ANÁLISIS

España inicia 2024 con un duro revés laboral: pierde casi 140.000 empleos

Estas cifras negativas representan el peor desempeño trimestral para el empleo y el desempleo en un primer trimestre desde el inicio de la pandemia de COVID-19 en 2020

4
Se lee en minutos
Archivo - Una persona pasa al lado de una oficina de empleo

Archivo - Una persona pasa al lado de una oficina de empleo / Gustavo Valiente - Europa Press - Archivo

El mercado laboral español ha comenzado el año 2024 con malas noticias, según los recientes datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). En el primer trimestre, el país perdió 139.700 puestos de trabajo en comparación con el trimestre anterior, mientras que el número de desempleados aumentó en 117.000 personas.

Estas cifras negativas representan el peor desempeño trimestral para el empleo y el desempleo en un primer trimestre desde el inicio de la pandemia de COVID-19 en 2020. La tasa de desempleo se elevó casi medio punto porcentual hasta el 12,29%, su nivel más alto desde el mismo período de 2023.

Tradicionalmente, el comienzo del año suele registrar un rendimiento más débil en el mercado laboral debido a la finalización de contratos temporales vinculados a las festividades navideñas. Sin embargo, el deterioro reciente fue mucho más pronunciado de lo habitual, a pesar de que el puente de Semana Santa y su típica temporada alta cayeron a finales de marzo.

En circunstancias normales, este período de vacaciones impulsaría las contrataciones, especialmente en sectores como la hostelería y el comercio minorista. No obstante, el puente de Semana Santa de 2024 no logró amortiguar la pérdida de empleos ni evitar que el primer trimestre se convirtiera en el peor arranque anual para el mercado laboral desde el año de la pandemia.

A cierre de marzo, el número total de ocupados en España descendió a 21.250.000, la cifra más baja desde el primer trimestre de 2023. Por otro lado, la cantidad de desempleados alcanzó los 2.977.900, el nivel más alto desde el mismo período del año pasado. El deterioro afectó a todos los sectores económicos principales, pero el sector servicios, que emplea a una gran parte de la fuerza laboral española, lideró las pérdidas con una disminución de 56.100 puestos de trabajo en comparación con el trimestre anterior.

Reducción de los contratos temporales

En cuanto al empleo asalariado, los datos muestran una reducción de 69.800 trabajadores durante el primer trimestre. Esta caída se concentró totalmente en los contratos temporales, que disminuyeron en 173.500. En contraste, el número de asalariados con contratos indefinidos aumentó en 103.700, superando los 15,2 millones.

A pesar de estos sombríos datos trimestrales, los números anuales presentan un panorama ligeramente más alentador. En los últimos 12 meses, el empleo neto en España aumentó en 615.800, mientras que el desempleo disminuyó en 208.500 personas. Sin embargo, los analistas advierten que las recientes pérdidas de empleo y el aumento del desempleo son señales preocupantes que no deben ignorarse. Reflejan un mercado laboral que está perdiendo impulso después de la recuperación inicial posterior a la pandemia.

Entre los principales vientos en contra que enfrenta el mercado laboral español se encuentran la persistente alta inflación, que está erosionando el poder adquisitivo de los hogares, el endurecimiento de las condiciones financieras debido al alza de las tasas de interés, y la desaceleración del crecimiento económico entre los principales socios comerciales.

Además, la inminente austeridad fiscal y las crecientes presiones para controlar la abultada deuda pública probablemente limitarán la capacidad del gobierno para implementar medidas contracíclicas significativas que estimulen la creación de empleos.

Bases frágiles

Si bien el Gobierno ha destacado la habitual "desfavorable estacionalidad" del primer trimestre, los expertos advierten que las últimas cifras negativas no pueden desestimarse como una mera anomalía temporal. Deberían servir como una clara llamada de atención sobre las frágiles bases del mercado laboral español.

A menos que se tomen medidas audaces para abordar las debilidades estructurales subyacentes, existe un riesgo real de que los recientes retrocesos se conviertan en una tendencia más arraigada y duradera. Entre las áreas que requieren atención urgente se encuentran el fomento de empleos de alta calidad, el empoderamiento de jóvenes y mujeres en el mercado laboral, y el estímulo de la inversión empresarial y la actividad económica.

Algunos indicadores sugieren que el mercado laboral español aún mantiene cierta fortaleza subyacente. La tasa de actividad, que mide la proporción de la población en edad de trabajar que está empleada o buscando empleo activamente, se redujo solo dos décimas en el primer trimestre hasta el 58,63%. Además, en el último año, el volumen de activos en el mercado laboral se incrementó en 407.300 personas, un aumento del 1,7%.

Noticias relacionadas

No obstante, a menos que se aborden proactivamente las vulnerabilidades estructurales, los beneficios de esta resiliencia laboral podrían ser temporales. Los responsables políticos y los líderes empresariales deben unir fuerzas para impulsar reformas que fortalezcan la creación de empleos sostenibles, fomenten la participación laboral y preparen a la fuerza laboral para los desafíos futuros.

De lo contrario, el riesgo es que el mercado laboral español se estanque en un ciclo de crecimiento del empleo débil y oportunidades perdidas, socavando aún más el progreso económico y el bienestar social. El reciente revés trimestral debería servir como un llamado a la acción para construir un mercado laboral más sólido y resistente.