Opinión | DÉCIMA AVENIDA

Podemos: Nosotros, Ellos... y Yo

En el 15M confluyeron muchos movimientos profundos de la sociedad española. Uno de ellos fue el que lideró una nueva generación que quería hacer política sin los corsés ni las tutelas de la generación que hizo la Transición

Acampada del movimiento 15M. Los 'indignados' celebran una asamblea en la Puerta del Sol el 7 de junio de 2011.

Acampada del movimiento 15M. Los 'indignados' celebran una asamblea en la Puerta del Sol el 7 de junio de 2011. / EFE/Alberto Martín

“Exclusiva”, anunció en redes y en su web el 'Diario Red’ el medio que dirige Pablo Iglesias. Ese ‘scoop’ era que los diputados de Podemos han decidido romper con Sumar y pasar al Grupo Mixto. Esta manera de informar de la ruptura del llamado espacio de la izquierda de la izquierda por parte del diario que impulsa el exlíder y gran referente político e ideológico de Podemos encapsula en lo que se ha convertido el partido: un monólogo para convencidos. Podría afirmarse que hicieron historia periodística (el ‘scoop’ ombliguista, el periodismo Juan Palomo, la profecía convertida en una exclusiva autocumplida) si no fuera porque los periódicos de partido, órganos oficiales de propaganda y comunicación, son tan antiguos como la imprenta. Esta ruptura en la izquierda de la izquierda, que salvo una resurrección milagrosa tiene aspecto de ser el penúltimo capítulo de la historia del partido en un año con al menos tres citas electorales, se estudiará en las facultades, pero en las de política, no las de periodismo, ya que la historia importante es cómo ha dilapidado Podemos en una década la formidable energía política del 15M.

Más allá del gag del Frente Popular de Judea y el Frente Judaico Popular, ¿cuáles son las diferencias ideológicas y programáticas entre Sumar y Podemos? Las mismas que hubo antes con Más Madrid, Compromís, las confluencias en Andalucía y los Comuns: pocas o ninguna. En la misma exclusiva, las fuentes de Podemos citadas por el 'Diario Red’ afirman que el paso al Grupo Mixto permitirá “garantizar la capacidad de acción política de Podemos”. La secretaria general, Ione Belarra, afirmó que la ruptura con Sumar es la única forma de que sus diputados sigan siendo una "herramienta útil" para impulsar “transformaciones valientes”. Por mucha doctrina Puigdemont (usar los cinco diputados como medida de presión en un Parlamento fragmentado) que se esgrima, es revolucionario en política que sea más útil formar parte del Grupo Mixto que de la mayoría de Gobierno. En cualquier caso, ¿herramienta para hacer qué diferente que Sumar?

En el 15M confluyeron muchos movimientos profundos de la sociedad española. Uno de ellos fue el que lideró una nueva generación que quería hacer política sin los corsés ni las tutelas de la generación que hizo la Transición. Brillantes intelectualmente e hijos de su tiempo, se les fue la mano con la hipérbole que propicia la comunicación política en las redes: la casta, la nueva política, el escrache, el maniqueísmo, el ’ellos contra el ‘nosotros’, las soluciones simples a problemas complejos… Ideas, tácticas y eslóganes que se les volvieron en contra cuando la realidad les golpeó: una ofensiva inmisericorde del ‘establishment’, un trato mediático sin cuartel, la reacción política del PSOE tras el impacto inicial, la enorme dificultad de crear y dirigir un partido político, sobre todo cuando aparecen las voces primero disonantes, después díscolas y, al final, críticas, a las que convirtieron en enemigas. Lo peor que se le puede decir a Podemos es que ha acabado siendo como los demás, que esto no iba de ‘nosotros’ y ‘ellos’, ‘los de arriba y los de abajo’, el 1% y el 99%, sino de ‘yo, yo y yo’.

Aun así, construyeron un espacio político, y lo que lograron desde las instituciones es destacable. Pero a base de purgas, acabaron purgados. Hoy, cuando su representación institucional casi cabe en una furgoneta y ven a todo el tráfico circular en sentido contrario que el suyo, pueden ver juntos ‘Juego de Tronos’ y decir orgullosos que el Norte resiste gracias a ellos y que Daenerys nunca fue de fiar, al fin y al cabo siempre fue una sindicalista clásica del PCE. Desde el Grupo Mixto, y mientras dure esta legislatura, podrán seguir molestando a los amigos de 40 y 50 años de Pedro Sánchez, construir un espacio común con el independentismo de izquierdas y, quizás, sacar petróleo (propagandístico) de los cinco diputados. El problema será cuando llegue la hora de votar y los votantes de izquierda se encuentran con tres opciones. Si es así, la Ley d’Hondt pasará su cedazo e, incluso en un proceso menguante en su representación institucional (de 69 diputados en 2015 a 5, dentro de las listas de Sumar), varios miles de votos se disgregarán. Al otro lado del ring, derecha y extrema derecha se frotan las manos.

Veremos qué exclusivas encuentra ‘Diario Red’ para explicarlo al electorado de izquierdas.