concepción Pérez, jefa de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario de La Princesa en Madrid. / Alba Vigaray

Dentro de estas unidades conviven múltiples disciplinas desde la psicología o la psiquiatría pasando por la rehabilitación, la reumatología, la medicina interna o la farmacología clínica, entre otras especialidades, aunque las acciones deben estar dirigidas por anestesistas y cirujanos. "Las unidades del dolor, por definición deberían ser multidisciplinares aunque no siempre es así", aclara Pérez. La experta añade que sólo un 3% de estos departamentos tienen trabajadores sociales, una figura "fundamental" en esta rama.

Prevención

Actualmente en España hay un total de 417 unidades de dolor. De ellas, sólo 197 pertenecen al Sistema Nacional de Salud. "Las unidades del dolor son un recurso escaso", lamenta Concepción Pérez, y aunque asegura que durante los últimos años se han puesto en marcha iniciativas tanto desde el ámbito privado como en el público para abordar el dolor, considera que todavía queda mucho por hacer.

La experta insiste en la necesidad de determinar cuáles son los criterios de derivación de pacientes a estas unidades y advierte que es "una tarea pendiente en la que se debe seguir trabajando para que estén claros y sean similares en todas partes".

"En la mayoría de las universidades de España no existe una disciplina que se llame dolor y esto es una responsabilidad de todos"

Concepción Pérez

— Jefa de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid

Pérez igualmente apunta a la falta de conocimiento por parte de la población de este tipo de recursos y remarca la importancia de continuar concienciando. "La población general no tiene claro qué es una unidad del dolor, ni qué hace; hay poca difusión de lo que realmente hacemos y qué pacientes podemos tener", admite.

Como especialista, la doctora lamenta que el dolor no se estudie durante la carrera. "En la mayoría de las universidades de España no existe una disciplina que se llame dolor y esto es una responsabilidad de todos", apostilla. Por ello, aboga porque sea obligatorio desde la facultad, para que "todo el mundo tenga conocimiento sobre qué es el dolor y cómo se trata en las diferentes modalidades médicas". Asimismo insiste en la importancia de que los residentes de medicina roten "en algún momento" por esta unidad y anima a que se creen áreas de capacitación para compartir conocimientos entre los profesionales.

"El dolor es algo transversal que ocupa todos los aspectos de la medicina pero realmente hacen falta gestores que entiendan que hacemos porque si no lo conocen difícilmente van a poder apostar por ello", concluye.