El peso del expresidente en las elecciones generales

La metamorfosis de Zapatero: cómo 'Sosoman' se convirtió en una estrella de rock para el PSOE

En la dirección del partido lo tienen claro: “Fue Zapatero quien levantó el ánimo del partido tras el fallido cara a cara entre Sánchez y Alberto Núñez Feijóo; su contundencia en los medios y en los mítines ha sido increíble"

José Luis Rodríguez Zapatero.

José Luis Rodríguez Zapatero. / EFE

Juan Ruiz Sierra

Juan Ruiz Sierra

La fiesta ya había comenzado. Cientos de simpatizantes se agolpaban frente a la sede del PSOE, en la madrileña calle de Ferraz, para celebrar que el PP y Vox no tenían mayoría absoluta. Sonaba a volumen brutal ‘Sarandonga’ (‘cuchibiri, cuchubiri’) en la versión de Lolita. Un hombre de unos 50 años sonrió a su acompañante y dijo: “¡Todo esto es gracias a Zapatero!”.

Una frase así habría sido imposible de escuchar hace unos cuantos años. Tras la crisis, los recortes y la pérdida de poder institucional sufrida por el PSOE en 2011, José Luis Rodríguez Zapatero era una figura a la que muchos dirigentes del partido preferían no tener cerca. Su presencia restaba. Pero ahora ocurre todo lo contrario. 

El expresidente ha mutado en paralelo al entusiasmo que suscita entre las bases, hasta el punto de que en la reciente campaña de las elecciones generales ha sido junto a Pedro Sánchez, y a mucha distancia de todos los demás, el gran activo electoral de los socialistas, a través de continuos mítines y entrevistas en los que ha mostrado una nueva cara. El hombre antes conocido como ‘Bambi’ ‘Sosoman’ por su falta de colmillo y carisma se ha convertido en el más duro ariete contra el PP, en una fábrica de memes y en el principal agente movilizador del PSOE, que el pasado domingo obtuvo 122 diputados, dos escaños y un millón de votos más que en 2019. 

En la dirección del partido lo tienen claro. “Fue Zapatero quien levantó el ánimo del partido tras el fallido cara a cara entre Sánchez y Alberto Núñez FeijóoSu contundencia en los medios y en los mítines ha sido increíble. El presidente del Gobierno y él han sido quienes han sostenido la campaña”, señalan fuentes de la ejecutiva socialista. 

Una relación errática con Sánchez

El proceso ha sido gradual. Zapatero, que participó en las maniobras que condujeron a la dimisión de Sánchez como líder socialista en 2016 y después apoyó a Susana Díaz en las primarias, recompuso su relación con el jefe del Ejecutivo en funciones durante su segunda era al frente del partido. Siempre dispuesto a colaborar (y a “enredar”, puntualiza un veterano dirigente socialista), se arremangó en 2019 para que hubiera coalición del PSOE y Podemos, mediando entre ambos partidos. Después hizo lo mismo para que los morados aceptasen ir a las elecciones bajo el paraguas de Sumar, la candidatura de Yolanda DíazY también, como avanzó este diario a principios de año, para que fluyese la relación de los socialistas con ERC, fundamental durante la pasada legislatura. 

Pero aquellos fueron movimientos entre bambalinas, alejados del foco. Esta vez, en un momento en el que se preparan varios libros sobre el expresidente coincidiendo con el vigésimo aniversario de su primera victoria electoral en marzo de 2004, ha sido distinto. Durante las dos semanas de campaña, resultaba difícil encender la televisión y no encontrarse con Zapatero en un plató o acto del PSOE. 

La derrota de ETA

Él mismo cuenta que decidió implicarse al máximo el pasado mayo, cuando vio cómo Feijóo acusaba en el Senado a Sánchez de “ser más generoso con los verdugos que con las víctimas” de ETA. A partir de ahí, multiplicó sus apariciones públicas, mostrando el camino al PSOE. Por ejemplo, con su entrevista en la COPE, en la que defendió con uñas y dientes la gestión del presidente y aseguró, en plena tormenta por el apoyo de Bildu a muchas iniciativas del Gobierno (de los Presupuestos Generales del Estado al ingreso mínimo vital, pasando por la revalorización de las pensiones), que había sido su Gobierno el que “derrotó” a la banda terrorista. Sánchez seguiría después la misma estrategia, rompiendo su veto a medios de línea editorial contraria al PSOE para acudir a ‘El Programa de Ana Rosa’ (Tele 5) y ‘El Hormiguero’ (Antena 3).

En los mítines ocurrió algo parecido. Zapatero protagonizó más actos que el candidato socialista, que optó por priorizar las entrevistas y se vio condicionado en campaña por sus obligaciones internacionales, y allí mostró también una cara desconocida. Distendido, contundente, mordaz y por momentos un punto lisérgico, como durante una intervención en San Sebastián en la que vino a negar, sin aportar pruebas, la existencia de vida extraterrestre inteligente: “El infinito es el infinito. El universo es infinito. Pertenecemos a un planeta, la Tierra, y a una especie que es absolutamente excepcional. Somos el único sitio del universo donde se puede leer un libro y donde se puede amar. ¡Y todo ello en el universo, en el infinito!”.

La comparación con González

Quienes conocen desde hace años al expresidente ya habían comprobado días antes que estaba en forma. “Zapatero estuvo en mi federación durante la precampaña -explica un diputado del PSC-. Hicimos una comida con cargos públicos y antes preparamos un poco el encuentro con gente que quería hablar con él. Fue un éxito total. Estuvo cercano, amable y ya con un discurso impecable”. 

“Ha levantado a la militancia. Le ha dado orgullo de pertenencia y se ha fajado. Ha sido un ejemplo en un momento en el que se echó en falta a Felipe”, continúa el socialista catalán. Mientras González no firmó el manifiesto de veteranos del PSOE en apoyo a Sánchez, evitó participar en mítines y solo apareció para defender, echando un capote a Feijóo, que gobernara la lista más votada y así el PP no tuviera que depender de la extrema derecha, Zapatero hizo todo lo contrario. “El problema no es Vox, es este PP”, respondió. 

“Esta era la batalla definitiva y necesitábamos a todo el mundo -concluye el diputado del PSC-. Felipe nos ha dejado solos. Zapatero, en cambio, ha cabalgado a nuestro lado”.