Opinión | NEWSLETTER

Sánchez preside la UE en el momento oportuno

Pedro Sánchez llega a Kiev en el primer día de la presidencia española de la UE

Pedro Sánchez llega a Kiev en el primer día de la presidencia española de la UE. / PI Studio

Se ha hablado esta semana mucho del sanchismo. Un concepto que abraza tanto a defensores como a detractores del actual presidente del Gobierno. Si algo tiene el sanchismo es un tipo con mucha suerte, aunque él esté convencido de que la tiene porque la busca. Es cierto que le ha tocado administrar una pandemia y una guerra. Pero también es cierto que la pandemia y la guerra han permitido una relajación de las reglas fiscales de la UE sin las cuales la coalición con Podemos hubiera sido un infierno de enfrentamientos con Bruselas por el incremento del gasto público.

Desde hoy, Pedro Sánchez preside el Consejo de la UE en nombre de España, será la quinta ocasión. Desde el ingreso, solo Mariano Rajoy no lo ha hecho, cosa que le permitió disimular mejor su torpeza con los idiomas. La coincidencia del inicio de la presidencia con el arranque de la campaña electoral solo siete días después auguraba un mandato poco lucido y accidentado.

Pero una estrella ha vuelto a brillar en el horizonte de Sánchez. El fallido golpe contra Putin, cuya naturaleza última todavía no conocemos, ha devuelto protagonismo a la UE, que en la cumbre de ayer mismo ya intensificó su apoyo a Ucrania. Atento a cualquier oportunidad de brillar, Sánchez abre hoy su presidencia visitando a Zelenski y dejando claro que la paz pasa por la propuesta de Ucrania más que por la de China. ¿Y si llega la paz durante este semestre? Pues sería la guinda del pastel.

Pedro Sánchez llega a Kiev en el primer día de la presidencia española de la UE

Pedro Sánchez llega a Kiev en el primer día de la presidencia española de la UE. / PI Studio

En el sanchismo, como en el felipismo, el presidente recibe más aplausos fuera que dentro, una circunstancia que le refuerza en su obstinación de que los poderes económicos le acechan desde los medios sin tener en cuenta cómo su apuesta por unos medios en detrimento de otros le ha restado potenciales apoyos. Sea como fuere, en Moncloa algunos tahúres ya buscan fecha en noviembre para una hipotética repetición electoral en plena resolución de la guerra. No pierden oportunidad. Aunque la línea que les separa del oportunismo es cada día más fina.