Jamón y juguetes

Alberto Garzón: la diana de la polémica

Cada recomendación lanzada por el ministro de Consumo despierta una amplia controversia en la bancada contraria del Congreso de los Diputados

Alberto Garzón, ministro de Consumo.

Alberto Garzón, ministro de Consumo. / Alba Vigaray

Óscar Hernández

Óscar Hernández

Dentro de las polémicas que se generan en torno a los políticos españoles, es Alberto Garzón, quién, a través de la agenda que marca desde el Ministerio de Consumo, despierta una crítica feroz de un sector concreto del Congreso de los Diputados. El Partido Popular y Vox, incluso hasta algunos miembros del Gobierno del que él forma parte, han cargado contra el coordinador federal de Izquierda Unida a raíz de la línea de trabajo marcada desde su ministerio. Entre otros, el consumo de carne roja es uno de los elementos que más polémica ha despertado entre sus contrincantes políticos. Sin embargo, muchas de las discusiones que se generan en torno a Garzón tienen un origen real en malos entendidos y son agravados por actores ajenos a su propia figura.

Lo último que ha llevado a Garzón a ocupar los diarios nacionales: una imagen en la que se le ve comer un trozo de jamón durante la Feria de Sevilla. A raíz de esto, Okdiario titulaba así: "Garzón cazado hinchándose a jamón y cerveza en la Feria de Sevilla cuando su ministerio lo desaconseja". En la foto se puede observar como el ministro sujeta una loncha de jamón, solamente.

El chuletón y las macrogranjas que despertó la polémica

"La entrevista tuvo lugar el 14 de diciembre", explicaba Garzón mediante un Tweet acerca de una conversación periodística publicada en el diario británico The Guardian, "fue publicada en versión narrada el 26 de diciembre". Tiempo después, concretamente el 3 de enero, el escándalo puso al ministro en boca de todos. Hasta el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, decidió sumarse a los comentarios peyorativos contra el ministro diciendo: "A mí, donde me pongan un chuletón al punto, eso es imbatible". A Garzón le llovieron las críticas a pesar de que, en la entrevista en cuestión, sólo criticaba "las grandes empresas que promueven macrogranjas contaminantes".

La pregunta publicada en The Guardian fue lo que produjo el estallido: "con el tema de la carne, ¿cómo vas a lograr cambiar la mentalidad de los ganaderos y cómo vas a cambiar la mentalidad de los españoles?".

Ante esto, Garzón respondía: "La ganadería extensiva es un medio de ganadería ambientalmente sostenible y que tiene mucho peso en partes de España como Asturias, algunas zonas de Castilla y León, Andalucía y Extremadura" y, añadía, "Eso es sostenible; lo que no lo es en absoluto son las llamadas megagranjas. Los creadores de estos lugares encuentran un pueblo en un pedacito despoblado de España y ponen 4.000, o 5.000 o 10.000 cabezas de ganado. Después contaminan el suelo, luego el agua y exportan esa carne de mala calidad de estos animales maltratados".

En ningún momento el ministro mencionaba que se debería prohibir la carne, como muchos afirmaron, simplemente esclarecía que el consumo de carne en España es excesivo y que debería reducirse, como aclaró posteriormente: "Nunca hemos dicho que no hay que comer carne, sino reducir el consumo y que el producto que se ingiera sea de ganadería extensiva", declaró entonces.