CINE

Blanca Torres, directora del documental 'Marisol, llámame Pepa': "La historia reciente de las mujeres se explica a través de Pepa Flores"

Se estrena en cines la película que traza el relato cronológico de la vida de uno de las grandes figuras públicas de la España del franquismo y la Transición, y de la construcción de un mito que, aunque alejado de los focos, hoy sigue vivo

La actriz y cantante Pepa Flores, 'Marisol'.

La actriz y cantante Pepa Flores, 'Marisol'. / ARCHIVO

Con primeros planos de un patio de butacas lleno, en silencio y expectante, deseando que sucediera el milagro de la aparición de quien llevaba entonces 35 años retirada de la profesión y la vida pública. Así comienza el documental Marisol, llámame Pepa, con aquella gala de los Premios Goya de 2020 celebrada en Málaga en la que, hasta el último minuto, se esperó que Pepa Flores subiera al escenario del Palacio de Deportes José María Martín Carpena para recoger su Goya de Honor. Sabemos que eso no sucedió y que lo hicieron en su nombre sus tres hijas, pero esa primera secuencia habla ya de la idea central que articula esta película, dirigida por Blanca Torres, que se estrena este viernes en cines tras su paso por el Festival de Málaga: solo se espera así a un mito y solo un mito puede tener tantísima presencia en un escenario a pesar de haber decidido no pisarlo. En este documental tampoco aparece la Pepa Flores de hoy, aunque su presencia, como en aquella gala, lo inunde todo.

Blanca Torres construye un relato que se nutre de material de archivo y que alterna con testimonios de su hermana, Vicky Flores, escritoras como Marta Sanz o Elvira Lindo, políticas como Esperanza Aguirre o Cristina Almeida, la periodista Nativel Preciado, el fotógrafo César Lucas, la cantante Amaia Romero o el presidente de la Academia de Cine, Fernando Méndez Leite. Y, aunque no ilumina ni desvela nada que no esté ya publicado, la directora ordena de forma cronológica muchas de las piezas de la vida de una mujer que tuvo muchas vidas desde que aquel 1 de mayo de 1959, siendo una cría, bailara en el césped del Santiago Bernabéu, en una exhibición de coros y danzas, con Franco y Carmen Polo en el palco de autoridades y ante la atenta mirada del productor de cine Manuel Goyanes. Esa pareja, franquismo y Goyanes, convertirá a esa niña rubia, pizpireta y de ojos azules en niña prodigio, icono colectivo, delirio fan, máquina de hacer dinero y rayo de luz en plena dictadura. Ya convertida en mito, se rebelará, matará al padre y después se borrará.

Antes de eso, Marisol, llámame Pepa recorrerá gran parte de su vida: sus primeras películas como Marisol o sus viajes al extranjero, su boda con el hijo de Goyanes y posterior separación, su relación con Antonio Gades, la militancia política y su boda en Cuba, su puño en alto contra la entrada de España en la OTAN, sus entrevistas hablando de marxismo, sus películas con Camus o Bardem, su desnudo en Interviú o aquel disco en el que hablaba de lesbianismo y prostitución llamado Galería de perpetuas, hasta llegar a 1985, cuando decide abandonar la vida pública y artística, alimentando, a su pesar, ese mito que sigue vivo aún hoy y que, según Blanca Torres, simboliza la evolución y emancipación de las mujeres a lo largo de las últimas décadas: “Marisol representa la historia reciente de las mujeres, lo que mejor simboliza la Transición con perspectiva de género, es decir, cómo transicionaron las mujeres a partir de ese icono de niña franquista que se llamaba Marisol que, en 1978, pasa a ser una mujer libre. Creo que a través de ella nos podemos explicar, sobre todo nosotras”.

La directora Blanca Torres, en Madrid.

La directora Blanca Torres, en Madrid. / ALBA VIGARAY

Torres, que también firma el guión, explica a este diario que, a pesar de la ingente cantidad de material en prensa que existe sobre ella, el documental muestra material inédito hasta la fecha: “Se habían hecho cosas de Marisol-Pepa Flores desde el punto de vista de la prensa del corazón, pero no se había hecho una búsqueda exhaustiva para rastrear, por ejemplo, sus imágenes de militancia política, que no sabes lo que nos ha costado, búsquedas también a nivel internacional y de colecciones particulares. Hemos encontrados cajas y cajas llenas de prensa y mucho merchandising. Y lo que yo no sabía es que en la época había dos revistas cuyo único contenido era Marisol: Mundo Juvenil, con sus viajes, con preguntas y respuestas con su club de amigos... y otra revista en la que contaba su biografía, llamada Simpatía, con la vida de Marisol contada por ella misma, que es de donde hemos sacado la voz en off.

P. Esa voz en off de Marisol es, en realidad, la voz de las actrices Irene Lázaro y Carla Gris, que hablan como narradoras en primera persona. ¿Por qué toma esa decisión?

R. Durante todo el proceso pudimos hablar con una persona fundamental en su vida, Massimo (Stecchini), que fue su pareja durante 30 años hasta que falleció en octubre, un tipo maravilloso que nos ha dejado hacer lo que nos ha dado la gana y al que hemos acudido mucho cuando hemos tenido dudas. Y él siempre decía que ella ya lo ha dicho todo. Este hecho de contarlo en primera persona tenía que ver con no ponerle palabras que no fueran suyas y fue muy consensuado y hablado con su entorno. Nos parecía que la única persona que podía contar su historia era ella. Y la primera parte es muy graciosa porque Marisol ni siquiera puede ser contada por Pepa Flores. Es contada por un personaje de ficción y casi todas las frases que dice Marisol como niña están sacadas de Simpatía, del relato que Manuel Goyanes escribió para el gran público.

P. ¿Lo escribía él?

R. No lo sabemos, imagino que lo escribía un señor o una señora que estarían allí trabajando.

P. El subtítulo del documental es ‘Proceso a un mito’. ¿Qué cuestiona en torno a la figura de Pepa Flores?

R. El tercer capítulo del documental arranca con (la miniserie de televisión) Proceso a Mariana Pineda y es el momento en que Pepa está más fuerte, acaba de hacer el disco Galería de perpetuas, la película Los días del pasado (de Mario Camus), es decir, está tomando decisiones sobre su carrera, tiene una visibilidad de militancia política más fuerte que nunca y, curiosamente, es cuando la prensa se pone muy en su contra. Realmente hay un proceso y es, lo dice muy bien (en el documental) la escritora Marta Sanz, como que Pepa Flores no está con el corazón contento de los tiempos. La gente está entrando en la movida cultural y hay una cosa que vertebra mucho la figura de Pepa, que es su constante militancia, no tanto con el comunismo, sino con la lucha de clases, recuperar ese origen humilde al que, de hecho, ha vuelto. Y yo creo que hubo una utilización también por parte de la izquierda, con esa portada de Cambio16, por ejemplo, y en ese sentido sí hubo un proceso con un final un poco duro, también con el proceso de infidelidad del propio Gades.

P. La idea de traición atraviesa todo el documental

R. Puede ser que haya cierto revanchismo en la película. Es cierto que la potencia que tiene ella como icono cultural, desde pequeña, ha sido utilizada y reutilizada por un montón de corrientes. Le sirvió mucho a la propaganda franquista, crearon un producto de masas y, de hecho, es la primera vez que en España había gente realmente enloquecida por un artista. Esto les vino muy bien. Luego, es verdad que en la primera parte de la Transición las mujeres ocupan un lugar de libertad muy relacionado con el destape y creo que directores en los que ella confiaba también la utilizan y sacan rédito, o revistas como Interviú, con las fotos de César Lucas, esa traición es literal. Y hay una última utilización que tiene que ver con partidos más de izquierdas. Una de las cosas que nos atravesaba un poco a todo el equipo era que nosotros, por favor, no fuéramos la última traición a Pepa con este documental.

P. Es muy evidente en la película esa vocación de no molestar y no generar conflicto para que la familia y su entorno estuvieran contentos y aprobaran el resultado final. ¿Por qué?

R. A mí me parece que a la hora de hacer un proyecto audiovisual hay libertad de prensa y puedes utilizar todo lo que está publicado, pero también tienes que posicionarte sobre el hecho de que es una mujer que está viva y esto le va a afectar.

Este es un documental homenaje, no lo oculto para nada. Y, de hecho, al elenco que participa nos une que todos estamos fascinados por el personaje"

P. Todo mito tiene luces y sombras, pero en este documental hay muy pocas sombras

R. Yo lo digo siempre, este es un documental homenaje, no lo oculto para nada. Y, de hecho, al elenco que participa nos une que todos estamos fascinados por el personaje.

P. ¿Por qué obvia los capítulos de las entrevistas publicadas en 'Interviú' en las que ella contó los abusos que sufrió cuando vivía en casa de Manuel Goyanes?

R. Yo creo que hay según qué cosas que solo se pueden contar en primera persona.

P. Ella lo contó en primera persona

R. Sí, pero volver a ponerlo es revictimizar y eso es muy difícil para alguien que ha tenido un trauma. Hay cosas que solo puede contar la víctima, eso lo he tenido clarísimo desde el principio, y también poniéndome en su lugar porque todas hemos tenido episodios en nuestra vida que tienen que ver con eso. No es por la bandera del feminismo ni por ninguna otra, la historia la cuenta, si la quiere contar, la persona que la ha sufrido.

P. ¿Contactó con la familia Goyanes?

R. Sí, pero no querían participar. No llegué a hablar con Carlos, sino con sus hermanos, fueron muy amables, pero declinaron completamente.

El círculo de los Flores es muy raro porque son súper amables, pero es verdad que hay un código como de silencio, de no aparecer y de respetar las decisiones de Pepa"

P. Interviene en el documental la hermana de Pepa Flores, pero ninguna de sus tres hijas. ¿También declinaron?

R. El círculo de los Flores es muy raro porque son súper amables, pero es verdad que hay un código —y, de hecho, yo quiero formar parte de él— como de silencio, de no aparecer y de respetar las decisiones de Pepa. Les preguntamos al principio, pero nos interesaba mucho más Vicky, que al final ha vivido todo ese viaje con ella y no solamente es su hermana, es su mejor amiga. Pero vamos, en la familia han visto el documental, Pepa también, y le ha gustado. En ese sentido estamos muy a gusto.

P. Hay once voces femeninas hablando de Pepa Flores y solo cuatro masculinas, pero no está ninguno de esos hombres del periodismo y el columnismo, la política o el cine que también contribuyeron, desde el patriarcado, a la construcción y destrucción del mito

R. Claro, lo que pasa que es que, hasta hoy, de Marisol solo han hablado hombres en los reportajes que se han hecho o en las tres biografías, que están escritas por hombres. No ha habido mujeres hablando de ella. Es verdad que (en el documental) hay grandes fans de Pepa, pero la historia que no cuentan las entrevistadas tiene que ver con ese relato patriarcal porque constantemente estamos haciendo perspectiva de género, ya sea con Antonio Gades, con Interviú o incluso con (Juan Luis) Cebrián.

Antonio Gades y Pepa Flores en 1974, cuando eran pareja.

Antonio Gades y Pepa Flores en 1974, cuando eran pareja. / EFE

P. César Lucas interviene en el documental y tampoco aquí asume su responsabilidad por haber permitido que Antonio Asensio publicara las fotos de Marisol desnuda en Interviú. ¿No le preguntó a Lucas por ello?

R. Con César Lucas lo que nos pasaba es que, si le das mucha voz, vuelve a ser un relato desde el punto de vista masculino. Yo quiero que si eso lo ha contado Pepa, que sea ella quien lo cuente, y Pepa sí dice en entrevistas que eso fue una traición. Y todo el mundo tira piedras contra César Lucas.

Con César Lucas [el fotógrafo de la portada de 'Interviú'] lo que nos pasaba es que, si le das mucha voz, vuelve a ser un relato desde el punto de vista masculino. Yo quiero que sea ella quien lo cuente, y Pepa sí dice en entrevistas que eso fue una traición. Y todo el mundo tira piedras contra César Lucas"

P. ¿Públicamente?

R. No, la gente que ha visto el documental.

P. En todo este proceso de trabajo, ¿qué ha descubierto de Pepa Flores que no supiera antes?

R. He descubierto cosas sobre Pepa, pero también ha habido muchas que he descubierto de mi madre porque he hablado mucho con ella. Yo te hablo todo el rato desde el fanatismo y puedes estar de acuerdo o no, pero no lo puedo evitar. Por ejemplo, esto que llevo en la mano es de cuando ella bailó en Madrid...

P. ¿Qué es?

R. Un trocito del suelo de la Casa de Málaga de la Casa de Campo, que ahora es la Escuela de Hostelería, pero todavía tiene el escenario en la parte de atrás. Ella bailó allí y el otro día nos metimos y nos trajimos trozos de azulejos del suelo.