ENTREGA DE DESPACHOS

Un año después de la polémica: el Gobierno ve "normalidad" en las visitas del Rey a Barcelona

Moncloa consigue sacar a Cataluña de la agenda y destaca la nula reacción social que provocó la concesión de los indultos a los líderes del 'procés'

En septiembre de 2020 el Ejecutivo decidió que no era conveniente que Felipe VI se desplazara a Barcelona para la entrega de despachos a los nuevos jueces

El Rey, a su llegada a la entrega de los despachos de la 70 promoción de jueces de la Escuela Judicial.

El Rey, a su llegada a la entrega de los despachos de la 70 promoción de jueces de la Escuela Judicial. / EFE

Un año después de que Moncloa decidiera vetar la presencia de Felipe VI en Barcelona, en el acto de entrega de despachos a los nuevos jueces, el Ejecutivo ve "normalidad institucional" en su asistencia. El Rey participó este lunes en una convocatoria, a la que ha acudido tradicionalmente, pero que en 2020 se perdió por recomendación del Gobierno. En ese momento no se consideró conveniente que viajara a Cataluña la misma semana en la que estaba a punto de conocerse la inhabilitación del entonces president, Quim Torra y se había anunciado el comienzo de la tramitación de los indultos, como punta de lanza de la llamada "agenda para el reencuentro".

Esa decisión provocó un duro choque entre Moncloa y el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, a quien se llegó a acusar de intentar enfrentarles con la Corona por enviar la invitación dejando al Gobierno al margen, y de hacer oposición al Ejecutivo al contar posteriormente que a Felipe VI le habría gustado ir al acto de Barcelona. Catorce meses después de aquella polémica el Gobierno ha logrado encauzar la relación con la Generalitat, con la creación de una mesa de diálogo entre el Estado y el Govern, para buscar salidas al conflicto catalán, exigida por ERC para dar apoyo parlamentario a Pedro Sánchez.

Torra fue inhabilitado y tras las elecciones autonómicas de febrero pasado el president de la Generalitat es el republicano Pere Aragonès. Se han concedido los indultos, sin que esto haya supuesto un desgaste aparente contra el Gobierno ni haya existido -destacan en Moncloa- ninguna movilización social. Y el Rey visita Cataluña con bastante normalidad. Lo único que no parece haber cambiado es el malestar del Ejecutivo con Lesmes, que sigue en su puesto. Aunque se han reactivado las negociaciones entre el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el secretario general del PP, Teodoro García Egea, para renovar el CGPJ, el acuerdo aún no se ha anunciado.

El Gobierno ve también avances en algunos de los pasos que está dando Aragonès, que no descarta acudir a la próxima Conferencia de Presidentes, después de haber declinado ir a la última reunión. En el Ejecutivo constatan una mayor participación de Cataluña en los foros multilaterales desde que él llegó a la presidencia y creen que existe un cambio "de actitud". En julio pasado el nuevo conseller de Economía, Jaume Giró, se sumó de manera virtual al Consejo de Política Fiscal y Financiera, después de cuatro años de delegar en cargos menores de la Generalitat.

Es un proceso paralelo a la normalización de la presencia del Rey en Cataluña, donde ha viajado este año en varias ocasiones. Torra llevó su afrenta hasta el punto de prometer que ningún miembro del Govern iría a actos de la Casa Real ni la Generalitat invitaría al monarca. Ahora el nuevo president asegura que mantiene este veto con la salvedad de que participa en todo lo que considera importante para Cataluña.

De hecho, la prueba es que este lunes por la noche coincidieron en un acto de Foment del Treball y el Rey y Aragonès se saludaron y charlaron durante un minuto, aunque el jefe del Govern no recibió al monarca de manera oficial. "Aragonès ha llegado al hall del MNAC (Museu Nacional d'Art de Catalunya) y, antes de entrar, se han saludado con el rey chocando puños. Han hablado durante un minuto y, tras ello, han llegado otras autoridades y tanto el Rey como Aragonès como otras personas han estado hablando otro par de minutos", informa Europa Press.

En su discurso Felipe VI hizo un llamamiento a preservar la seguridad jurídica porque posibilita "la estabilidad, certeza y confianza que demandan las economías desarrolladas". El president de la Generalitat defendió en el suyo que estabilidad "no es sinónimo de inmovilismo" y reiteró su petición de un referéndum sobre la independencia. "Queremos entrar en un proceso de negociación haciendo posible que aquello que se hace en Escocia sea posible en Cataluña", dijo.