LEY DEL SÍ ES SÍ

Podemos busca superar la crisis del sí es sí para huir del desgaste y tira de agenda legislativa

El partido trata ahora de minimizar la crisis vivida y reabre nuevos frentes en el Gobierno de coalición para pasar de pantalla

Ione Belarra, Irene Montero, Lilith Verstrynge y Alejandra Jacinto.

Ione Belarra, Irene Montero, Lilith Verstrynge y Alejandra Jacinto. / EFE

Podemos intenta pasa página a la crisis del sólo sí es sí. Han pasado más de dos semanas desde que estallase la pugna entre los socios de coalición por las profundas discrepancias sobre los cambios en la norma estrella de Irene Montero, la Ley de Libertad Sexual. Y los morados han tomado una determinación: marcar nuevos objetivos que les permitan superar la situación de bloqueo y diluyan el que ha constituido el mayor enfrentamiento entre PSOE y Podemos desde comienzos de la legislatura. 

Fuentes del espacio confederal destacan que el conflicto “se está alargando demasiado” en el Ejecutivo, con el consiguiente desgaste de las dos partes en liza. Este mismo lunes se publicaba una encuesta en La Razón que dejaba comprometida la figura de Irene Montero: el 66% de los propios votantes de Unidas Podemos se mostraban a favor de cambiar la norma y más del 60% de los encuestados consideraban que la ministra de Igualdad debía dimitir si la ley se cambiaba sin acuerdo. Las posturas sobre este asunto siguen siendo las mismas en las filas moradas: mano tendida de puertas para afuera, para desviar la culpa a los socialistas en caso de que no haya una solución pactada, pero posiciones férreas en el contenido, sin disposición alguna a aceptar los términos del PSOE. 

Este desgaste ha hecho mover ficha en Podemos, donde ya buscan introducir nuevos elementos que marquen la agenda política y pasen de pantalla tras la pugna de la coalición. Es por ello que este mismo lunes exigieron al PSOE pisar el acelerador en siete leyes que están paralizadas en el trámite parlamentario y que, después de que el Congreso les diera luz verde en un primer momento, continúan en periodo de enmiendas sin que los socialistas den cauce a su aprobación definitiva. Entre estas leyes, la Ley y de Bebés robados, la Ley de Secretos Oficiales, la Ley de Sanidad Mental, la Ley de Libertad de Expresión, la Ley de Seguridad del Paciente, la Ley de ELA y la Ley de Morosidad. 

Además de esta batería legislativa, Podemos quiere reactivar otros frentes de la coalición para cambiar el foco, volviendo a reabrir viejas polémicas, como es el cambio de postura de Pedro Sánchez respecto al Sáhara, que se debatirá a petición de UP este martes en el Parlamento; o revivir el malestar por el gasto en Defensa y la postura "belicista" de España en la guerra de Ucrania. Es por ello que este fin de semana Podemos ha convocado una segunda Conferencia por la paz de Ucrania, después de que realizaran el primer encuentro de este tipo hace un año, recién estallada la guerra. 

Minimizar la crisis

Además de estos nuevos frentes, en el partido aseguran en las últimas horas que la crisis del sí es sí “no es para tanto”, tratando así de restar importancia al choque de trenes que llegó a su punto álgido el pasado 30 de enero. Aquel lunes, después de un fin de semana de fortísimas tensiones en que Podemos cargó duramente el PSOE por su propuesta de reforma, los socialistas dieron un ultimátum: cambiarían la ley con o sin Podemos. 

El partido se quedó en estado de shock, y después de un silencio sepulcral durante más de seis horas, reaccionaron abandonando cualquier idea de ruptura y exhibiendo un renovado ánimo conciliador. Si no se alcanzaba un acuerdo, que no fuera por ellos. O al menos, que no lo pareciera. Se abría así una suerte de ‘batalla del relato’, por el que la aparición de Irene Montero y de los cargos públicos de Igualdad se multiplicaron en los medios de comunicación para hacer calar un mensaje: que el PSOE quería eliminar de la norma la su principal novedad: el concepto del consentimiento como termómetro para determinar la existencia agresiones sexuales. Un extremo que la ministra de Justicia y autora de la propuesta, Pilar Llop, negaba en rotundo

Sin embargo, tal y como avanzó este diario, esta pugna por el relato desató la preocupación entre los socialistas, ante el temor de que Podemos terminase instalando su mensaje en el electorado de izquierdas. La consigna que se lanzó desde Moncloa, y que fue trasladada a nivel parlamentario a sus cargos públicos, fue la de mejorar las explicaciones y los argumentos, además de aumentar la presencia en la esfera pública para tratar de contrarrestar a sus socios de coalición. 

Las escenificaciones continúan en Unidas Podemos, que este fin de semana pidió una reunión al Ministerio de Justicia para tratar de buscar acuerdo que a día de hoy parece altamente improbable. Aunque los morados traten de abrir el foco hacia más asuntos, lo cierto es unos y otros prosiguen su pugna por sacudirse la responsabilidad por la falta de acuerdo y este punto es ahora el principal campo de batalla.

En Podemos, sin embargo, descartan en ningún caso abandonar el Gobierno de coalición. Ese debate se abrió aquel penúltimo día de enero, cuando estalló la crisis y el partido se sumió en el silencio. Después de aquello, el socio minoritario de coalición descartó la opción de dejar el Consejo de Ministros. Una salida que, de darse en algún momento, será efectuada por Pedro Sánchez y que llevará a una nueva ‘batalla del relato’. Será él, en último caso, quien deba dar las oportunas explicaciones.