Cumbre socialista en A Coruña

El PSOE zanja su nuevo proyecto político sin debate interno ni posibilidad de enmiendas

El documento no ha sido revisado ni debatido por las federaciones y altos cargos del partido. "Son otros tiempos", señala un líder autonómico

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Juan Ruiz Sierra

Juan Ruiz Sierra

El PSOE aprobará este domingo su nuevo proyecto político sin que las distintas federaciones y altos cargos del partido hayan podido revisarlo ni mucho menos discutirlo. El documento de 100 páginas no ha sido previamente enviado a los delegados a la convención socialista que se celebra estos días en A Coruña. Tampoco se ha debatido. A diferencia de otras ocasiones en convocatorias de este tipo, no ha habido posibilidad de enmiendas, en un claro síntoma del poder de Pedro Sánchez, cuyo discurso clausurará la cumbre, dentro de la organización.

Un líder autonómico del PSOE reconocía este sábado que el texto, al que este diario y otros medios tuvieron acceso el pasado jueves, no le había llegado. No había excesiva crítica en sus palabras. Tan solo la constatación de un cambio en la manera de liderar el partido. “Son otros tiempos”, dijo. Pero esta ausencia de debate se extiende incluso a quienes integran la ejecutiva socialista. Un miembro del organismo señaló que pudo tener el documento, llamado ‘Impulso de país’, tan solo unos minutos antes de que comenzara el viernes la convención, con la que el PSOE busca prepararse para el nuevo ciclo electoral (gallegas, vascas, europeas y catalanas) y lanzar a su candidato a la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro, a quien las encuestas colocan en tercer lugar en los comicios del próximo 18 de febrero, por detrás de sus contrincantes del PP y el BNG.

El documento no ha sido revisado ni debatido por las federaciones y altos cargos del partido. "Son otros tiempos", señala un líder autonómico

El mazazo de mayo

Si el poder de Sánchez en el partido ya era casi absoluto antes de los comicios autonómicos y locales del 28 de mayo y los generales del 23 de julio, ahora lo es todavía más. Los socialistas dijeron adiós a gran parte de sus gobiernos en comunidades y municipios tras la primera cita. Fue un auténtico mazazo. Pero la debacle también trajo consigo que desapareciera casi cualquier atisbo de liderazgo crítico con el secretario general. Solo quedó en pie el presidente de Castilla-la Mancha, Emiliano García-Page, contrario a la amnistía del ‘procés’ y a la dependencia parlamentaria de ERC y Junts, quien no se ha desplazado hasta A Coruña porque se encuentra de viaje oficial en China. 

Sánchez, fiel a su estilo de tomar decisiones audaces, reaccionó a la derrota en los territorios adelantando por sorpresa las elecciones generales. Contra pronóstico, logró primero que la derecha y la ultraderecha fracasaran en su intento de llegar a la Moncloa y después fue reelegido presidente del Gobierno gracias a un heterogéneo bloque de investidura formado por todos los grupos parlamentarios, la mayoría nacionalistas e independentistas, salvo el PP y Vox

Ahora ha aprovechado este nuevo salto mortal saldado con éxito para remodelar la ejecutiva del partido (profundizando en la fusión entre Moncloa y Ferraz y prescindiendo también de las escasas voces potencialmente discordantes en la dirección, como Mayte Pérez y Andrea Fernández) y aprobar un documento político que apenas ha sido consultado y por otro parte carece de medidas novedosas. El escrito, que defiende la amnistía para alcanzar el “reencuentro total” entre Catalunya y el resto de España, se limita a recoger partes del programa del PSOE a las generales, del acuerdo de coalición con Sumar y del discurso de investidura que el jefe del Ejecutivo pronunció el pasado 16 de noviembre. Así que los 1.500 delegados de la convención política socialista se han limitado durante este fin de semana, como explicaron varios de ellos, a “aplaudir”. 

Un alto cargo socialista que sí ha participado en la elaboración del nuevo proyecto político admite que el texto no se distingue por su originalidad. Pero intenta colocar el esfuerzo en un contexto muy determinado. “Solo han pasado unos meses desde que redactamos el programa y celebramos las elecciones generales. Es normal. No ha habido margen para ir más allá de lo que hemos ido”, dijo el pasado viernes, tras la celebración del primero de los tres foros de la convención, protagonizado por José Luis Rodríguez Zapatero. El resto de la cumbre, más allá de la celebración el domingo de un comité federal que aprobará el documento y los cambios en la ejecutiva del partido, está consistiendo en una sucesión de diálogos, llamados paneles, entre ministros y líderes territoriales. Pese a que en esos encuentros no ha habido debate interno ni votaciones, todos han transcurrido a puerta cerrada. “Son otros tiempos”.