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Un país a dos velocidades

Puente ha creado una Secretaría General de Movilidad Sostenible, aunque los miles de ciudadanos que sufren a diario el calvario de Cercanías sólo reclaman movilidad… sin adjetivos

Pasajeros en las vías de los trenes en Atocha.

Pasajeros en las vías de los trenes en Atocha. / Twitter

España es una país de dos velocidades y no sólo por las diferencias económicas entre el norte y el sur o entre el interior y la costa. Lo es de forma explícita porque hay ciudadanos que viajan a toda velocidad y otros que nunca saben a ciencia cierta cuándo llegarán a su destino.

España es un país en el que puedes ir de Madrid a Barcelona en apenas dos horas y media, pero donde un desplazamiento a Blanes (Girona) o Aranjuez, en el sur de Madrid, puede eternizarse. Y nunca es descartable que te acaben trasbordando a un autobús.

España es el segundo país del mundo con más kilómetros de vías de alta velocidad, sólo superado por un estado que es en realidad casi un continente, China, y por delante de potencias económicas como Japón, Francia o Alemania. Pero las Cercanías adolecen de una falta de inversión histórica que las convierten cada mañana en una trampa mortal para muchos viajeros.

El año 2023, la red de Cercanías de Madrid sufrió más de 700 incidencias, casi dos por día, mientras que las Rodalies de Barcelona ya han registrado en el primer cuatrimestre de este año 373 averías, más de tres por jornada. Las Cercanías de los principales núcleos urbanos españoles son utilizadas cada año por más de 300 millones de personas, mientras que en los trenes de alta velocidad el número de viajeros fue de unos 30 millones en 2023. Diez veces menos.

El ministro de Transportes, Óscar Puente, que sale a trending topic diario en X, la antigua Twitter, había hecho a última hora de este lunes una veintena de tuits, pero en ninguno se hacía referencia a lo sucedido ayer en las Cercanías de Madrid, donde se repitieron las imágenes, también conocidas por los usuarios de Rodalies de Barcelona, de viajeros caminando por las vías tras haber quedado inmovilizados en un tren.

La situación en que se encuentran las Cercanías es de emergencia nacional, porque esos 300 millones de pasajeros no pueden prescindir de ellas para su vida diaria, pero apenas sirve de arma política, quizás porque la responsabilidad está repartida entre los dos partidos que han gobernado en los últimos años, PSOE y PP.

Puente ha creado recientemente una Secretaría General de Movilidad Sostenible. Nada que objetar, aunque los miles de ciudadanos que sufren a diario el calvario de las Cercanías sólo reclaman movilidad… sin adjetivos.

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