Madrid

"¡Al ladrón, al ladrón!": la heroica intervención de los vecinos del barrio de Tetuán detuvo un robo en Madrid

Dos de los delincuentes lograron huir; el tercero fue retenido por los vecinos hasta que llegó la policía

"Le pegaron una patada y se echaron cuatro o cinco encima", le cuenta un testigo a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA

El robo se produjo en el interior de este inmueble, en el 7 de la calle Villaamil

El robo se produjo en el interior de este inmueble, en el 7 de la calle Villaamil / DLF

David López Frías

David López Frías

Lo primero que recuerdan los vecinos es a una mujer pegando gritos. Salía del número 7 de la calle Villaamil, en el barrio madrileño de Tetuán. Era una residente de unos 50 años, que se había percatado de que unos ladrones habían entrado en su inmueble y se preparaban para emprender la huida.

"Se cruzó con ellos por las escaleras. Iban dos o tres, corriendo porque ya habían robado en algunas casa", le explica un testigo presencial a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. Este testigo no acierta a recordar cuántos eran, pero la Policía Municipal de Madrid confirma que "eran tres varones que perpetraron varios robos en domicilios del inmueble". Dos de ellos consiguieron huir, pero el tercero...

Corría la 1 de la tarde del pasado jueves 7 de marzo. El tercero no tuvo tanta suerte como sus compañeros. "Yo vi a un tío salir corriendo calle arriba y a un mujer chillando: "Al ladrón, al ladrón!", saliendo del portal". Ese grito clásico, que aparece en cualquier película antigua y es el título de una canción de Sabina, fue el que puso en alerta a la gente que circulaba en esos momentos por la calle Villaamil.

De una patada

"Eran poco más de las 13, había bastante gente por la calle", cuenta el propietario de un negocio próximo. Él lo vio desde su tienda y salió en cuanto escuchó los gritos: "Parece que primero un hombre le pegó un empujón, pero unos metros más tarde, ahí en la puerta del garaje [señalando un parking próximo] le pegó una patada".

Fue ahí cuando el ladrón cayó derribado. Y al verlo en el suelo, una turba de gente siguió el instinto de ver al ladrón caído e intentando escapar. Y procedieron a colaborar: "Le pegaron una patada y se echaron cuatro o cinco encima", explica el mismo vecino de la zona, que asegura que se quedó "hasta que llegó un coche de policía. Era una furgoneta de esas pequeñas de los municipales, que pasaba por allí por casualidad".

Esa patada que todos los testigos refieren tuvo que ser contundente, porque el primer lugar al que trasladaron al ladrón fue al centro de salud, aquejado de un fuerte golpe en el tobillo. Una entrada por detrás en toda regla, que en un campo de fútbol hubiera sido roja directa clarísima, sin necesidad de recurrir al VAR. Pero que aquí fue heroica, porque impidió que el delincuente se fugase con lo robado.

Punto exacto en el que el delincuente sufrió la entrada por detrás y fue derribado

Punto exacto en el que el delincuente sufrió la entrada por detrás y fue derribado / David López Frías / DLF

El botín

Un botín consistente en un centenar de joyas de oro y plata, entre las que había pulseras, collares, anillos y cinco relojes de marca. "El ladrón portaba una mochila en el que se le requisaron 1.900 euros en billetes de 20 y 50 euros", explicaron fuentes de la Policía Municipal de Madrid a este diario. Al parecer, el robo fue perpetrado en el tercer piso del inmueble, aunque los ladrones "ya habrían robado en la zona anteriormente y parte de lo que llevaba no pertenecía a este domicilio".

El ladrón, un varón de 30 años y nacionalidad georgiana, cuenta con varios antecedentes policiales. También se le encontraron "herramientas y útiles para forzar puertas". Fuentes policiales han confirmado "un tumulto de personas con una en el suelo" y el posterior traslado a la comisaría de la Policía Nacional tras la detención.

"El que se le echó encima era grande, porque el tío intentaba escapar, pero no podía. Chillaba, pero no podía salir de allí", cuenta uno de los pocos testigos que ha querido hablar. Porque los habitantes del edificio han preferido guardar silencio. Una de las residentes, incluso, protestaba "por la forma en la que los medios habéis dado la noticia, porque no hay que decir lo que se han llevado de las casas. Porque ahora ya saben los ladrones lo que tenemos", se quejaba esta señora de avanzada edad.

Otros también protestan, pero "por cómo se ha puesto el barrio, que últimamente hay muchos robos en esta zona". Denuncian esos vecinos que hay poca presencia policial y que los hurtos en plena calle son habituales en ese sector de Madrid. Ahora, con estos antecedentes, los que lo intenten se lo pensarán dos veces antes de hacerlo, no sea que les caiga encima todo el peso de la fuerza vecinal.