Opinión | MUJERES
Honrar la vida juntas
Mujeres por la Paz, una asociación de mujeres judías, y Mujeres del Sol, formada por palestinas, llevan décadas clamando por la paz y acaban de ser propuestas al Premio Nobel
Tres días antes de que Hamás perpetrara la matanza de más de 1200 personas en el sur de Israel y de que la fuerza militar hebrea irrumpiera en la Franja de Gaza para cobrarse su venganza, una columna de mujeres judías y palestinas se reunieron para rezar juntas por la paz.
De poco han servido hasta ahora sus plegarias. Aquel encuentro por la paz se produjo el pasado 4 de octubre; casi tres meses después los muertos se contabilizan por decenas de miles y cientos de personas permanecen retenidas, en paradero desconocido y sufriendo sabe Dios qué penalidades.
Mujeres por la Paz (Women Wage Peace), una asociación de mujeres judías, y Mujeres del Sol (Women of the Sun), formada por palestinas, llevan décadas clamando por la paz y, pese a los acontecimientos, persisten en su propósito. Más fuertes ahora que antes, a la fuerza. Son un ejército de mujeres, madres, hijas, hermanas y esposas, decididas a que la paz se imponga y convencidas de que la convivencia es posible, pese a todo el dolor acumulado. Ellas llevan años demostrándolo, creando espacios de encuentro en los que comparten y festejan, celebrando la riqueza cultural y religiosa de ambos pueblos, y poniendo su pasión por la vida por encima de las diferencias.
Las noticias y las imágenes de la destrucción, que se encadenan y se amontonan, no dan respiro y ensombrecen ese tipo de iniciativas. Hay que mirarse en mujeres como ellas para encontrar cierto aliento de esperanza. Y no son las únicas, son muchos más los que, de una u otra forma, trabajan por la paz sin recurrir a la guerra. Es difícil verlos, pero ahí están.
Mujeres por la Paz y Mujeres del Sol suman cerca de 50.000 mujeres que claman por su derecho a ser escuchadas, que creen que otra solución es posible y que honran a sus muertos trabajando por la paz en medio de la guerra. Tienen una deuda con ellos y no es de sangre.
Aman la vida, por encima de todo, y la defienden para todos. Entienden, como madres y como compañeras, que no hay más camino que la reconciliación. Son mujeres sabias, que la venganza no hace más que alargar una agonía y que habrá paz para todos o no la habrá. Ese es su modo de honrar la vida.
Entienden, como madres y como compañeras, que no hay más camino que la reconciliación
Hay que ser muy valiente para traer hijos al mundo, no cabe duda, y hay que serlo también para defender sus vidas y ellas están convencidas de que no hay otra manera de hacerlo que trabajar por la paz.
Saben que no todos están dispuestos a escucharlas y que es difícil hacer llegar su mensaje. El ruido es ensordecedor. Pero están en el camino: Mujeres por la Paz y Mujeres del Sol acaban de ser propuestas al Premio Nobel de la Paz 2024.
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