ENFERMEDAD DEL INTESTINO DELGADO

El precio de tener la hinchazón de vientre que obsesiona a medio TikTok: hasta 1.000 euros para tratar el SIBO

Si el paciente reacciona bien al tratamiento y la Seguridad Social financia las pruebas sólo tendrá que pagar los antibióticos

Los test en la sanidad privada de sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado cuestan entre 70 y 100 euros, a lo que habría que sumarle las visitas al médico, al nutricionista, medicamentos y tratamientos

Una mujer se queja de dolor de estómago.

Una mujer se queja de dolor de estómago. / SORA SHIMAZAKI (PEXELS)

Ana Ayuso

Ana Ayuso

Antígona (prefiere identificarse con este nombre) acudió a su médica de cabecera hace más de tres años para consultarle por qué su vientre se hinchaba hasta el punto de parecer que estaba embarazada y por qué no lograba ir al baño durante días. Ella siempre fue una mujer delgada, pero, a partir de la menopausia y de la pandemia, cogió algo de peso. Fue en ese momento cuando empezó a notar una inflamación anormal de su abdomen. En cada visita, su doctora le decía que era una consecuencia de la menopausia, pero nunca la derivaba a un especialista. Cuando Antígona ya se puso firme y le recalcó que llevaba "muchísimos años sintiéndome prácticamente incapacitada, en una situación que me afectaba en el día a día", la médica del ambulatorio le pidió cita para gastrointestinal en el Hospital de Alicante.

Se sometió en enero de este año a una colonoscopia, una manometría, una resonancia magnética, analíticas, pruebas de gluten y de intolerancia a la lactosa. Cuatro meses después, cuando ninguno de los resultados sacó de dudas a los profesionales de este hospital, la especialista pidió que le hiciesen un test de fructosa que salió positivo. "Le mostré una foto con el vientre hinchado. Me explicó que creía que la intolerancia a la fructosa era un falso positivo y que lo que tenía era otra cosa", explica esta paciente. "Me dijo que me iba a hacer la prueba que estaba de moda, que a cada persona que se la hacían le daba positiva". Habla de la prueba de aire espirado para detectar el SIBO, una patología que, por sus siglas en inglés, refleja un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado. El SIBO se ha popularizado en las redes sociales, especialmente en TikTok y Twitter, en los últimos meses.

Jaume Fontanals Jorba, médico especialista en microbiota, manifiesta que ha percibido "un aumento de pacientes con SIBO", porque, apostilla, "hoy en día es muy fácil viralizar algo". Sin embargo, recalca, "no es una patología nueva, pero se ha destapado una bomba". De hecho, Pilar Nos, jefa del Servicio de Medicina Digestiva del Hospital La Fe de Valencia, alertaba hace unos días en la Cadena Ser del colapso de las consultas médicas provocadas por pacientes que acuden a los centros sanitarios pidiendo pruebas de detección de SIBO. Fontanals Jorba rebate esta idea: "No veo que la comunidad médica y la sanidad pública se estén implicando con esto, por lo que muchos pacientes siguen viniendo a la sanidad privada para poder tratarse".

Muchas mujeres jóvenes que experimentaban síntomas de SIBO y que los achacaban a que sus digestiones eran malas por naturaleza se han encontrado con vídeos como los de la influencer Sara Giménez (@sareur). "¿Qué tengo en la barriga y por qué después de comer siempre me hincho como una pelota?", introducía en un vídeo de TikTok esta creadora de contenido que hace un mes dio "positivo en IMO", que es otra manera de denominar al SIBO. Su narración se ha reproducido casi un millón de veces y a ella no paran de llegarle mensajes a sus redes sociales de "gente que está igual que yo y que lleva años así", afirma para EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

@sareur_

¿Alguien más por aquí con #SIBO?

♬ La Dolce Vita - Fausto Papetti

"Hace unos meses, empecé a estar mal y me di cuenta de que era muy extraño, porque yo había empezado a ir al gimnasio, empecé a tener el cuerpo fibrado, pero la barriga se me hinchaba muchísimo", expresa esta joven. Sara Giménez contó su experiencia a su comunidad y algunos de sus seguidores le recomendaron que acudiese a un médico especializado en Psiconeuroinmunología (PNI), una disciplina integrativa que trata de comprender la relación entre la mente, el intestino y los hábitos de vida del afectado. "Me fui a uno de los médicos que más me recomendaron, porque es superincómodo tener esto y limita mucho la vida. Preferí pagar, aunque es carísimo, 150 euros por sesión, y lo primero que me dijo es que estaba muy estresada. Estamos trabajando a través de la acupuntura para encontrar la raíz. Sobrecrecimiento bacteriano está claro que tengo, pero estamos buscando qué lo ha provocado", recalca.

Tratamiento en la Seguridad Social

Ella, que en el momento en el que conversó con este periódico llevaba dos semanas de tratamiento, había invertido ya 850 euros en curarse: 150 de la primera sesión con su doctor, una segunda sesión para que le diagnosticase el profesional que le va a hacer la acupuntura, por otros 150 euros, aunque este procedimiento sólo lo siguen algunos pacientes, otros 100 euros entre pruebas y medicamentos, las dos sesiones de acupuntura que, por el momento, ha reservado, y una segunda revisión con el médico PNI que tendrá lugar en septiembre. "Es una barbaridad para cinco sesiones. No sé ni cómo es legal. Yo prefiero pagarlo porque necesito curarme, es muy desesperante estar así", justifica.

La diferencia entre lo que han pagado Sara Giménez y Antígona es notable. Esta última únicamente ha tenido que desembolsar el importe de los medicamentos: antibiótico, probiótico, una crema para las contracciones anales y un laxante: un total de 52,93 euros porque por sus ingresos tiene derecho a un descuento. Sin él habría pagado por las medicinas 168,40 euros. Sin embargo, a los pacientes que acuden a la sanidad pública se les complica que les hagan un test de SIBO.

Fontanals Jorba sabe por qué sucede: "La mayoría de pacientes vienen a mi consulta desde la Seguridad Social. Acudieron a su doctor con la prueba del SIBO hecha, pero su médico de cabecera no sabe ni lo que es el SIBO o, en otras ocasiones, ni cree en él". Este profesional, que trabaja en Salud Navarra Medicina Integrativa, sostiene que hay profesionales que consideran que esta es una enfermedad "que está más en la cabeza, que es por el estrés". 

Sol Velasco, estudiante de Nutrición Humana y Dietética en Universidad Complutense de Madrid, dio positivo en SIBO hace dos años, cuando llevaba otros dos encontrándose mal. Ha acudido a la sanidad pública y a la privada. "Tengo seguro y, como suele ir más rápido, fui por ahí. Como no me funcionaba nada, fui a la pública, porque hay muy buenos médicos. Fui al médico de cabecera, que luego me derivó a la especialista, pero no llegué a ir por el confinamiento. En mayo me llamó la especialista, estuvo hablando conmigo cinco minutos y me dijo que no me iba a hacer la prueba del SIBO, porque tenía el colon irritable, sin haberme visto en persona nunca. Fue frustrante. Mi experiencia con la Seguridad Social ha sido mala. Me dijo que si veía que me sentaba mal el gluten, que en vez de comerme una pizza entera me comiese sólo media".

@solvelasconutri

Respuesta a @m a r t i n a espero que mi experiencia os ayude y os anime aunque sea un poquito 🙏🏼 #sibo #storytime #tratamientosibo

♬ sonido original - Sol Velasco | Nutrición 🍋

Esta joven, que ha compartido su experiencia con la enfermedad en las redes sociales, opina que las personas que sólo pueden acceder a la sanidad a través de la Seguridad Social están "desesperadas" porque "les dicen que no les van a hacer la prueba, y tienen que pagarse el médico por tu cuenta o hacerse un seguro". Sol Velasco, a pesar de que lleva dos años tratándose contra esta afección, siente que no se ha recuperado del todo. "Estoy al 90%, no soy una persona que puede comer lo que le da la gana y que siempre está bien", concluye.

El precio de curarse del SIBO

Fontanals Jorba detalla que, en el centro médico en el que trabaja, el tratamiento natural del SIBO de seis semanas asciende a 1.000 euros, entre la primera visita, la consulta a las tres semanas y las hidroterapias o el ozono rectal, a lo que se sumarían los antibióticos naturales (orégano, Atrantil, peperina o cúrcuma), que "ayudan a disminuir este sobrecrecimiento", pero destaca que "hay que seguir una dieta" restrictiva y de reintroducción, con el objetivo de eliminar las comidas con FODMAP (carbohidratos de cadena corta) que alimentan a las bacterias que se encuentran en el intestino delgado de un paciente con SIBO.

"La hidroterapia sirve normalmente para eliminar las bacterias en el intestino grueso. En la ozonoterapia, ocurre lo mismo, pero además promueve la recuperación de la mucosa intestinal. No obstante, no se pueden usar con todos los pacientes", señala. Por su parte, la dietista nutricionista clínica Virginia Gómez Sánchez, especializada en el aparato digestivo, calcula que una persona a la que le diagnostiquen SIBO pagará la prueba de aire espirado para detectar esta afección, valorada entre 70 y 100 euros, 200 euros por un tratamiento dietético que incluya todas las visitas con un profesional de este tipo, el tratamiento farmacológico con Spiraxin de 200 miligramos, al que se unirían otros antibióticos o fármacos si fuesen necesarios, las visitas médicas por la privada, por 90 o 100 euros cada una de ellas, y los tratamientos de fisioterapia y psicología, si fuesen necesarios.

"Lo que debería suceder, que no sucede, es que el médico de familia derivase al paciente a un especialista en digestivo. Como la persona sigue teniendo molestias, lo que suelen hacer es abonar la consulta de un médico privado o hacerse una mutua", sentencia esta profesional.