Opinión | CAMINO A LA INVESTIDURA

El radio de acción

A la chulapa madrileña por antonomasia igual le cuesta contenerse tantas semanas de nada con sifón

Feijóo se reúne con la cúpula del partido.

Feijóo se reúne con la cúpula del partido. / PP/Tarek

Aunque hay quienes piensan que, no el de Santiago, sino el camino de Alberto Núñez hacia la investidura a sabiendas de lo que se sabe puede hacerse muy largo, él no lo ve así. No obstante, a la chulapa madrileña por antonomasia igual le cuesta contenerse tantas semanas de nada con sifón. Qué se le va a hacer debe pensar el peregrino gallego quien, tras darse el gusto de pedirle al malvado Sánchez que deje gobernar a la lista más votada, cuenta con que aún le quedan grupos por explorar. ¿Que no son tantos? Bueno también andan por ahí los mandamases autonómicos a los que habrá que darles cuartelillo ahora que no van a sacar nada a cambio. Y una buena noticia: Ana Rosa ha adelantado su vuelta del 25 al próximo 18 con vistas a comparecer en sesiones vespertinas y por algo será. Ya puestos tampoco habría que hacerle ascos a darle un buen repaso a las territoriales. En cuanto a peloteras se refiere, antes que acercarse a Junts está la cuestión Vilda. Lo importante es ¡Es-pa-ña!

González Pons, por ejemplo, precisaría de un mayor margen para su retorno al Congreso. Son muchos los frentes abiertos y pocos los que disponen del cuajo requerido. De ahí que fuera el encargado de ensalzar la "tradición" del partido acaudillado por Puigdemont «cuya legalidad no está en duda», algo que para él no representa esfuerzo alguno. Es más, la travesía está viniéndole a su cabecita mejor que el confinamiento, que ya se puso pesado. De aquí lo mismo sale un novelón. Y mientras Borja Sémper intenta resurgir tras el inesperado final de "Verano azul", Esteban articula la red de contactos en Bélgica para controlar el momento en el que las huestes del "tipo" dispuesto a "despiezar el Estado español y venderlo por partes", según su comedida descripción, merodeen por Waterloo en busca del eslabón decisivo. Cuenta con que recibirá una alerta en cuanto el correo traspase el umbral de la vergüenza, se despoje de la peluca y pueda transmitir la identidad una vez que Carles abra la boca: "Bienvenida, Cuca".